La mala educaci¨®n
El ¨²nico proyecto cultural al que se han adherido los gobiernos de la Rep¨²blica Dominicana, desde hace d¨¦cadas, es al embrutecimiento sistem¨¢tico de la poblaci¨®n
De los pa¨ªses del Caribe hispano es la Rep¨²blica Dominicana la menos educada y la que exhibe las llagas m¨¢s visibles producto de esta carencia. No hace falta entrar en cifras estad¨ªsticas, que las hay. Una conversaci¨®n sencilla con un ciudadano al azar revela que el ¨²nico proyecto cultural al que se han adherido todos los Gobiernos del pa¨ªs, desde hace d¨¦cadas sin importar partidos, es al embrutecimiento sistem¨¢tico de la poblaci¨®n, sobre todo la que depende de la escuela p¨²blica, instituci¨®n que se ha convertido en una m¨¢quina de contenci¨®n preparatoria para la c¨¢rcel y la inopia.
Los art¨ªfices de esta conspiraci¨®n lo tienen claro, sin educaci¨®n no hay pensamiento cr¨ªtico, y sin ¨¦l, la corrupci¨®n, el clientelismo y la demagogia dan golpes de barriga a su antojo en un paisaje pol¨ªtico en el que la inteligencia se mide por la capacidad que tiene un individuo para robar con una corbata puesta.
Una ingenuidad cong¨¦nita me hace pensar que existe un remedio para esta degradaci¨®n cultural y que est¨¢ en manos de esos estudiantes dominicanos que s¨ª han tenido acceso a una educaci¨®n de calidad, en algunos rincones del sistema privado local, en Europa y Estados Unidos como parte de la di¨¢spora o gracias a un instinto autodidacta, milagroso en el panorama descrito m¨¢s arriba.
Pero un pesimismo adquirido me advierte que esa revoluci¨®n educativa es una quimera. Que nuestros ¡°l¨ªderes¡± han patrocinado la sistematizaci¨®n de la ignorancia con una efectividad que exhiben exclusivamente para la trampa y el hurto, y que no hay casualidad en esta coincidencia, porque no hay crimen m¨¢s grande contra el patrimonio de una naci¨®n que el que deja a sus hombres y mujeres sin capacidad para discernir.
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