Ni sin techo ni manifestantes

Esperanza Aguirre, candidata a alcaldesa de Madrid, tiene soluciones para todo. Preocupada porque los mendigos y sin techo de la ciudad molestan a los turistas y convencida de que las manifestaciones en el centro de la ciudad (1.800 al a?o, dice) ¡°ahuyentan, intimidan y coartan a los visitantes¡±, Aguirre prometi¨® a representantes del sector tur¨ªstico que estudiar¨ªa ¡°por qu¨¦ est¨¢ permitido vivir en la calle¡±. En realidad, fue m¨¢s lejos. Sugiri¨® que pod¨ªa actuarse ¡°como antes¡±, cuando ven¨ªa el SAMUR social, ofrec¨ªa albergues a los homeless y ¡°si no quer¨ªan, los llevaba, les hac¨ªan no s¨¦ exactamente qu¨¦, supongo que una valoraci¨®n sanitaria o lo que fuera, y despu¨¦s de eso se limpiaba toda esa zona¡±.

Obs¨¦rvese el desparpajo de los imprecisos ¡°no s¨¦ qu¨¦¡± o ¡°lo que fuera¡± y la exageraci¨®n interesada de las manifestaciones (en 2013 fueron 391). Lo importante para Aguirre es que el turismo tiene preeminencia sobre la realidad y sobre el derecho a manifestarse. ?Que hay pobres afeando las calles? Pues se ocultan. El remedio recuerda la leva medieval: cuando los reclutadores feudales llegaban a las villas, la justicia ordenaba esconder a tullidos e inv¨¢lidos para que no recordasen los horrores de la guerra.

Puede la candidata si quiere analizar ¡°por qu¨¦ est¨¢ permitido vivir en la calle¡±; pero se le debe informar que dormir en la calle no es delito, que no se puede limitar la libertad de circulaci¨®n de las personas y que ¨¦ste no es un problema de orden p¨²blico, sino mucho m¨¢s complejo y en el que cuenta el paro, las menores prestaciones y la mayor pauperizaci¨®n. La candidata deber¨ªa centrarse en eliminar las causas que arrojan a la gente a las calles, no en eliminar a los homeless del paisaje urbano.

Si las razones anteriores no le convencen, he aqu¨ª otras m¨¢s pr¨¢cticas: la polic¨ªa urbana no tiene capacidad para afrontar este problema en los t¨¦rminos sugeridos por ella. Ni hay albergues suficientes, ni tienen las condiciones adecuadas, ni puede dedicarse a perseguir mendigos para llevarlos a lugares en los que no quieren estar (desean beber a sus anchas, odian estar encerrados y cumplir tr¨¢mites, como ya sab¨ªan los reformistas sociales del XIX). Pregunte Aguirre a los polic¨ªas; ellos conocen las respuestas.