Eso que llam¨¢bamos progreso
La brecha creciente de la desigualdad ser¨¢ el legado de esta legislatura
En su ¨²ltimo ensayo publicado en Espa?a, el pensador italiano Roberto Casati recuerda c¨®mo Herbert Simon, premio Nobel de Econom¨ªa, defend¨ªa una f¨®rmula sencilla para sobrevivir al aluvi¨®n diario de noticias: no abrir el peri¨®dico y apagar la televisi¨®n y la radio. Si ocurre algo verdaderamente importante, confiaba Simon, alguien te llamar¨¢ para cont¨¢rtelo. Si hici¨¦ramos la prueba, quiz¨¢ sorprender¨ªa el resultado y nos ayudar¨ªa a distinguir mejor entre lo que importa y aquello que, adem¨¢s de importante, es urgente. Estas dos caracter¨ªsticas est¨¢n presentes en casi todo lo que hay que reconstruir como pa¨ªs despu¨¦s de tres a?os de demolici¨®n social, pol¨ªtica y de derechos de la mano del PP. Tres a?os que se resumen en una sola palabra: desigualdad.
En todas sus formas y manifestaciones, la desigualdad protagoniza ese algo verdaderamente importante que casi cualquiera nos puede contar para rescatarnos del exilio informativo. ¡°Gano menos y gasto m¨¢s¡±, escuchar¨ªamos. ¡°Trabajo m¨¢s, pero no tengo menos miedo a perder mi empleo¡±, podr¨ªan decirnos. ¡°Vives en Espa?a y gobierna el PP¡±, acertar¨ªamos a contestar. El destierro al que la derecha ha sometido a la equidad no es una consecuencia casual de la crisis, sino un modelo calculado con precisi¨®n por sus autores.
En un art¨ªculo publicado en este mismo peri¨®dico, C¨®mo cerrar la brecha, Javier Ayuso apuntaba algunos datos que definen la emergencia social que vive Espa?a: una de cada cuatro personas que quieren trabajar est¨¢ en paro; uno de cada tres desempleados no cobra prestaci¨®n alguna; uno de cada dos j¨®venes no tiene trabajo; 2,3 millones de ni?os y ni?as viven por debajo del umbral de pobreza; 13 millones de personas est¨¢n en riesgo de exclusi¨®n social y cinco millones se encuentran en situaci¨®n de exclusi¨®n severa. La lista puede ser tan exhaustiva como queramos. Basta repasar estad¨ªsticas o mirar alrededor.
Solo el PSOE puede rehacer el puente roto entre el progreso y las generaciones
La desigualdad en Espa?a crece d¨ªa a d¨ªa y no toca techo. Nuestro pa¨ªs suspende ¡ª4,85 sobre 10¡ª en el ?ndice Europeo de Justicia Social y ocupa el puesto 21 de los 28 pa¨ªses de la UE. Todos los indicadores internacionales coinciden en la misma direcci¨®n. Organizaciones como C¨¢ritas, Cruz Roja o Intermon-Oxfam, advierten desde hace a?os del encarnizamiento de la crisis en capas sociales que nunca imaginaron verse atropelladas por sus efectos. Tener trabajo o formaci¨®n no es un salvavidas. El an¨¢lisis de partida y la respuesta planteada por estas ONG coincide en buena medida con propuestas del PSOE: una reforma fiscal valiente y equitativa, sin parches ni amnist¨ªas; lucha real contra el fraude fiscal, garant¨ªas que blinden la protecci¨®n y las pol¨ªticas sociales; educaci¨®n y sanidad p¨²blica, universal y de calidad, y un giro radical en pol¨ªticas de empleo para poner fin a su desbocada precarizaci¨®n. Si la derecha es el adversario del Partido Socialista, la desigualdad ¡ªgran aliada de la derecha¡ª es nuestro gran enemigo.
En oto?o de 2013, la Fundaci¨®n Alternativas public¨® un ambicioso informe sobre esta cuesti¨®n de tal calidad que se mantiene a¨²n vigente. De forma abrumadoramente pormenorizada, el texto situaba la desigualdad como el gran problema para el futuro. ¡°Una pobre informaci¨®n sobre la desigualdad permite tanto la demagogia como la manipulaci¨®n¡±, advert¨ªa Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall en un prefacio del estudio. Demagogia es ¡°sobrecargar de tenebrismo el problema¡±, de manera que disimule su gravedad real, explicaba el profesor. La manipulaci¨®n ¡°es un recurso m¨¢s burdo, se basa en la simple supresi¨®n de informaci¨®n¡±, preven¨ªa Maravall, consciente de que la sutileza no abunda en el Gobierno del PP, que ha hecho de la desigualdad su marca.
La brecha desbocada entre la minor¨ªa que m¨¢s tiene y la amplia mayor¨ªa que no tiene nada o pierde poco a poco lo que ten¨ªa ser¨¢ el legado de esta legislatura. En el ¨²ltimo debate sobre el estado de la naci¨®n, Mariano Rajoy amas¨® con desparpajo una mezcla mal condimentada de grandes cifras, estad¨ªsticas, porcentajes y dem¨¢s rodeos para pasar de largo por esta realidad. No se molest¨® ni en atravesar por la crisis de puntillas. Demagogia o manipulaci¨®n, el presidente del Gobierno omiti¨® lo verdaderamente importante, que es, por ejemplo, eso que nos cuenta en primera persona un lector en su comentario a una noticia de EL PA?S: ¡°Donde realmente se ve la desigualdad es en la puerta del colegio. Personas que no ten¨ªan tiempo para recoger a sus hijos acuden ahora a diario porque est¨¢n en el paro¡±. Tan sencillo como real.
En ese mismo debate, el secretario general del PSOE, Pedro S¨¢nchez, record¨® que el futuro debe ser siempre una esperanza, no la amenaza en la que lo ha convertido la derecha, destruyendo ladrillo a ladrillo el edificio social desde esa idea tan indecente como falsa que asegura que los espa?oles hemos vivido por encima de nuestras posibilidades mientras construyen un pa¨ªs con millones de espa?oles viviendo por debajo de sus necesidades. El PP basa su modelo social en esta premisa y en la obligaci¨®n de arrodillarse ante ella. La derecha trata de imponer la resignaci¨®n como norma y el silencio como parapeto para abrir camino a la desigualdad creciente.
La desigualdad en Espa?a crece d¨ªa a d¨ªa y no toca techo. Es el gran problema del futuro
Para abrir esa brecha de la desigualdad, el Gobierno ha actuado como un ariete. Por eso ha liquidado la igualdad de oportunidades en el sistema educativo, eliminado a 18.000 profesores, subido las tasas universitarias y bajado las becas. Para que la desigualdad se instale en la ense?anza creando alumnos de primera y de segunda. Igual ocurre en el Sistema Nacional de Salud, con 30.000 profesionales menos y 900.000 personas expulsadas del sistema quebrando as¨ª su universalidad. El copago sanitario, el indolente desd¨¦n del Ejecutivo hacia el Sistema Nacional de Dependencia, la liquidaci¨®n de la justicia gratuita, el bloqueo al desarrollo de pol¨ªticas de igualdad de g¨¦nero o el derecho al aborto como objeto de mercadeo ante el electorado m¨¢s conservador redondean el ejemplo.
La brecha crece. Los 5.000 espa?oles que declaran ganar m¨¢s de 600.000 euros al a?o en el IRPF pagar¨¢n menos impuestos que el 40% de los contribuyentes que declaran menos rentas, que son ocho millones de espa?oles. Ese es el PP. El art¨ªfice de un pa¨ªs en el que puede romperse un pacto secular entre generaciones seg¨²n el cual los hijos ven¨ªan al mundo para vivir un poco mejor que sus padres y disfrutar de m¨¢s oportunidades.
Regresar a este estado natural que llam¨¢bamos mejorar es el primer objetivo del PSOE. ¡°El reto est¨¢ en intentar cambiar lo que debe cambiar y en proteger lo que debe ser protegido, y en saber diferenciar entre ambos¡±, dice Michael Ignatieff en Fuego y cenizas al referirse a pol¨ªtica y pol¨ªticos. Los socialistas sabemos distinguirlo. Sin estridencias. Con trabajo ¡ª¡°ser es hacer¡±, nos ense?¨® Kant¡ª. Desde una posici¨®n mayoritaria y central. Con coherencia. El PSOE es la ¨²nica fuerza capaz de rehacer el puente roto entre el progreso y las generaciones. Lo hemos hecho ya y volveremos a hacerlo cuantas veces haga falta.
C¨¦sar Luena es secretario de Organizaci¨®n del PSOE.
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