Espesa niebla policial

Resulta sorprendente que la direcci¨®n de la Polic¨ªa considere compatibles los negocios privados del comisario Jos¨¦ Manuel Villarejo con sus actividades como servidor p¨²blico. Tras manejar 46 sociedades en los ¨²ltimos 30 a?os, de las cuales mantiene activas al menos una docena, el volumen inmobiliario de sus negocios en Espa?a supera los 14 millones de euros. Pero, a juzgar por las declaraciones del director de la Polic¨ªa, Ignacio Cosid¨®, no hay nada incompatible en las actividades privadas de un comisario que, aun sin disponer de mando org¨¢nico concreto, rinde cuentas directamente al n¨²mero dos del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa.

De entrada, conviene poner en guardia a los 70.000 miembros de ese cuerpo, muchos de ellos preocupados por el modesto nivel de sus ingresos. La soluci¨®n dada al asunto de este comisario no debe interpretarse en el sentido de que existe una v¨ªa para construirse un patrimonio que jam¨¢s alcanzar¨¢n con sus retribuciones oficiales. Porque no todos los polic¨ªas pueden ser como Villarejo, que ha trabajado para diez ministros del Interior con su holding empresarial en activo. Cuando esto ocurre, es evidente que algo muy especial le protege y le diferencia de la gran mayor¨ªa de sus colegas.

Eso tan especial tiene que ver con el manejo de asuntos muy sensibles para la pol¨ªtica. Sin poner en duda que haya cumplido algunos servicios de relevancia para el Estado, resultan mucho m¨¢s turbias sus indagaciones en asuntos como la propiedad del ¨¢tico de Ignacio Gonz¨¢lez ¡ªtodav¨ªa presidente de la Comunidad madrile?a¡ª, a quien grab¨® secretamente, o su intervenci¨®n en las andanzas del peque?o Nicol¨¢s, por citar solo las m¨¢s recientes.

Todo cuanto sucede en torno a Villarejo aporta m¨¢s indicios sobre la existencia de grupos en la sombra dentro de las fuerzas policiales. No es que otros pa¨ªses democr¨¢ticos est¨¦n libres del mismo vicio; la diferencia es que los Estados serios no cubren con tanta impudencia a los gabinetes negros. Al menos, a partir del momento en que se descubre p¨²blicamente su existencia.

Es peligroso utilizar a la polic¨ªa para operaciones oscuras. En un Gobierno al que rodean algunos esc¨¢ndalos, el ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, no deber¨ªa dar por bueno que una niebla espesa encubra tambi¨¦n este asunto.