Anegados ¡®por el bien com¨²n¡¯
Las presas en el r¨ªo Mekong provocar¨¢n un gran da?o ambiental y obligar¨¢n a desalojar a miles de personas. De poco sirven sus quejas ni las de las organizaciones ecologistas
Los pescadores de Phluk aprenden a domar el Mekong siendo ni?os. Un bautismo vital para descifrar la ¨²nica f¨®rmula m¨¢gica de supervivencia en este rinc¨®n del mundo. Por eso, cuando la corriente del r¨ªo Sesan arrastra la canoa contra los manglares, Son Wen no se inquieta, simplemente estira el brazo hasta agarrar una de las ramas. Despu¨¦s moja su mano en el agua y con los dedos todav¨ªa h¨²medos alivia el sudor de su rostro. ¡°Esta es nuestra casa y no queremos irnos¡±. Todos en Phluk, una peque?a comunidad rural a las remotas monta?as camboyanas de Stung Treng, apenas a un par de horas de la frontera con Laos, saben que en unos meses, quiz¨¢ un a?o, tendr¨¢n que marcharse. La construcci¨®n de una nueva presa hidroel¨¦ctrica, Lower Sesan 2, provocar¨¢ que sus casas y sus tierras queden anegadas. De poco sirven sus quejas, ni las protestas de los ecologistas. Pronto Phluk ser¨¢ otro pueblo m¨¢s sacrificado en nombre del progreso.
El de Phluk no es un caso aislado en la orilla del Mekong. La construcci¨®n de 11 grandes presas hidroel¨¦ctricas y varias decenas m¨¢s de peque?as infraestructuras a lo largo de la cuenca baja del r¨ªo, que comparten Vietnam, Camboya, Laos y Tailandia, est¨¢ provocando la desaparici¨®n de centenares de pueblos y el desplazamiento de m¨¢s de 100.000 personas. S¨®lo en la ribera del Sesan, uno de los principales afluentes del Mekong, m¨¢s de 5.000 personas ser¨¢n desalojadas y aproximadamente 22.000 ver¨¢n en los pr¨®ximos a?os c¨®mo la pesca mengua hasta poner en riesgo su forma de vida.
La proliferaci¨®n de estas instalaciones, apunta Ame Trandem, responsable en el sudeste asi¨¢tico de la ONG International Rivers, ¡°pone en riesgo la seguridad alimentaria de cientos de miles de personas¡± en la cuenca del Mekong, de la que dependen 60 millones de habitantes. Seg¨²n un estudio del doctor Guy Ziv publicado en 2012 en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), si las 78 presas que est¨¢n proyectadas hasta 2030 ¡ªal menos 51 de las cuales est¨¢n ya en ejecuci¨®n¡ª son construidas, la producci¨®n pesquera en la zona caer¨ªa m¨¢s de un 50% y 100 especies de peces podr¨ªan desaparecer. Adem¨¢s, el flujo de nutrientes que alimenta el delta del Mekong se ver¨ªa interrumpido, disminuyendo enormemente la fertilidad de una zona que alberga el 90% de la producci¨®n de arroz de Vietnam. Ser¨ªa un desastre con consecuencias ¡°catastr¨®ficas¡± para la pesca y la biodiversidad de la zona, concluye el doctor Ziv.
La bater¨ªa del sudeste asi¨¢tico
El Mekong es uno de los r¨ªos m¨¢s grandes del mundo. Sus m¨¢s de 4.800 kil¨®metros enlazan la meseta tibetana con el Mar de China Meridional. Los primeros proyectos para aprovechar su potencial energ¨¦tico datan de los a?os cincuenta, pero las guerras y la inestabilidad en la zona impidieron su ejecuci¨®n hasta 1990, cuando el Gobierno chino comenz¨® la construcci¨®n de una cascada de presas en el Lancang. Cinco de ellas, de gran capacidad, estaban ya operativas a finales de 2012 y otra decena permanecen en estudio.
Con el fin de siglo, Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam se unieron tambi¨¦n a la carrera energ¨¦tica, obviando las recomendaciones de la Mekong River Commission (MRC), el organismo creado en 1995 para velar por el desarrollo sostenible de las capacidades hidroel¨¦ctricas de la cuenca baja del Mekong. Seg¨²n los preceptos fundacionales del MRC, los cuatro gobiernos deb¨ªan aprobar conjuntamente cualquier nueva infraestructura en la zona. En la pr¨¢ctica, sin embargo, los Ejecutivos est¨¢n actuando unilateralmente.
En 2010 el Gobierno de Laos comenz¨® los trabajos para levantar una instalaci¨®n hidroel¨¦ctrica de 1.285 megavatios en Xayaburi, un proyecto apoyando por Tailandia ¡ªCh. Karnchang, una de las principales constructoras del pa¨ªs, es la adjudicataria de las obras, financiadas por seis bancos tailandeses¡ª, pero que suscit¨® las quejas de los representantes de Camboya y Vietnam, alarmados por sus consecuencias medioambientales y econ¨®micas. Los estudios cient¨ªficos advierten de que la presa bloquear¨¢ las rutas migratorias de al menos 23 especies, incluido el ic¨®nico pez gato del Mekong, destruir¨¢ el ecosistema del r¨ªo e impedir¨ªa el flujo de nutrientes al delta vietnamita. Pese a los requerimientos del MRC, el Ejecutivo de Thongsing Thammavong no ha detenido las obras. En su ambicioso plan para convertir a Laos en la ¡°bater¨ªa del sudeste asi¨¢tico¡±, Xayaburi es s¨®lo el primer paso: otras ocho grandes presas hidroel¨¦ctricas est¨¢n proyectadas en el pa¨ªs, a las que se sumar¨¢n otras dos en Camboya.
Ambos gobiernos aluden a las ingentes necesidades energ¨¦ticas del sudeste asi¨¢tico, cuya demanda podr¨ªa aumentar m¨¢s de un 80% hasta 2035 seg¨²n un estudio de la International Energy Agency (IEA), para justificar estos proyectos. Se espera que las 11 presas hidroel¨¦ctricas del Mekong generen el 8% de la electricidad del sudeste asi¨¢tico en 2025. Estas infraestructuras, aseguran los medios oficialistas en Laos, supondr¨¢n adem¨¢s unos ingresos extraordinarios que abrir¨¢n la puerta al r¨¢pido desarrollo econ¨®mico del pa¨ªs. Las organizaciones internacionales recelan del proyecto laosiano. ¡°Muchos de estos ingresos p¨²blicos desaparecer¨¢n en su camino entre las presas hidroel¨¦ctricas y la sociedad. Laos carece de instituciones y de la capacidad necesaria para manejar los impuestos de manera efectiva, y su Gobierno sufre de una corrupci¨®n rampante¡±, destaca International Rivers en uno de sus ¨²ltimos informes. Para muchos analistas, detr¨¢s de estas costosas infraestructuras se esconde el inter¨¦s econ¨®mico de la ¨¦lite dirigente. ¡°Las centrales hidroel¨¦ctricas s¨®lo aportar¨ªan entre el 6% y el 8% de la demanda energ¨¦tica prevista en la regi¨®n para 2025. Alternativas ya existentes podr¨ªan enfrentar esta demanda de una manera m¨¢s responsable¡±, se?ala International Rivers en este mismo informe. De hecho, diversos estudios aseguran que una adecuada inversi¨®n en energ¨ªas renovables y de cogeneraci¨®n podr¨ªa reducir la factura energ¨¦tica en Tailandia alrededor de un 12% en 2030, ahorrando al pa¨ªs 67.000 millones de d¨®lares.
¡°No sabemos cuando lo van a inundar todo¡±
En Phluk viven 247 familias. 933 personas. Aqu¨ª todos precisan de la pesca y la agricultura para sobrevivir. ¡°Yo nac¨ª aqu¨ª hace 50 a?os. Es mi hogar, como lo era de mis antepasados. Nosotros no nos queremos ir¡±. El que habla es Mr. Mai, una de las voces m¨¢s respetadas de la comunidad. En cuesti¨®n de minutos tres varones se incorporan a la conversaci¨®n. Todos repiten la misma idea: Phluk es su casa. Sin embargo, en la aldea no todos piensan igual. ¡°Hay algunas discrepancias¡±, reconoce Mai, sin perder de vista a otro grupo de hombres que observan la escena desde la vereda. La empresa constructora de la presa hidroel¨¦ctrica, una joint venture formada por el Cambodia Royal Group, la compa?¨ªa china Hydrolancang International Energy y una empresa subsidiaria de Electricity of Vietnam, lleva meses intentando convencer a los habitantes de Phluk de que acepten las compensaciones y dejen sus viviendas. ¡°Nos ofrecen una peque?a casa, con ba?o, y un terreno para cultivar. Adem¨¢s, nos pagar¨ªan la gasolina para un a?o¡±, explica Mai. ¡°Esto no es suficiente. Comenzar a cultivar una nueva tierra es muy costoso¡±. ¡°Aqu¨ª", a?ade, ¡°llevamos generaciones trabajando las tierras y ¨¦stas son f¨¦rtiles¡±. Adem¨¢s, ni Mai ni Son Wee quieren dejar atr¨¢s a sus antepasados, enterrados en un cementerio cercano. ¡°Buscar¨¦ una colina donde resguardarnos durante la ¨¦poca lluvias, pero cuando ¨¦sta pase volveremos al pueblo. Este es nuestro hogar¡±, repite Mr. Mai, amparado en la mirada c¨®mplice de su esposa que sentada en las escaleras alimenta a sus dos hijas con una fuente de bananas fritas.
Puede que cuando Mai regrese a Phluk su casa sea inaccesible. Una vez concluyan los trabajos, que se prolongar¨¢n durante cinco a?os, el agua se alzar¨¢ hasta cuatro metros, anegando la superficie y la entrada a la vivienda, sustentada por zancos de madera a varios metros del suelo. ¡°No sabemos cuando va a ser, cuando lo van a inundar todo¡±, reconoce Mai. Con cada pregunta, el br¨ªo de su discurso se torna en una sombr¨ªa congoja. Aproximadamente 5.000 personas ser¨¢n desalojadas y al menos cuatro pueblos ser¨¢n sumergidos para levantar la presa Lower Sesan, cuyos 400 megavatios de potencia el¨¦ctrica ¡ªdurante la estaci¨®n seca su capacidad podr¨ªa verse reducida a 100¡ª ser¨¢n exportados a Vietnam. Con su puesta en funcionamiento, el Gobierno de Camboya prev¨¦ recaudar adem¨¢s 29,5 millones de d¨®lares anuales en impuestos.
La producci¨®n pesquera en la zona caer¨¢ m¨¢s de un 50% y 100 especies de peces podr¨ªan desaparecer
A? Mai las cifras del proyecto, con un coste de 816 millones de d¨®lares, le bailan en la cabeza. La ¨²nica realidad que a ¨¦l le preocupa es que ¡°cada vez hay menos pescado¡± para alimentar a la comunidad. A su lado, Son Wee no deja de se?alar los bancos de peces del Sesan que hasta hace unos meses estaban repletos. ¡°Antes hab¨ªa suficiente pescado para todos, ahora muchos peces se quedan atrapados arriba¡±, afirma. ¡°All¨ª¡±, dice apuntando a una zona de aguas mansas protegidas por un frondoso manglar, ¡°no pescamos. Es la zona de cr¨ªa¡±. Aunque carecen de cualquier t¨ªtulo cient¨ªfico, los pescadores de Phluk llevan siglos cuidando del r¨ªo. No les hacen falta informes para intuir la cat¨¢strofe medioambiental que les sobreviene.
La construcci¨®n de la presa de Stung Treng ser¨¢, seg¨²n un estudio, la que suponga un mayor impacto en la biomasa marina de todas las proyectadas en los afluentes del Mekong. Las poblaciones de peces se reducir¨¢n un 9,3%, poniendo en riesgo la supervivencia de m¨¢s de 50 especies, mientras que el flujo de sedimentos caer¨¢ entre un 6% y 8%. Adem¨¢s, la presa alterar¨¢ el sistema hidrol¨®gico del Mekong y del lago Tonle Sap, la mayor reserva de agua dulce del sudeste asi¨¢tico.
Un coste a largo plazo
La cuenca baja del Mekong es la mayor fuente de alimentos del sudeste asi¨¢tico continental. M¨¢s de 60 millones de personas dependen del r¨ªo, del que obtienen el 80% de sus necesidades diarias de prote¨ªnas. De hecho, esta zona alberga la mayor pesquer¨ªa continental del mundo que genera un negocio directo ¡ªsin contar la venta en mercados o el transporte¡ª de entre 3.900 y 7.000 millones de d¨®lares. M¨¢s all¨¢ de su valor econ¨®mico, remarca Ame Trandem, el Mekong supone la ¨²nica alternativa para garantizar la seguridad alimentaria en la zona. Un informe de WWF y la Australian National University constat¨® que no existe suficiente tierra y agua disponible en el ¨¢rea del Mekong para criar el ganado necesario para remplazar las prote¨ªnas aportadas por la pesca.
Adem¨¢s de reducir entre un 26 y 42% el potencial pesquero del Mekong, la construcci¨®n de las once presas hidroel¨¦ctricas da?ar¨¢ tambi¨¦n la fertilidad de los humedales, cuya productividad depende de los nutrientes arrastrados por el r¨ªo desde el norte. Apenas el 25% de los sedimentos que hist¨®ricamente ha recibido el delta del Mekong seguir¨¢n llegando. Al tiempo, miles de hect¨¢reas de bosque est¨¢n siendo taladas, en muchos casos de forma ilegal, y al menos la mitad de los huertos cultivables de la ribera del r¨ªo quedar¨¢n destruidos.
La seguridad alimentaria de dos millones de personas est¨¢ en juego a la orilla del Mekong. Algunas comunidades, como la de Kbal Romeas, apenas a una hora de Phluk, han comenzado a organizarse para paralizar o al menos modificar el dise?o de la presa. Quieren que el Gobierno escuche sus demandas, resumidas por escrito en una carta abierta: ¡°Lower Sesan traer¨¢ incluso m¨¢s desesperanza que el r¨¦gimen de Pol Pot, pero el Gobierno insiste diciendo que esto es 'desarrollo'. Nosotros creemos que el desarrollo deber¨ªa hacer a la gente de Camboya m¨¢s feliz¡±.
Mr. Mai amarra el cabo a uno de los ¨¢rboles, mientras Son Wen sortea el ¨²ltimo latigazo del Mekong. La jornada ya ha concluido por hoy, aunque el sol brilla todav¨ªa sobre los sempiternos c¨²mulos del horizonte. Amenaza tormenta. ¡°Ser¨¢ mejor resguardarse¡±, nos azuza Mr. Mai. Cuando todo se inunde, no habr¨¢ forma de escapar.
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