Conversaciones l¨²cidas
"La entrevista a Jill Abramson es un exquisito aperitivo, posiblemente m¨¢s por lo que deja de contar que por lo que cuenta"
Carta de la semana: Conversaciones l¨²cidas
La entrevista a Jill Abramson, exdirectora de The New York Times, es un exquisito aperitivo, posiblemente m¨¢s por lo que deja de contar que por lo que cuenta, de todo un personaje; una verdadera adalid de los valores y principios b¨¢sicos que debieran regir el mundo laboral en toda sociedad democr¨¢tica que se precie de serlo. Igualdad, libertad, meritocracia, transparencia, lealtad o rendimiento de cuentas brillan por su ausencia en las empresas tanto privadas como no digamos p¨²blicas.
Jos¨¦ M. L¨®pez-Mill¨¢n. Sevilla
Epistolarios e incineraciones
Leyendo el art¨ªculo Memorias de pu?o y letra, sobre los epistolarios como medio de conservaci¨®n de la memoria y de la transmisi¨®n de los sentimientos, y partiendo de la base de que esto es una carta bajo otro formato (correo electr¨®nico), revertido al papel por obra del peri¨®dico (y continuando tambi¨¦n en el mundo digital, por su lectura a trav¨¦s de Internet), me gustar¨ªa plantear la p¨¦rdida de memoria que suponen las incineraciones (muy higi¨¦nicas, por otra parte).
En este mundo de secuencias del ADN se podr¨¢n encontrar, en no mucho tiempo, con la dificultad de intentar estudiar gen¨¦ticamente varias generaciones, comprobar si hubo mutaciones, si existe un v¨ªnculo entre personas, y en qu¨¦ grado, e incluso, para los amantes del buen cine, como Javier Mar¨ªas, no tendr¨¢n cad¨¢ver que desenterrar, ni huesos que analizar.
Federico Rom¨¢n. Madrid
Sobre gustos y escritos
Leo a Javier Mar¨ªas en Transformismo y estoy absolutamente de acuerdo en que el gusto es una cuesti¨®n personal que debe ser respetada. Comparto con ¨¦l la opini¨®n de que se ha confundido en los ¨²ltimos a?os la interpretaci¨®n con la imitaci¨®n, rechazo la hipocres¨ªa de unos Premios Oscar cuya ceguera a la hora de premiar la opci¨®n m¨¢s correcta ha conllevado una disminuci¨®n considerable de su prestigio. Puedo entender que no le guste el cine de Haneke, de Malick o de Linklater, pero de ah¨ª a decir que aquellos que s¨ª nos hemos emocionado y hemos reflexionado con sus pel¨ªculas no entendemos de cine me parece un ejercicio de prepotencia considerable. M¨¢s todav¨ªa cuando afirma no querer ¡°tener raz¨®n¡± en sus gustos.
No s¨¦ qu¨¦ entender¨¢ Mar¨ªas por cine, pero para m¨ª el s¨¦ptimo arte consiste en sensaciones. Y yo me he estremecido con la crueldad y la maestr¨ªa con las que se aborda el tema de la muerte en Amor, admiro la belleza y la poes¨ªa de ese precioso di¨¢logo con Dios que supone El ¨¢rbol de la vida y, por supuesto, me he sentido identificado de principio a fin con todo lo que Boyhood cuenta.
En fin, ser¨¦ yo ¨Cy todos ?aquellos que compartan mis gustos¨C el ¡°merluzo¡± que, no s¨¦ cu¨¢ndo ni por qu¨¦, dej¨® de entender de cine.
Jorge Valle ?lvarez. Le¨®n
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