El futuro de nuestro sistema de partidos
A largo plazo, encaja mejor la alianza de Ciudadanos con el PSOE que con el PP
Los ¨²ltimos sondeos de opini¨®n parec¨ªan dibujar una situaci¨®n pr¨®xima al empate t¨¦cnico entre el PP, el PSOE, Podemos y Ciudadanos. Los resultados de las elecciones andaluzas han matizado este pron¨®stico a favor de los dos grandes partidos. Con estos datos a la vista cabe, en todo caso, una aproximaci¨®n al sistema de partidos que con toda probabilidad va a establecerse en Espa?a despu¨¦s de las legislativas en el conjunto del pa¨ªs. Una primera hip¨®tesis es que las elecciones municipales y auton¨®micas previas introduzcan un momento de reflexi¨®n en el electorado que se traduzca en un apoyo mayoritario a los dos grandes partidos estatales. Las dificultades que para la formaci¨®n de Gobiernos estables a escala auton¨®mica y municipal habr¨¢n de producirse de mantenerse la pauta marcada por las encuestas y matizada por las elecciones andaluzas, pueden ser el inicio de un proceso de rectificaci¨®n de la opini¨®n espa?ola que se materialice en un reforzamiento del actual bipartidismo.
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En el caso de que esta rectificaci¨®n no se produzca o se produzca en t¨¦rminos escasamente significativos, tanto el PP como el PSOE deber¨¢n poner en pr¨¢ctica acuerdos con vistas a la formaci¨®n de gobierno. La primera posible alianza es la que pudiera producirse entre ellos mismos. Mejor que en la forma de una gran coalici¨®n, la alianza podr¨ªa tomar la forma de un apoyo t¨¢cito del partido con menor apoyo electoral al ganador. Obligar¨ªa ello a un entendimiento entre el PP y el PSOE que siempre ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil que el necesario para formar un gobierno de coalici¨®n.
La estabilidad no quedar¨¢ tan afectada como auguran los pesimistas
De no producirse este entendimiento, la segunda hip¨®tesis m¨¢s probable ser¨ªa la coalici¨®n entre el PP o el PSOE con Ciudadanos. El car¨¢cter de fuerza centrista de Ciudadanos har¨ªa posible su alianza con un partido de derechas como el PP o con un partido de centro-izquierda como el PSOE. Mi impresi¨®n es que encaja mejor la alianza de Ciudadanos con el PSOE que con el PP dentro de una estrategia a largo plazo del partido centrista. La tercera hip¨®tesis, un entendimiento del PSOE con Podemos, parece m¨¢s dif¨ªcil si nos atenemos a los componentes populistas y a la pulsi¨®n izquierdista que parece caracterizar a esta fuerza pol¨ªtica.
Las dos hip¨®tesis iniciales pueden garantizar la estabilidad del sistema pol¨ªtico espa?ol. Y pondr¨ªan de manifiesto, por cierto, la apreciable neutralidad de un sistema electoral que ha permitido cambios sensibles en el sistema de partidos espa?ol desde el inicio de la transici¨®n. Si el electorado espa?ol se decidiera a prescindir del actual esquema bipartidista, es posible que Ciudadanos se convierta en el medio partido que garantice la estabilidad pol¨ªtica sin el recurso, harto arriesgado, a los partidos nacionalistas catal¨¢n y vasco.
El papel que hist¨®ricamente pudo jugar el PSP, el CDS o UPyD corresponder¨ªa ahora a una opci¨®n pol¨ªtica que todav¨ªa necesita desarrollo en la vida espa?ola, pero que cuenta con activos indudables para conseguirlo: su acci¨®n pol¨ªtica en Catalu?a, su liderazgo y su promesa de regeneraci¨®n realista de la pol¨ªtica nacional. Habr¨ªa que anotar en este panorama la inc¨®gnita de Izquierda Unida y UPyD que parecen soportar con enormes dificultades la competencia, respectivamente, de Podemos y Ciudadanos.
Las dos grandes ofertas pol¨ªticas han infravalorado el peso de la corrupci¨®n en el ¨¢nimo de los espa?oles
Es verdad que el mantenimiento del actual esquema bipartidista a cargo del PP y el PSOE parece una opci¨®n menos arriesgada para la estabilidad del sistema pol¨ªtico. El caso es que ambos partidos han infravalorado el peso de la corrupci¨®n en el ¨¢nimo de los espa?oles. Sus dos grandes ofertas pol¨ªticas, la salida de la crisis a cargo del PP y la lucha contra la desigualdad a cargo del PSOE, puede que no sean suficientes para permitirles recuperar la confianza del electorado.
Entretanto, el tema catal¨¢n parece quedar aplazado a una posible modificaci¨®n de la opini¨®n de Catalu?a. No se puede ignorar la contribuci¨®n que Ciudadanos, con un peso creciente en el electorado catal¨¢n, puede aportar a la soluci¨®n del problema. El nuevo rumbo que parece adoptar el PSC liderado por Iceta y la materializaci¨®n de la propuesta federalista del PSOE en un desarrollo de signo federal de nuestro actual Estado de las Autonom¨ªas, pienso que son datos positivos en esta direcci¨®n. Por fin va tomando cuerpo la reacci¨®n de amplios sectores de opini¨®n catalana en contra de la secesi¨®n. Y en esta reacci¨®n hay que confiar fundamentalmente con vistas a la superaci¨®n de la amenaza independentista.
De un modo u otro, la estabilidad de nuestro sistema pol¨ªtico no parece seriamente amenazada por los posibles cambios en el sistema de partidos. Mientras la propensi¨®n hacia el centro pol¨ªtico siga siendo dominante en la sociedad espa?ola, no cabe temer alteraciones importantes en la estructura de nuestro sistema pol¨ªtico. Incluso el problema catal¨¢n habr¨¢ de contar con un acomodo en una sociedad desarrollada en que son muy concretas las cosas que los ciudadanos aspiran a mantener y que no est¨¢n dispuestos a poner en juego por una decisi¨®n radical, capaz de alterar el statu quo econ¨®mico y social del conjunto del pa¨ªs. Altos niveles de desarrollo son pr¨¢cticamente incompatibles con cambios traum¨¢ticos en las reglas de juego pol¨ªticas. Y la secesi¨®n est¨¢ claramente dentro de esta categor¨ªa.
Es verdad que el impacto de la crisis econ¨®mica ha hecho descender el n¨²mero de ciudadanos preocupados por el mantenimiento de ese statu quo. Pero si se confirma el camino de salida de esa crisis, todo hace indicar que la modificaci¨®n que puede producirse en el sistema de partidos no habr¨¢ de tener los efectos negativos que en algunos sectores de opini¨®n se auguran para la estabilidad de nuestro sistema pol¨ªtico.
Incluso las cosas pueden quedar en un oportuno toque de atenci¨®n al PP y al PSOE y en el surgimiento de unas nuevas fuerzas pol¨ªticas que sustituyan con ventaja a los partidos nacionalistas en su papel de eventuales aliados de populares y socialistas. Unas nuevas fuerzas pol¨ªticas que pueden ayudar, adem¨¢s, a hacer m¨¢s real la pr¨¢ctica del pluralismo pol¨ªtico en Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco.
Andr¨¦s de Blas Guerrero es catedr¨¢tico de Teor¨ªa del Estado en la UNED.
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