Potajes
El da?o que determinado tipo de gente produce va mucho m¨¢s all¨¢ de sus delitos legales porque destruyen nuestra fe en el ser humano
No quer¨ªa yo hoy seguir hablando de Rato porque el tema jarrea y todos los columnistas estamos con lo mismo, que ya es hasta cansino este asco a flor de boca que te deja la indigesti¨®n de la cosa p¨²blica. Pero es que no consigo quitarme la rabia de la cabeza porque es otra ca¨ªda de gama alta, como los Pujol. Es decir, gente que no s¨®lo te indigna, sino que, de entrada, sobre todo te desconsuela, te hiere y aniquila tus esperanzas en el sistema. Porque una cosa son esos apandadores evidentes a los que, como B¨¢rcenas, o Fabra, o El Bigotes, enseguida imaginas sacados de un repertorio bufo de zarzuela y cantando lo de soy el rata primero, y yo el segundo, y yo el tercero. O incluso esos desahogados tipo Gri?¨¢n y Chaves, que aseguran con toda tranquilidad que son unos completos incompetentes y no se enteran de nada, cosa vergonzosa en s¨ª misma y harto sospechosa. Pero, antes de Bankia, Rato no ten¨ªa ese perfil y, aunque su nombre pegue tan bien con rata, no nos lo imagin¨¢bamos tan ratonil. Por eso ahora es un dolor ver sus antiguas y atinadas condenas de la amnist¨ªa fiscal, por ejemplo, como lo fue ver las enf¨¢ticas y cre¨ªbles declaraciones de honestidad de Pujol, El Terrible. Y lo peor es que no s¨®lo parecen estar ellos metidos hasta los sobacos en qui¨¦n sabe qu¨¦ charcas, sino que adem¨¢s asoman por detr¨¢s grandes clanes familiares, padres e hijos y sobrinos trabajando para el Lado Oscuro de la Fuerza. El da?o que este tipo de gente produce va mucho m¨¢s all¨¢ de sus delitos legales porque destruyen nuestra fe en el ser humano y deber¨ªan tener por eso penas supletorias, como, por ejemplo, y tras salir de la c¨¢rcel, unos cuantos a?os de servicio en comedores sociales. Habr¨ªa que verlos sirviendo los potajes.
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