La Tierra choc¨® con un planeta gemelo para crear la Luna
Un estudio concluye que es "bastante probable" que hubiese un descomunal choque entre planetas muy similares
Sistema Solar, hace unos 4.500 millones de a?os. Los gigantes gaseosos Saturno y J¨²piter ya se han formado. Mientras, en la regi¨®n m¨¢s cercana al Sol, orbitan m¨¢s de 80 planetas rocosos como la Tierra. En realidad son embriones de planetas que chocan violentamente entre s¨ª, se funden y forman cuerpos cada vez m¨¢s grandes. Este descomunal tiovivo seguir¨¢ en marcha unos 200 millones de a?os. Para entonces, el enjambre de rocas se habr¨¢ agrupado en cuatro planetas. No hay manera de saber si este relato es cierto, aunque es muy probable que Marte, la Tierra, Venus y Mercurio se formasen as¨ª. Ahora, una de las simulaciones m¨¢s precisas que se han hecho de aquel proceso intenta esclarecer un enigma que lleva vigente d¨¦cadas, si no siglos: ?c¨®mo se form¨® la Luna?
La teor¨ªa del gran impacto dice que nuestro planeta choc¨® con otro del tama?o de Marte, conocido como Theia. Fue un cataclismo tan violento que nuestro planeta desapareci¨® durante unas horas. Una peque?a parte sali¨® despedida y se mezcl¨® con los restos de Theia, convertidos en roca fundida tras el golpe. El resultado fue la Luna.
Es un resultado apasionante que resuelve 30 a?os de dudas
El gran problema para aceptar esta teor¨ªa es que, seg¨²n las estimaciones m¨¢s recientes, menos de un 1% de las colisiones eran entre planetas iguales. Actualmente los planetas del Sistema Solar tienen composiciones muy diferentes unos de otros, con lo que Theia tambi¨¦n debi¨® haber formado una Luna muy diferente de la que conocemos. Sin embargo, las rocas lunares tra¨ªdas por las misiones Apolo a finales de los a?os sesenta demostraron que los yermos de la Luna y el manto terrestre son casi indiferenciables en su composici¨®n. El origen de la Luna se convirti¨®, m¨¢s que nunca, en un enorme quebradero de cabeza.
La Luna del otro Darwin
El debate cient¨ªfico sobre los or¨ªgenes de la Luna pueden remontarse hasta 1898, cuando George, el hijo astr¨®nomo de Charles Darwin, propuso que la Tierra joven escupi¨® parte de su masa por fuerzas centr¨ªfugas, una hip¨®tesis que, con variaciones, sigue siendo la otra gran hip¨®tesis en liza, seg¨²n Jos¨¦ Luis Ortiz, f¨ªsico del Instituto de Astrof¨ªsica de Andaluc¨ªa. Ortiz resalta la importancia de este nuevo estudio para intentar encajar las piezas que faltan, pero advierte de que "se trata solo de una hip¨®tesis basada en modelos num¨¦ricos". El f¨ªsico apoya la otra hip¨®tesis en contienda, que fue la Tierra la que perdi¨® parte de su masa para formar la Luna pues le parece la explicaci¨®n m¨¢s plausible para el extremo parecido entre uno y otro cuerpo. Adem¨¢s "se han publicado estudios recientemente que la apoyan", dice.
El nuevo trabajo, publicado en Nature, muestra ahora que los choques entre gemelos eran mucho m¨¢s comunes de lo que se pensaba. ¡°Hemos usado simulaciones de alta resoluci¨®n para comprobar si la composici¨®n de cada planeta y el ¨²ltimo cuerpo con el que impactaron eran tan diferentes como la gente pensaba de antemano y lo que hemos averiguado es que sucede justo lo contrario¡±, explica Alessandra Mastrobuono, astrof¨ªsica del Instituto de Tecnolog¨ªa de Israel y coautora del estudio. ¡°Es un resultado apasionante que potencialmente resuelve 30 a?os de dudas sobre la teor¨ªa del gran impacto¡±, a?ade.
Su equipo ha simulado 40 veces la formaci¨®n de los planetas interiores del Sistema Solar, cada vez manejando las trayectorias de unos 80 embriones planetarios y entre 1.000 y 2.000 fragmentos m¨¢s peque?os que chocan y chocan durante millones de a?os. La complejidad de c¨¢lculo es tal que cada simulaci¨®n lleva de dos a cuatro meses y ha requerido el uso de un superordenador, explica la astrof¨ªsica. Los resultados del an¨¢lisis afirman que entre el 20% y el 40% de los cuerpos que chocaron contra la Tierra eran pr¨¢cticamente iguales qu¨ªmicamente. En otras palabras, ¡°es bastante probable¡± que la Tierra chocase con un planeta gemelo y que eso explique el origen de la Luna, dice Mastrobuono.
Robin Canup, astrof¨ªsica de EE UU, aporta una opini¨®n independiente sobre el trabajo. Estos resultados dan ¡°un apoyo renovado¡± a la teor¨ªa del gran impacto, explicando las similitudes entre la Luna y la Tierra, dice la experta del Instituto de Investigaci¨®n del Suroeste (EE UU). Pero los datos no bastan para cerrar el caso. A¨²n hay cosas que no encajan, por ejemplo, las diferencias en la composici¨®n de ciertos elementos como el ox¨ªgeno o el tungsteno. Precisamente otros dos estudios publicados este mi¨¦rcoles en Nature se centran en ese segundo elemento, cuya composici¨®n es ligeramente diferente entre la Tierra y la Luna. En una nota de prensa, uno de los equipos responsables del trabajo se?ala que estos datos son compatibles con un gran impacto, pero descartan la posibilidad de que Theia y la Tierra tuvieran la misma composici¨®n. Mastrobuono y Canup mantienen que s¨ª son compatibles, aunque, advierte esta ¨²ltima, ser¨¢n necesarios nuevos c¨¢lculos probabil¨ªsticos para demostrarlo.
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