La toxina del t¨¦tanos, un aliado contra un letal tumor cerebral
La vacuna potencia un tratamiento experimental de inmunoterapia contra el glioblastoma que aumenta la supervivencia
La lucha contra uno de los tumores cerebrales m¨¢s letales, el glioblastoma, ha encontrado un inesperado aliado en la toxina del t¨¦tanos. Al administrar la vacuna junto a un tratamiento que entrena al sistema inmunitario para atacar selectivamente a las c¨¦lulas malignas, la supervivencia de los pacientes afectados por esta neoplasia tan devastadora se incrementa notablemente y puede llegar incluso hasta los cuatro a?os, cuando la media con el tratamiento convencional apenas supera el a?o de vida.
¡°Los resultados son excepcionales¡±, apunta Pedro P¨¦rez Segura, de la Sociedad Espa?ola de Oncolog¨ªa M¨¦dica y especialista en tumores cerebrales. El trabajo -un ensayo cl¨ªnico con 12 pacientes- lo han desarrollado investigadores del Duke Cancer Institute y lo publica la revista?Nature.
El hallazgo se enmarca en las estrategias que pretenden estimular las defensas del propio cuerpo para combatir los tumores, la llamada inmunoterapia, un abordaje que se ha convertido en la ¨²ltima frontera contra la enfermedad y que ha comenzado a llegar a los pacientes, en especial, a los afectados por melanoma avanzado. Distintos trabajos han mostrado resultados alentadores tambi¨¦n en algunos tumores de pulm¨®n y ri?¨®n, o vejiga y c¨¦rvix. A ellos se suma ahora el glioblastoma.
Este ¨²ltimo paso es especialmente relevante, apunta P¨¦rez Segura. La terapia convencional, basada en la combinaci¨®n de cirug¨ªa, quimio y radioterapia ofrece una supervivencia media del 5% al cabo de los cinco a?os. Y los intentos que ha habido para combatir esta neoplasia por otras v¨ªas, como por ejemplo mediante terapias personalizadas, que tan buenos resultados han arrojado en otros tipos de tumores como el de mama, han fracasado. De ah¨ª la esperanza que despiertan los resultados publicados por el grupo de la Universidad de Duke en glioblastoma.
La investigaci¨®n parte de estudios previos que hab¨ªan detectado un curioso fen¨®meno. Existe un tipo de virus muy com¨²n en buena parte de la poblaci¨®n (el citomegalovirus, CMV) que siente una especial atracci¨®n por los glioblastomas, de forma que su tendencia natural es hospedarse en este tejido neopl¨¢sico. Esta circunstancia, que a¨²n carece de explicaci¨®n cient¨ªfica, abre una atractiva v¨ªa para atacar el tumor: si se pueden dirigir las defensas del cuerpo contra el virus, al enfrentarse a este pat¨®geno, combatir¨¢n tambi¨¦n el tejido maligno.
Para sacar provecho de esta estrecha relaci¨®n virus-tumor, los investigadores acudieron a unas c¨¦lulas del sistema inmune, las c¨¦lulas dendr¨ªticas, que tienen un papel clave en el inicio de la respuesta defensiva del cuerpo. Su funci¨®n consiste en encontrar pat¨®genos y, una vez identificados, desplazarse a los ganglios, donde entrenan a los linfocitos a combatir el pat¨®geno que han identificado.
El equipo de la universidad de Duke desarroll¨® un procedimiento para asegurarse de que estas c¨¦lulas identificaran al virus CMV y fueran capaces de organizar la respuesta de las defensas contra el pat¨®geno y el tumor. Manipularon c¨¦lulas dendr¨ªticas en el laboratorio y las expusieron al virus CMV con un objetivo: que al inyectarlas en el torrente sangu¨ªneo, acudieran a los nodos linf¨¢ticos y activaran la fabricaci¨®n de linfocitos capaces de atacar el virus y, por ello, tambi¨¦n al tumor.
Todo este recorrido arroj¨® un resultado modesto. Hab¨ªa reacci¨®n inmunitaria por parte de los linfocitos, pero limitada. Los investigadores buscaron c¨®mo potenciar la respuesta defensiva. Pensaron en una vacuna segura, eficaz, suficientemente probada que pudiera estimular tanto la producci¨®n como la agresividad de los linfocitos. Y lo intentaron con la del t¨¦tano y la difteria.
Ni de lejos se hab¨ªan conseguido cifras como estas Pedro P¨¦rez Segura, especialista en tumores cerebrales
Para comprobar sus efectos, se seleccion¨® a un grupo de 12 pacientes. A la mitad les administr¨® un placebo; a los seis restantes la vacuna. Y un d¨ªa despu¨¦s se sometieron a la inmunoterapia con c¨¦lulas dendr¨ªticas. Los resultados fueron sorprendentes.
En el primer grupo se observ¨® un notable incremento de la supervivencia: vivieron entre 57 y 100 meses (de 2,3 a 4,1 a?os). Uno de estos pacientes incluso sigue vivo ocho a?os despu¨¦s y sin crecimiento tumoral. La supervivencia del otro grupo se situ¨® en torno a los 11,6 meses.
¡°Ni de lejos se hab¨ªan conseguido cifras como estas¡±, comenta P¨¦rez Segura, quien considera que el trabajo sirve como prueba de concepto de que la estrategia es adecuada. ¡°Ahora falta ver qu¨¦ sucede en un ensayo cl¨ªnico de mayor envergadura¡±, a?ade, ¡°estoy convencido de que [los investigadores] ya est¨¢n en ello¡±. Y no se equivoca. ¡°Estamos proyectando estudios de mayor escala para confirmar los resultados¡±, ha expuesto Duane Mitchell, actual director del programa de inmunoterapia aplicada a los tumores cerebrales de la Universidad de Florida y uno de los autores del trabajo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.