Celebraci¨®n

Pese a que la Segunda Rep¨²blica, que tantos sue?os hab¨ªa despertado, termin¨® en una guerra fratricida, cada a?o cuando se acerca el 14 de abril la conciencia republicana vuelve a instalarse en el horizonte de muchos espa?oles. Para unos es solo una idea plat¨®nica; para otros es una meta pol¨ªtica que debe ser conquistada de nuevo. Denostada o a?orada, lo cierto es que aquella primavera de 1931, para la mayor¨ªa de ciudadanos que no la conocimos, ha quedado como una reserva natural, que a los ingenuos imbatibles nos permite imaginar que una pol¨ªtica limpia, feliz y creativa es posible. Impulsada por el regeneracionismo, la Rep¨²blica estableci¨® su primera meta en la conquista de la cultura como un derecho al alcance de todos, el ¨²nico camino para llevar este pa¨ªs a la modernidad. En solo dos a?os el analfabetismo, un mal espa?ol end¨¦mico, fue pr¨¢cticamente erradicado. La primera medida del Gobierno de Aza?a fue subir el sueldo a los profesores y maestros hasta entonces condenados al hambre, y a continuaci¨®n comenz¨® a levantar escuelas e institutos, a crear ferias del libro y misiones pedag¨®gicas por los pueblos hasta entonces olvidados. Las reyertas parlamentarias llevaron pronto al encono social. Fue precisamente la cultura y la ense?anza el principal campo de batalla que dividi¨® la pol¨ªtica en bandos irreconciliables a derecha e izquierda, debate que todav¨ªa permanece en nuestros d¨ªas. En el fondo la Rep¨²blica es solo una categor¨ªa de la mente, un anhelo de limpieza pol¨ªtica y moral, un clima propicio para que florezcan las artes y las ciencias con la igualdad de oportunidades para el talento y el esfuerzo. Si este prop¨®sito hoy se cumpliera no habr¨ªa necesidad de cambiar de r¨¦gimen: nuestra Monarqu¨ªa se convertir¨ªa autom¨¢ticamente en republicana y ser¨ªan los Reyes los primeros en celebrar el 14 de abril.

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