Dinosaurio con pies de gallina
El ¡®Concavenator¡¯ hallado en Cuenca muestra c¨®mo eran las patas de los grandes saurios mesozoicos carn¨ªvoros
El famoso tiranosaurio de Parque Jur¨¢sico ten¨ªa los pies como una gallina. La pel¨ªcula presum¨ªa de haber contado con la asesor¨ªa cient¨ªfica de un gran paleont¨®logo, Jack Horner, para ajustarse, en la medida de lo posible, al conocimiento de los expertos sobre aquellos fascinantes animales del pasado. Pero no hab¨ªa ninguna prueba de que un dinosaurio carn¨ªvoro tuviera que tener los pies recubiertos de escamas, m¨¢s all¨¢ de la l¨®gica deducci¨®n por su directo parentesco con las aves actuales. As¨ª que los dinosaurios de cine, de los c¨®mics y de las ilustraciones cient¨ªficas han venido caminando sobre extremidades como las de las gallinas simplemente porque era la hip¨®tesis m¨¢s probable. Ahora, el pie de un gran dinosaurio, cuyo esqueleto fosilizado fue descubierto en Cuenca en 2003 y dado a conocer en 2010, muestra, por primera vez, que efectivamente los dinosaurios carn¨ªvoros ten¨ªan los pies cubiertos de escamas y con almohadillas en las plantas, como una vulgar pata de pollo.
El ejemplar en cuesti¨®n es famoso no solo en el mundo cient¨ªfico, sino entre los aficionados a los dinosaurios. Es el Concavenator corcovatus, apodado Pepito y con un rasgo sorprendente en su esqueleto: su joroba. Vivi¨® hace unos 125 millones de a?os (hace 66 millones de a?os se produjo la extinci¨®n masiva de los dinosaurios, exceptuando las aves) y su hallazgo caus¨® sensaci¨®n al tratarse de un g¨¦nero y una especie desconocidas hasta entonces. Con sus seis metros de largo, muy completo, el esqueleto f¨®sil de Pepito apareci¨® en el yacimiento conquense de Las Hoyas.
Ahora los cient¨ªficos han centrado su an¨¢lisis en la extremidad posterior derecha, ¡°Dada la postura que tiene el f¨®sil, es decir, colocado lateralmente dentro de las calizas laminares en las que se conserva, s¨®lo es posible observar bien su lado expuesto, el derecho¡±, explica Elena Cuesta, que ha liderado esta investigaci¨®n codirigida por Francisco Ortega, de la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia (UNED) y Jos¨¦ Luis Sanz, de la Universidad Aut¨®noma de Madrid (UAM). ¡°El pie izquierdo est¨¢ colocado debajo de la extremidad derecha y solo se observa uno de sus dedos¡±, contin¨²a esta especialista. Lo mismo sucede con las patas delanteras: la mano derecha del f¨®sil est¨¢ bien expuesta ¡ªy no tiene escamas¡ª, no as¨ª la izquierda.
Las aves actuales mantienen rasgos de hace 125 millones de a?os
El buen estado de conservaci¨®n de Pepito ayuda mucho a los paleont¨®logos. Una de las grandes dificultades a la hora de reconstruir la forma de vida de un animal extinto y remoto es conocer c¨®mo ser¨ªan las partes blandas de su cuerpo, que tan mal fosilizan, como la piel, la presencia o no de plumaje, el color... Y este pie del Concavenator ¡°tan completo y bien preservado, es el primer hallazgo que permitir¨ªa acercarnos m¨¢s al conocimiento de la apariencia que tendr¨ªan estos animales¡±, a?ade Cuesta. Recalca, adem¨¢s, su importancia para analizar las icnitas, las huellas de dinosaurio, porque esas improntas de los dinosaurios conservadas en la roca hablan de los huesos y el contorno de los pies, pero no de la piel ni de las almohadillas, ¡°que ser¨ªan la parte anat¨®mica que verdaderamente produjo esa huella¡±. Es lo que se llama t¨¦cnicamente la podoteca, es decir, el estuche que recubre el pie.
En el pie derecho de Pepito los cient¨ªficos reconocen tres tipos de escamas ordenadas en un patr¨®n concreto: unas m¨¢s peque?as y de contorno irregular que est¨¢n en las almohadillas plantares y detr¨¢s de la pata; otras de tama?o intermedio en el lateral del pie y finalmente las escamas hexagonales, de gran tama?o, que cubren la parte delantera y superior del pie y la extremidad. Cuesta, Ortega y Sanz lo describen con todo detalle en la revista Cretaceous Research.
Y esa estructura de la piel del Concavenator, que estar¨ªa presente en todos los dinosaurios carn¨ªvoros, se ha mantenido en la evoluci¨®n 125 millones de a?os hasta las aves actuales. O casi, porque la adaptaci¨®n evolutiva en que se agarran a las ramas de los ¨¢rboles ha hecho que la disposici¨®n de los dedos sea distinta de la primitiva, la que presenta Pepito, y que es como la de los emus actuales, las avestruces... y las gallinas. En cuanto a los dinosaurios herb¨ªvoros, apenas se tiene informaci¨®n.
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