Bar?a-Real Madrid: As¨ª se consuela a un perdedor
Con este manual de alivio a personas contrariadas podr¨¢ reconfortar a 'blaugranas' o 'merengues'. S¨ª, tambi¨¦n vale para otros envites de la vida
Domingo, tarde de f¨²tbol ¡ y de cl¨¢sico. El plan rey es hoy para muchos el mismo: reunirse con amigos o familia para disfrutar del partido de f¨²tbol Bar?a-Real Madrid, y en el que ambos equipos luchan por el liderato. Estos 90 minutos dejar¨¢n en las filas de nuestros c¨ªrculos sociales ganadores y perdedores (a no ser que haya un empate), y suele ocurrir que a muchos de nosotros nos toca consolar a un amigo, pareja o padre decepcionado. ?C¨®mo se hace? Por definici¨®n, consolar quiere decir aliviar la pena o aflicci¨®n de otra persona, busc¨¢ndose en todos los casos un resultado inmediato y paliativo. Hacerlo con ¨¦xito pasar¨¢ por sentir empat¨ªa, poni¨¦ndonos en el lugar del otro para comprender lo que siente, pero tambi¨¦n, y muy importante, por saber expresarlo.
En plena desaz¨®n por la p¨¦rdida de nuestro equipo (o cualquier otra contrariedad: cierto, las hay m¨¢s graves), muchos se plantean el papel del consuelo como terapia de choque contra los sentimientos de tristeza y melancol¨ªa que nos asedian, ya sean motivados por una raz¨®n de peso o banal. Aunque dicen que el que no se consuela es porque no quiere, el arte de desahogar a los dem¨¢s o incluso a uno mismo puede tener m¨¢s t¨¦cnica de lo que a priori parece.
Programados para ayudar
Casi todas las personas tendemos a sentir empat¨ªa y compasi¨®n por los dem¨¢s y, por ende, el impulso de ayudar a aliviar el dolor ajeno. ¡°La capacidad para experimentar una motivaci¨®n altruista que nos lleve a comportarnos en consecuencia viene en nuestro acervo gen¨¦tico, como tambi¨¦n la disposici¨®n a sentirnos mal cuando vemos sufrir a alguien¡±, explica la doctora Gaviria Stewart, profesora titular de Psicolog¨ªa Social de la UNED.
La existencia de estas capacidades ha sido repetidamente comprobada en individuos de distinta edad y cultura, y en ese sentido, s¨ª es inherente a la condici¨®n humana, aunque no exclusiva de nuestra especie: ¡°Se ha ido desarrollando a lo largo de la evoluci¨®n porque resultaba beneficiosa para los individuos y para los grupos en los que viv¨ªan¡±, cuenta la experta. Lo que var¨ªa de unas personas a otras, no obstante, es la expresi¨®n de esa capacidad. ¡°Hay personas con una motivaci¨®n altruista muy alta y personas que suelen dejarse llevar por el propio inter¨¦s¡±, prosigue. En estos casos, la sociolog¨ªa reconoce la paradoja del altruismo, seg¨²n la cual, la diligencia en procurar bien ajeno en realidad no existe, sino que la gente ayuda a los dem¨¢s por una motivaci¨®n ego¨ªsta y para obtener alguna recompensa, como el reconocimiento social, la satisfacci¨®n por haber obrado bien, el hecho de no sentirse culpable o, simplemente, por la activaci¨®n emp¨¢tica que se pone en marcha al percibir el sufrimiento del otro.
Aunque todos conocemos la teor¨ªa y principios b¨¢sicos de lo que se pretende conseguir cuando tratamos de animar a alguien, a veces se obvia que lo m¨¢s importante para lograrlo es que exista una coherencia entre los mensajes que le damos al afectado y lo que ¨¦l percibe de lo que le estamos diciendo. Nos referimos a la congruencia entre la comunicaci¨®n verbal, que es la que expresamos, y la no verbal o anal¨®gica, que es la que transmitimos con nuestros gestos y tono de voz. Jos¨¦ Luis Mart¨ªn Ovejero, experto en comunicaci¨®n no verbal y vicepresidente la Asociaci¨®n de Analistas Expertos en Comportamiento No Verbal (ACONVE), nos explica c¨®mo, para llegar a transmitir esa tranquilidad emp¨¢tica necesaria en el proceso de consuelo, ¡°existen una serie de indicadores corporales que podemos modificar a voluntad, con el fin de lograr un mejor resultado¡±.
Entre estos comportamientos se?ala los siguientes como eficaces para contribuir a tranquilizar a la persona que necesita apoyo:
1. Si¨¦ntese junto al afectado. Nunca nos debemos colocar al otro lado de una mesa para esta labor, dado que es un puesto enfrentado que har¨¢ m¨¢s complicado nuestro objetivo. Lo ideal es situarse al lado de la persona, eliminando las barreras f¨ªsicas comunicativas.
2. Abrace a su interlocutor. El saludo debe ser de afecto sincero para transmitir nuestra cercan¨ªa desde el primer instante, sin olvidar nunca que el poder de un abrazo no lo sustituyen las palabras. El tacto bien administrado siempre es positivo.
3. Deje hablar. Practicar la escucha activa permitir¨¢ a la otra persona sentir que ella es la protagonista y que nuestra funci¨®n es la compa?¨ªa y la ayuda. En este tipo de di¨¢logo nuestra aportaci¨®n est¨¢ supeditada a las necesidades del otro, que es quien dirige la conversaci¨®n.
4. Alargue los silencios. Util¨ªcelos como otra forma de comunicaci¨®n, emple¨¢ndolos para escuchar y comprender lo que dice el otro, d¨¢ndole tiempo a proseguir con su argumentaci¨®n.
5. 'Salga' de su piel. Es especialmente importante la empat¨ªa, que puede incrementarse imitando comportamientos, como la misma posici¨®n, los movimientos, el contacto visual, la velocidad del habla y volumen de voz. Mirar a los ojos y a la cara denotar¨¢ sinceridad genuina en nuestras palabras y prop¨®sitos.
6. Controle el espacio.?Dado que el tama?o del espacio personal var¨ªa en cada uno, debemos advertir cu¨¢l es la medida de la burbuja o distancia a mantener con esa persona para que se sienta c¨®moda con nosotros.
7. Cuide sus gestos. Nuestra expresi¨®n y postura ha de ser relajada para transmitir serenidad. Ayudar¨¢n los brazos abiertos, asentir levemente con la cabeza, no cerrar los pu?os, as¨ª como mantener los pies bien equilibrados y cuerpo hacia delante, en muestra de gran inter¨¦s acerca de lo que la otra persona nos est¨¢ narrando.
8. La importancia del lenguaje. Mimetizarnos con el clima del otro ha de ser una de nuestras consignas. Para conseguirlo, otro truco consiste en incorporar en nuestro lenguaje las palabras y expresiones de nuestro interlocutor. Emplear el nombre de la persona a la que deseamos consolar tiene los mismos efectos que unas palabras m¨¢gicas y, por tanto, dirigirnos a ella con la familiaridad del nombre es muy recomendable
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