Los pasos de Nicaragua hacia el autoritarismo
La ret¨®rica en la que se envuelve Ortega suena a imitaci¨®n o falsificaci¨®n
?La primera pregunta que escucho acerca de Nicaragua es en qu¨¦ se parece esta segunda etapa de la revoluci¨®n a la primera. Es lo que he o¨ªdo a los estudiantes de la Universidad Nacional Aut¨®noma de Madrid, y a los de la Universidad de los Ozarks, en Arkansas, en los ¨²ltimos d¨ªas. Mi repuesta es que no hay tal segunda etapa de la revoluci¨®n.
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La pregunta es justa, porque Daniel Ortega, presidente sandinista de los a?os ochenta, lo es hoy otra vez, a partir de las elecciones de 2006, y luego fue reelegido en 2011. Ahora no sabemos si ser¨¢ candidato de nuevo, o lo ser¨¢ su esposa, que gobierna junto con ¨¦l.
El poder actual pretende envolverse en la misma ret¨®rica revolucionaria de aquellos a?os. Pero se trata de un discurso que suena a imitaci¨®n, o falsificaci¨®n. Imperialismo, burgues¨ªa, soberan¨ªa nacional, socialismo, son palabras de ese viejo diccionario que perdieron su significado, porque el mismo poder se lo ha quitado. O hay que leer ese discurso al rev¨¦s, como si fuera todo lo contrario.
Ortega, o su esposa, se impondr¨¢n de cualquier manera en las elecciones presidenciales de 2017
No hay ning¨²n traslado real de la riqueza a manos de los m¨¢s desamparados. El 48% de la poblaci¨®n subsiste con menos de 2 d¨®lares al d¨ªa, y de entre ellos, la mitad subsiste con menos de 1 d¨®lar al d¨ªa. Nicaragua ocupa uno de los tres ¨²ltimos lugares en los ¨ªndices de miseria de Am¨¦rica Latina, junto con Hait¨ª y Honduras.
El discurso de defensa a ultranza de la soberan¨ªa nacional en contra del imperialismo yanqui no es m¨¢s que ret¨®rica. Los intereses de la seguridad nacional de Estados Unidos en Centroam¨¦rica y el Caribe no tienen ya nada que ver con la antigua guerra fr¨ªa, como lo demuestra el inicio de la normalizaci¨®n de relaciones con Cuba.
En un art¨ªculo publicado recientemente en Bloomberg, se cita a William Brownfield, subsecretario de Estado para Narc¨®ticos, diciendo que ¡°los esfuerzos del Gobierno de Nicaragua para proteger a su pueblo y su territorio de las actividades de los traficantes de droga han sido muy positivos¡±, lo cual es m¨¢s importante, afirma, que los ¡°diversos elementos complicados¡± en las relaciones de Estados Unidos con Nicaragua. La cooperaci¨®n para detener cargamentos de drogas es lo estrat¨¦gico en estas relaciones, no la democracia.
Esta posici¨®n demuestra que la progresiva desaparici¨®n del sistema democr¨¢tico en Nicaragua no es motivo de preocupaci¨®n de Estados Unidos, ni tampoco de ning¨²n pa¨ªs relevante, en un mundo conmocionado por la amenaza del terrorismo yihadista y el califato isl¨¢mico, igual que por el creciente poder de los c¨¢rteles internacionales de la droga.
El credo del general Sandino, que inspir¨® la lucha del Frente Sandinista, estuvo basado en tres principios b¨¢sicos: soberan¨ªa nacional, democracia y justicia econ¨®mica. En su resistencia contra las tropas de ocupaci¨®n de Estados Unidos hasta que logr¨® su salida de Nicaragua, la defensa de la soberan¨ªa nacional fue lo m¨¢s relevante. Y ahora ha sido entregada a China.
La soberan¨ªa de la defensa nacional ha sido entregada a China
La idea de la construcci¨®n de un canal interoce¨¢nico ha gravitado sobre nuestra historia desde los tiempos de la colonia, y Estados Unidos le impuso a Nicaragua un tratado en 1914 para construir ese canal, algo que nunca hizo. Ahora, Wang Ying, un desconocido millonario de Pek¨ªn, 100 a?os despu¨¦s, es el nuevo amo y se?or de la soberan¨ªa nicarag¨¹ense, como concesionario del canal a trav¨¦s del Tratado Ortega-Wang, con duraci¨®n de 100 a?os.
Ortega ha sabido tocar un resorte de esperanza muy antiguo en el alma de los nicarag¨¹enses. Cuando la construcci¨®n del canal se anunci¨® en 2013, se prometi¨® la creaci¨®n de un mill¨®n de nuevos puestos de trabajo, una cifra estrafalaria. Ahora ha sido reducida a 30.000 empleos de baja categor¨ªa, mientras los puestos mejor cualificados ser¨ªan para los chinos que llegar¨ªan masivamente al pa¨ªs para hacerse cargo de las obras.
La revista The Economist, en un an¨¢lisis del estado democr¨¢tico en el mundo, divide a los pa¨ªses entre democracias plenas e imperfectas, y reg¨ªmenes autoritarios e h¨ªbridos. Nicaragua es enlistada entre los ¡°reg¨ªmenes h¨ªbridos¡±. En estos sistemas, afirma el an¨¢lisis, existen irregularidades sustanciales en las elecciones que usualmente las alejan de ser libres o justas, y existen serias debilidades institucionales. En este mismo grupo estar¨ªan tambi¨¦n Ecuador, Honduras, Guatemala y Bolivia.
Pero la frontera entre reg¨ªmenes autoritarios y reg¨ªmenes h¨ªbridos es muy tenue, y ya Nicaragua ha avanzado no pocos pasos para adentrarse en ese oscuro territorio de la ausencia de democracia. Ortega, o su esposa, se impondr¨¢n de cualquier manera en las elecciones presidenciales de 2017.
Pero los Gobiernos familiares han terminado siempre en grandes desastres pol¨ªticos. Las tensiones empezar¨¢n a manifestarse y crecer¨¢n en la medida en que las esperanzas creadas por el discurso populista de Ortega se agoten, sobre todo con el final de la cooperaci¨®n de Venezuela, que debe enfrentar los bajos precios del petr¨®leo, el desabastecimiento, la inflaci¨®n y una crecida deuda externa de corto plazo.
Y otro punto importante de inflexi¨®n ser¨¢ el fracaso del proyecto del canal, percibido hoy como una gran esperanza, y que se convertir¨¢ en frustraci¨®n cuando el tiempo demuestre que no era sino un invento desalmado.
Sergio Ram¨ªrez es escritor
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