Claridad, claridad, claridad
Si una mayor¨ªa inequ¨ªvoca de catalanes vota el 27-S por la independencia, hay que iniciar las reformas legales para un refer¨¦ndum
Lo dir¨¦ sin rodeos: tras lo ocurrido en los tres ¨²ltimos a?os, si una mayor¨ªa clara e inequ¨ªvoca de catalanes vota en las elecciones del 27 de septiembre por la independencia de manera clara e inequ¨ªvoca, hay que iniciar las reformas legales necesarias para que los catalanes podamos pronunciarnos cuanto antes, en un refer¨¦ndum con todas las garant¨ªas, en favor o en contra de la independencia. S¨¦ que hay argumentos poderosos contra esta propuesta, el principal de los cuales sostiene que la soberan¨ªa no es divisible, que Espa?a es jur¨ªdica y pol¨ªticamente un todo y que una parte no puede decidir por el todo, lo que explica que casi ninguna democracia del mundo acepte el derecho a la secesi¨®n. Aunque atendibles, tales argumentos me parecen insuficientes: una democracia no puede retener contra su voluntad a la mayor¨ªa de los ciudadanos de uno de sus territorios, entre otras razones porque es peligroso hacerlo.
De este hecho parte la Ley de Claridad canadiense, que se basa en la idea de que, aunque la parte (Quebec) no puede decidir por el todo (Canad¨¢), el todo no puede hacer o¨ªdos sordos a las reclamaciones de la parte y debe permitirle expresarse con libertad incluso acerca de su pertenencia al todo, siempre y cuando exista una clara mayor¨ªa que lo exija y se respeten las leyes. Si los gobernantes espa?oles se convencieran de que Espa?a s¨®lo merecer¨¢ la pena, al menos mientras esperamos su feliz disoluci¨®n en Europa, en la medida en que resulte atractiva para todos los que la integramos (el famoso ¡°proyecto sugestivo de vida en com¨²n¡± de Ortega) y si los gobernantes catalanes quisieran en serio la independencia de Catalu?a y no la usaran s¨®lo como instrumento para perpetuarse en el poder, pronto gozar¨ªamos de una ley semejante a la canadiense, que yo sepa la ¨²nica capaz de canalizar de manera civilizada los anhelos independentistas en una parte de un Estado democr¨¢tico.
?Existe en Catalu?a una mayor¨ªa independentista? Lo veremos el 27-S. O no. De momento, en el actual Parlament los diputados con un mandato clara e inequ¨ªvocamente independentista no suman ¨C dura veritas sed veritas, amigos independentistas¨C ni un 20%: ERC m¨¢s CUP. ?Ir¨¢ CiU a las elecciones con un programa independentista? Hasta ahora no lo ha hecho, porque CiU es maestra en el galimat¨ªas y el eufemismo, instrumentos del enga?o: a las pasadas elecciones se present¨® con una exigencia de ¡°Estado propio¡± (?Federal? ?Confederal? ?Independiente? ?L¨ªquido? ?Gaseoso?); tambi¨¦n con el llamado derecho a decidir, un derecho no s¨®lo desconocido en el mundo entero y parte del extranjero, sino imposible, puesto que se basa en la aberraci¨®n ling¨¹¨ªstica de convertir un verbo transitivo en intransitivo: no se puede decidir a secas; hay que decidir algo. Alg¨²n d¨ªa los catalanes nos recuperaremos de la verg¨¹enza de haber tolerado que nuestra vida pol¨ªtica gire durante a?os en torno a una fantasmagor¨ªa, pero sospecho que ser¨¢ mucho antes de que CiU se presente a las elecciones con un programa independentista: primero, porque se romper¨ªa; y, segundo, porque Mas ha sufrido en carne propia la evidencia de que en Catalu?a no existe una mayor¨ªa independentista y sabe que perder¨ªa a¨²n m¨¢s votos de los que ha perdido ya, y por tanto no gobernar¨ªa.
?Qu¨¦ ocurrir¨¢, entonces? No lo s¨¦, pero me temo que lo mismo que hasta ahora: el 27-S no aclarar¨¢ nada, CiU seguir¨¢ fomentando la confusi¨®n, dir¨¢ que est¨¢ por la independencia pero a medias, o lo dir¨¢ en la letra peque?a, o se inventar¨¢ otra forma de decir sin decir, otro enga?o, de modo que, si se da el caso, pueda llevar Catalu?a a la independencia sin haberse presentado a las elecciones pidiendo inequ¨ªvocamente la independencia. S¨®lo as¨ª me explico el acuerdo que ha firmado con ERC y que ha escandalizado a algunos independentistas que son dem¨®cratas antes que independentistas, porque prev¨¦ la proclamaci¨®n de independencia sin un refer¨¦ndum sobre la independencia. Y es que la clave aqu¨ª no es la independencia o la dependencia, sino la democracia; la clave es que, para romper un Estado y construir otro, o para obtener beneficios de esa hipot¨¦tica ruptura, una minor¨ªa en el poder est¨¢ intentando cambiar las reglas que todos nos hemos dado, de mala manera y sin tener la mayor¨ªa necesaria para hacerlo. No deber¨ªamos permit¨ªrselo.
elpaissemanal@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.