La terrible vida de un tiranosaurio devorado por sus semejantes
Las dentelladas en el esqueleto de uno de estos dinosaurios depredadores muestran que fue atacado repetidas veces y devorado por semejantes
Es dif¨ªcil imaginar el terrible da?o que pod¨ªa infligir la dentellada del Daspletosaurus, uno de los m¨¢s temibles depredadores, de la familia del tiranosaurio rex. Pero gracias a las marcas que dejaron podemos saber m¨¢s de c¨®mo era la vida de estos peligrosos animales que habitaron Norteam¨¦rica hace 75 millones de a?os. Y las evidencias muestran un d¨ªa a d¨ªa extraordinariamente violento en el que el rival m¨¢s d¨¦bil ten¨ªa mucho que perder. Un nuevo an¨¢lisis de los restos de uno de estos animales muestra innumerables dentelladas por toda la cabeza sufridas ¡ªy curadas¡ª en vida y, lo que es m¨¢s llamativo, algunos mordiscos recibidos despu¨¦s de muerto, lo que consolida la idea de que los tiranosa¨²ridos recurr¨ªan al canibalismo cuando el hambre apretaba.
El ejemplar atacado era joven, bastante m¨¢s peque?o que los adultos, y tambi¨¦n fue mordisqueado despu¨¦s de muerto
La paleontolog¨ªa es capaz de describir a partir de un pu?ado de huesos la dureza en la que vivi¨® y muri¨® un animal hace 75 millones de a?os. En este caso, las marcas del cr¨¢neo y la mand¨ªbula de un Daspletosaurus joven indican que su vida estuvo cerca del tormento. Aunque este cr¨¢neo fue descubierto en 1994 en Canad¨¢, un nuevo trabajo sobre las heridas que conserva indican que sufri¨® innumerables ataques de semejantes, de otros animales de su g¨¦nero, hasta 14 grupos de marcas en el cr¨¢neo y la mand¨ªbula de varios cent¨ªmetros que debieron llenar su cabeza de espeluznantes cicatrices. Una, especialmente seria, en la parte posterior de la cabeza rompi¨® parte del cr¨¢neo y dej¨® de una hendidura circular en forma de diente a trav¨¦s del hueso.
El an¨¢lisis de estas heridas indica que fueron otros?Daspletosaurus los que le dieron estas brutales dentelladas al animal estudiado. Este ejemplar era m¨¢s peque?o de lo normal en un ejemplar adulto y todo sugiere que se trataba de un adolescente: 6 metros de largo, frente a los 8 o 9 nueve que llegaban a alcanzar, y 500 kilos, frente a las dos o tres toneladas que terminaban pesando.
?Abusaban de este animal por su tama?o? "Es posible", explica Dave Hone, uno de los cient¨ªficos que han estudiado los restos del dinosaurio. Hone, de la Universidad de Londres, admite que no se puede decir mucho sobre las heridas cicatrizadas, ya que es dif¨ªcil decir cu¨¢nto tiempo antes de su muerte ocurrieron. "Podr¨ªa deberse a cualquier n¨²mero de razones: peleas entre hermanos, combates por comida, etc", se?ala. "Dudo que todas estas lesiones sucedieran de una vez, pero no podemos decir si las caus¨® un animal o muchos". Algunos autores se?alan que quiz¨¢ hac¨ªan vida en grupo y no en solitario, como muestran algunas pistas encontradas tambi¨¦n en Tyrannosaurus, o tal vez fueron encontronazos por defender un territorio.
Al margen de lo que este tiranosa¨²rido sufriera en vida, hay dos o tres marcas especialmente interesantes, porque consolidan la hip¨®tesis de que usaban a sus cong¨¦neres como carro?a. "Las mordeduras post mortem fueron probablemente provocadas por un ¨²nico animal", asegura Hone. "El canibalismo es conocido en otros dinosaurios, incluyendo al Tyrannosaurus. La mayor¨ªa de los carn¨ªvoros tender¨¢n a alimentarse con todo lo que puedan y, si bien tiende a ser raro, esto es, al menos en parte, debido a los grandes carn¨ªvoros son raros: solo hay uno por cada cientos de herb¨ªvoros, asi que no se encontraban entre s¨ª muy a menudo", explica.
La lectura de los hechos coincide con la opini¨®n del paleont¨®logo Nick Longrich, que no ha participado en este estudio, pero que ha investigado sobre el canibalismo en esta familia de dinosaurios. "Se ajusta a lo que hemos visto", se?ala Longrich. "Los tiranosaurios se alimentan con frecuencia de otro tiranosaurio. Se han hallado dos tiranosaurios en este conjunto por lo que esta interacci¨®n puede ser o bien el canibalismo de otro Daspletosaurus o realizada por otra especie de la misma familia, como el Albertosaurus", indica el investigador de la Universida de Bath.
La importancia de las marcas producidas en el entorno de la mand¨ªbula despu¨¦s de que el dinosaurio hubiera muerto radica en los tiempos, seg¨²n defiende Hone. Algunos predadores pueden matar y luego alimentarse de la v¨ªctima durante d¨ªas o incluso semanas y esto da un patr¨®n caracter¨ªstico de consumo, que no es el caso. Es muy diferente al hallazgo de un cad¨¢ver semanas despu¨¦s y devorarlo. "En ambos casos, las mordeduras y los patrones ser¨¢n similares a pesar de que uno lo ha matado y el otro no. Aqu¨ª, debido a la evidencia de descomposici¨®n antes del mordisco post mortem, parece ser que usaron como carro?a un cuerpo en putrefacci¨®n", afirma.
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