Y los municipios tambi¨¦n dan la espalda al desarrollo
Por Ignacio Mart¨ªnez miembro de laPlataforma 2015 y m¨¢s.
Sahel-?frica. Assid Mint Mana, con uno de sus 8 hijos ? Pablo Tosco / @OxfamIntermon
La cooperaci¨®n espa?ola para el desarrollo atraviesa el peor momento de su historia. Tan solo hace unos d¨ªas conoc¨ªamos los datos que anualmente ofrece el Comit¨¦ de Ayuda al Desarrollo de la OCDE, que constatan la desconexi¨®n del Gobierno espa?ol con la solidaridad internacional.
Pero esta historia no es nueva, comenz¨® en el a?o 2010 cuando el Gobierno espa?ol renunci¨® a sus compromisos en materia de cooperaci¨®n y desarrollo internacional y se ha rubricado a lo largo de la actual legislatura. Ya desde aquel momento de quiebre, varias comunidades aut¨®nomas y entidades locales, entre ellas la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid, decidieron tambi¨¦n poner fin a su compromiso y a sus responsabilidades globales a trav¨¦s de la pol¨ªtica de cooperaci¨®n.
El an¨¢lisis aplicado al caso madrile?o ya en el inicio de este ciclo permit¨ªa vislumbrar lo que finalmente ha ocurrido: la pr¨¢ctica desaparici¨®n de la pol¨ªtica de cooperaci¨®n en la regi¨®n madrile?a, al menos en sus dos gobiernos principales. No asist¨ªamos solo al desorbitado descenso de los recursos, se trataba de una crisis de dimensiones profundas, relacionada con una concepci¨®n instrumental y voluntarista de la cooperaci¨®n, que hizo recaer buena parte del ajuste presupuestario en esta pol¨ªtica ¨Dla m¨¢s castigada de todas las castigadas pol¨ªticas sociales¨D. La construcci¨®n de una narrativa oficial basada en la confrontaci¨®n entre los derechos y el bienestar de la ciudadan¨ªa madrile?a y los de la ciudadan¨ªa de los pa¨ªses del Sur trat¨® de justificar la opci¨®n pol¨ªtica de la desconexi¨®n.
Esta desconexi¨®n, m¨¢s all¨¢ de la crisis institucional, gener¨® efectos muy negativos el conjunto de los actores de la cooperaci¨®n madrile?a: el debilitamiento del tejido asociativo y una crisis de participaci¨®n y sentido cuyas consecuencias no somos capaces de vislumbrar.
El desmantelamiento, ?significa la muerte de la cooperaci¨®n?
Tener una pol¨ªtica desmantelada y afrontando una profunda crisis no significa que los madrile?os y las madrile?as renunciemos a un Madrid solidario, internacionalista y cosmopolita. Por el contrario, ante la inminente cita electoral y posible cambio de ciclo pol¨ªtico, debemos apostar por la recuperaci¨®n de nuestro compromiso con los derechos humanos, con la equidad, y con la sostenibilidad ambiental. Para ello es preciso recuperar la cooperaci¨®n internacional para el desarrollo como una pol¨ªtica p¨²blica y como se?a de identidad de nuestra regi¨®n.
As¨ª pues, la ciudadan¨ªa madrile?a, sus organizaciones de la sociedad civil y los actores pol¨ªticos y sociales que ser¨¢n protagonistas del nuevo ciclo pol¨ªtico se encuentran ante el desaf¨ªo de impulsar un ¡°proceso constituyente¡± de las pol¨ªticas de desarrollo. Se trata de un desaf¨ªo colectivo que solo entre todos y todas podremos lograr, para el que debemos aprender de los errores del pasado, y atender, al menos, a tres retos:
El primero tiene que ver con la superaci¨®n de la mirada voluntarista e instrumental que ha acompa?ado a las pol¨ªticas de cooperaci¨®n descentralizada. En el contexto de globalizaci¨®n, y de creciente interdependencia en la explicaci¨®n y la soluci¨®n a los problemas del desarrollo, la pol¨ªtica de cooperaci¨®n y el compromiso con el desarrollo global no pueden seguir siendo opcionales para los gobiernos locales y auton¨®micos. Son, por el contrario, responsabilidades adquiridas con la propia ciudadan¨ªa y con la ciudadan¨ªa global, as¨ª como requisitos imprescindibles para la contribuci¨®n, desde lo local, a una buena gesti¨®n de los asuntos globales.
El segundo desaf¨ªo en la construcci¨®n colectiva de la pol¨ªtica de cooperaci¨®n para el desarrollo tiene que ver con propio modelo que asuma la cooperaci¨®n descentralizada. Aqu¨ª es donde las lecciones del pasado deben iluminar las decisiones futuras. Parece importante superar en un momento como el actual la tentaci¨®n a volver a hablar de instrumentos de cooperaci¨®n, v¨ªas de canalizaci¨®n de la ayuda, regiones prioritarias y sectores de intervenci¨®n. Convendr¨ªa definir previamente el horizonte de transformaci¨®n de la cooperaci¨®n madrile?a, cu¨¢les son los sujetos de cambio a los que se pretende fortalecer, qu¨¦ procesos acompa?ar, qu¨¦ objetivos integrales de desarrollo se marcan y qu¨¦ modelo de participaci¨®n se construye para lograr todo ello. A partir de ah¨ª, s¨ª ser¨¢ necesario un dise?o colectivo de instrumentos y mecanismos que permitan superar la l¨®gica instrumental basada en las relaciones en torno a la financiaci¨®n.
El tercer desaf¨ªo reclama la construcci¨®n de una nueva narrativa sobre el desarrollo y la cooperaci¨®n. La narrativa construida sobre el altruismo ha sido capacidad de movilizar voluntad y apelar a las emociones, pero tambi¨¦n ha permitido la incorporaci¨®n de importantes m¨¢rgenes de discrecionalidad. Es hora, por lo tanto, de hacer un llamamiento a las responsabilidades de la regi¨®n madrile?a en la justicia social y ambiental global, y a la construcci¨®n de un Madrid solidario, internacionalista y cosmopolita.
?Estaremos a la altura del desaf¨ªo?
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