Boquitas alborotadas
Aunque Ibrahimovic crea lo contrario, los de "este pa¨ªs de mierda" saben cuando se les insulta
Una tempestad de zafiedad y mala educaci¨®n zarandea el f¨²tbol. Lo de menos es ya que alguna estrella se manifieste hist¨¦ricamente contra sus compa?eros porque no le pasan la pelota al pie; son malformaciones del ego incompatibles con el deporte, pero cuya terapia no rebasa el ¨¢mbito del club que le paga. Zlatan Ibrahimovic, estrella sueca que, por decirlo en t¨¦rminos suaves, ya ha dejado lo mejor de s¨ª mismo en los campos de f¨²tbol, exjugador del Bar?a (tild¨® a Guardiola de fil¨®sofo para dejar claro por qu¨¦ no se entend¨ªa con ¨¦l) pronunci¨® la siguiente coz verbal despu¨¦s de que su equipo, el Par¨ªs Saint Germain (PSG), perdiera ante el Girondins de Burdeos: ¡°En 15 a?os no he visto un ¨¢rbitro como este en este pa¨ªs de mierda. Este pa¨ªs no se merece al PSG. Somos demasiado buenos para este pa¨ªs¡±. Ibrahimovic se sit¨²a por encima del bien y del mal y, como sugiere su frase, muy cerca del excremento. El ministro franc¨¦s de Deportes, Patrick Kenner, exigi¨® excusas. Despu¨¦s, la cantinela de siempre: Zlatan se dign¨® a disculparse. Mis palabras, dijo, ¡°no se refer¨ªan ni a Francia ni a los franceses¡±.
Pues entonces ?a qui¨¦n se refer¨ªan? La menci¨®n ¡°este pa¨ªs de mierda¡± no ser¨¢ muy elegante, pero s¨ª muy precisa. Denigra rencorosamente, diga lo que diga el futbolista sueco, al pa¨ªs que, como explic¨® Kenner con un subrayado innecesario, le acoge. El ministro, tambi¨¦n hay que decirlo, exagera un poco. EL PSG es propiedad de Qatar Investment Authority y lo preside el jeque Nasser Al-Khelaifi. En fin, no deja de ser un trozo de Francia que vive en el coraz¨®n de sus aficionados.
Los futbolistas empiezan a necesitar libros de autoayuda o sesiones de coaching intelectual ¡ªla lectura tambi¨¦n vale¡ª para que piensen, antes de hablar, en los alborotos que suelen causar las boquitas enfadadas.
Las pautas son sencillas: 1. No insultar a los rivales ni abroncar a los compa?eros; 2. Evitar coacciones indignas a los ¨¢rbitros; y 3. Renunciar a infamias tales como ¡°este pa¨ªs de mierda¡± o ¡°este equipo de porquer¨ªa¡±. Porque, adem¨¢s de ense?ar su escaso temple personal, no hay excusa posible despu¨¦s de dicterio tan brutal. Aunque no lo crean, los de ¡°este pa¨ªs de mierda¡± saben cu¨¢ndo se les insulta.
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