San Romero de Am¨¦rica
La beatificaci¨®n del obispo salvadore?o constituye un reconocimiento de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n
A las seis y veinte de la tarde del 24 de marzo de 1980 era asesinado por un francotirador de un tiro en el coraz¨®n monse?or Oscar A. Romero, arzobispo de San Salvador (El Salvador), mientras celebraba misa en la capilla del Hospital de la Divina Providencia, en la colonia de Miramonte. Fueron testigos cincuenta personas que asist¨ªan al acto religioso y quedaron at¨®nitos e impotentes ante tama?o acto criminal.
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Durante los tres a?os que dirigi¨® la di¨®cesis de la capital salvadore?a (1977-1980), Romero ejemplific¨® los valores morales de la justicia, la paz, la solidaridad y la vida en un pa¨ªs donde reinaban la injusticia estructural y la violencia institucional, las mayor¨ªas populares sufr¨ªan la pobreza y la marginaci¨®n social, y la vida de los pobres carec¨ªa de valor.
Vivi¨® el cristianismo no como opio y alienaci¨®n, sino como liberaci¨®n; no al servicio de los poderosos, sino de los empobrecidos. Denunci¨® la concentraci¨®n de la riqueza en manos de unas pocas familias que manten¨ªan al pueblo en un r¨¦gimen de esclavitud. Critic¨® severamente la alianza entre los poderes pol¨ªtico, econ¨®mico y militar, y el apoyo de Estados Unidos a dichos poderes para masacrar al pueblo salvadore?o. Busc¨® caminos de reconciliaci¨®n a trav¨¦s de la negociaci¨®n y de la no violencia activa. Con su testimonio y su estilo de vida anticip¨® la utop¨ªa de otro mundo posible sin violencia ni opresi¨®n pol¨ªtica, sin desigualdad social ni corrupci¨®n, sin desigualdad social ni explotaci¨®n econ¨®mica, sin imperialismo ni militarismo.
El pueblo salvadore?o lo reconoci¨® como santo y m¨¢rtir desde el mismo d¨ªa de su asesinato. En un bell¨ªsimo poema el obispo hispano-brasile?o Pedro Casald¨¤liga le declar¨® ¡°San Romero de Am¨¦rica¡±. La Iglesia Anglicana lo incluy¨® en su santoral y es uno de los diez m¨¢rtires del siglo XX representados en las estatuas de la Abad¨ªa de Westminster junto con Martin Luther King y Dietrich Bonfoeffer. El Vaticano, empero, ha tardado 35 a?os en dicho reconocimiento.
El proceso de beatificaci¨®n empez¨® en 1990. Pero pronto surgieron obst¨¢culos de car¨¢cter pol¨ªtico y religioso que lo frenaron: la derecha pol¨ªtica gobernante en El Salvador, los embajadores del pa¨ªs ante la Santa Sede, algunos cardenales como el colombiano Alfonso L¨®pez Trujillo, etc...
Juan Pablo II censur¨® en reiteradas ocasiones la actuaci¨®n pastoral de monse?or Romero por considerarla m¨¢s pol¨ªtica que religiosa y por entender que hab¨ªa permitido la infiltraci¨®n del marxismo en la Iglesia salvadore?a. El papa polaco agiliz¨® el proceso de beatificaci¨®n y canonizaci¨®n de Jos¨¦ Mar¨ªa Escriv¨¢ de Balaguer, fundador del Opus Dei, mientras ralentizaba el de monse?or Romero con la complicidad del arzobispo de San Salvador el espa?ol Fernando S¨¢enz Lacalle, miembro del Opus Dei, adversario declarado de monse?or Romero, de los jesuitas de la UCA y de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, quien puso todos los obst¨¢culos a su alcance para la beatificaci¨®n.
Benedicto XVI defini¨® a monse?or Romero como gran testigo de la fe y defensor de la paz, pero objetaba para su beatificaci¨®n que ¡°una corriente pol¨ªtica deseaba utilizarlo injustificadamente como figura de estandarte¡±. Las cosas han cambiado durante el pontificado del papa Francisco, quien, poco despu¨¦s de su elecci¨®n, comunic¨® al promotor de la causa de monse?or Romero, el arzobispo Vincenzo Paglia, que el proceso de beatificaci¨®n quedaba desbloqueado y deb¨ªa agilizarse. Se superaban as¨ª los obst¨¢culos puestos hasta entonces por los sectores religiosos y pol¨ªticos m¨¢s conservadores de dentro y de fuera de El Salvador y del Vaticano. La comisi¨®n oficial de te¨®logos ha reconocido el martirio de monse?or Romero y el 23 de mayo ser¨¢ beatificado. Su beatificaci¨®n constituye un reconocimiento de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n perseguida durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Juan Jos¨¦ Tamayo es director de la C¨¢tedra de Teolog¨ªa y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid y director con L. Alvarenga autor de Ignacio Ellacur¨ªa: utop¨ªa y teor¨ªa cr¨ªtica (Tirant lo Blanch, 2014).
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