El voto estrat¨¦gico de los ingleses
Como ingl¨¦s, quiero que Escocia siga unida a Inglaterra, que el Reino Unido permanezca en la UE, una sociedad que combine eficacia con justicia social y la mayor libertad individual posible
Las decisivas elecciones generales de esta semana son las m¨¢s europeas que han celebrado jam¨¢s los brit¨¢nicos. Con el papel fundamental que tienen los partidos peque?os y las diferentes situaciones pol¨ªticas que hay en las diversas regiones o naciones del Estado, el resultado ser¨¢ probablemente un Gobierno de coalici¨®n o en minor¨ªa: algo terriblemente antibrit¨¢nico y t¨ªpicamente continental. Sin embargo, la consecuencia de estas elecciones tan europeas puede ser que Gran Breta?a se vaya de la UE y Escocia se vaya de Reino Unido. Tambi¨¦n puede suponer recortes dr¨¢sticos en varias ¨¢reas del gasto p¨²blico, m¨¢s desigualdades, sobre todo en Inglaterra, y un deterioro a¨²n mayor de nuestras libertades civiles.
Otros art¨ªculos del autor
Como votante ingl¨¦s, me gustar¨ªa impedir esas cosas. Quiero que Escocia siga unida a Inglaterra, que Reino Unido permanezca en la UE, quiero una sociedad brit¨¢nica que trate de combinar la eficacia de una econom¨ªa de mercado con la justicia social y la sostenibilidad medioambiental, y quiero que todos tengamos la mayor libertad individual posible siempre que sea compatible con la libertad de los dem¨¢s. ?C¨®mo se consigue todo eso? La mayor¨ªa de los editoriales preelectorales en la prensa brit¨¢nica han acabado por animarnos a votar a los laboristas o los conservadores, como en los viejos tiempos. Es evidente que los dos ¨²nicos que tienen posibilidades de llegar a primer ministro son David Cameron y Ed Miliband, pero para m¨ª, elector ingl¨¦s, la decisi¨®n de a qui¨¦n votar es m¨¢s complicada.
Para empezar, debo tener en cuenta las consecuencias que tendr¨¢ para el Gobierno que salga el voto de los escoceses, irlandeses del norte y, en menor medida, galeses, que tienen perfecto derecho a votar por sus propios motivos nacionales o (si as¨ª lo quieren) subnacionales. Con el triunfo casi seguro del Partido Nacional Escoc¨¦s (SNP) en Escocia, las consecuencias ser¨¢n inmensas. Si tuvi¨¦ramos el sistema continental de representaci¨®n proporcional, yo podr¨ªa votar por el partido al que me sienta en general m¨¢s pr¨®ximo sabiendo que as¨ª ayudar¨ªa a incrementar su presencia en el Parlamento y las posibilidades de influir en el nuevo Gobierno. Eso es imposible con nuestro sistema, en el que el ganador se lo queda todo y que encaja mal con el tipo de pol¨ªtica europea en el que ha ca¨ªdo Gran Breta?a ¨²ltimamente.
En muchas circunscripciones inglesas, el votante no tendr¨¢ verdadera opci¨®n, porque son ¡°esca?os seguros¡± para el candidato laborista o conservador correspondiente. El otro d¨ªa o¨ª decir a alguien en la radio que le daba la impresi¨®n de que su voto nunca hab¨ªa contado para nada en 40 a?os. En las circunscripciones marginales que suelen decidir las elecciones, y que en esta ocasi¨®n ser¨¢n probablemente lo que decidir¨¢ una serie de posibles permutaciones, suele haber la alternativa entre dos partidos, y quiz¨¢ a uno no le gusta ninguno de los dos. Los votantes brit¨¢nicos estamos tan acostumbrados que se nos olvida lo poco aceptable que es este sistema. Pero la propuesta de reforma electoral que se present¨® a refer¨¦ndum en 2011 sufri¨® una derrota contundente, as¨ª que tendremos que arregl¨¢rnoslas con lo que hay.
Eso, a veces, significa votar con la cabeza y no con el coraz¨®n. Es lo que en Gran Breta?a se llama el ¡°voto t¨¢ctico¡±, en un tono ligeramente peyorativo. No obstante, el polit¨®logo de Oxford Stephen Fisher calcula que casi uno de cada 10 electores brit¨¢nicos ha votado as¨ª alguna vez, un factor que influye en los resultados de alrededor de 45 esca?os. Esta vez debemos ser m¨¢s quienes lo hagamos, y debemos pensar que no es un voto t¨¢ctico sino estrat¨¦gico.
El coraz¨®n, a veces, debe dejar paso a la cabeza. Est¨¢ en juego el centro de la propia Gran Breta?a
Algunas partes de ese voto estrat¨¦gico son complicadas. Est¨¢ claro que, por el bien de Inglaterra, si uno quiere que Escocia se quede en Reino Unido, debe querer que Reino Unido se quede en la UE. Porque, si los ingleses deciden marcharse de la Uni¨®n Europea, pero los escoceses deciden quedarse, la l¨ªder del SNP, Nicola Sturgeon, llamar¨¢ a los escoceses a acudir a otro refer¨¦ndum sobre la independencia. Brexit es el camino m¨¢s directo hacia Scoxit. ?Ahora bien, cu¨¢l es la mejor forma de evitar que Gran Breta?a se vaya? Los laboristas tienen una pol¨ªtica europea m¨¢s racional y constructiva que los conservadores. Pero no estoy nada convencido de que cinco a?os de un Gobierno laborista en minor¨ªa, d¨¦bil, con una influencia palpable del SNP que alimentar¨ªa el resentimiento ingl¨¦s, mientras los conservadores mantienen su unidad interna a base de criticar a Europa con la ayuda inestimable del nada escoc¨¦s Sun, vayan a dejarnos en mejor posici¨®n para ganar el refer¨¦ndum que sin duda acabar¨¢ celebr¨¢ndose tarde o temprano.
Otros aspectos son m¨¢s sencillos. Seg¨²n Paul Johnson, del Instituto de Estudios Fiscales, si los planes presupuestarios actuales de los conservadores se llevan a la pr¨¢ctica y siguen protegiendo el gasto en el Servicio Nacional de Salud, las escuelas y las pensiones, es posible que en los departamentos no protegidos haya recortes de ¡°un extraordinario 41%¡± en los pr¨®ximos a?os. Por supuesto que debe preocuparnos el nivel de deuda p¨²blica y privada de Gran Breta?a, pero esa situaci¨®n ser¨ªa una locura. Querr¨ªa decir restringir partes de nuestro gasto p¨²blico ¡ªbas¨¢ndose en un c¨¢lculo electoral innegable y por tanto buscando el voto de las mujeres y las personas mayores¡ª y cargarse otras como los servicios sociales, la pol¨ªtica exterior, defensa (excepto el Programa Trident), la cultura y las universidades. Si se hace realidad, el resultado no ser¨¢ un Estado neoliberal de m¨ªnimos (¡°como en los a?os treinta¡±), sino algo m¨¢s parecido al logotipo de los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres: un espanto.
En muchas circunscripciones inglesas, el votante no tendr¨¢ verdadera opci¨®n
Puede que todas estas decisiones resulten dif¨ªciles, pero el mensaje general est¨¢ claro: hay que votar con la cabeza. Es decir, si est¨¢ usted en una circunscripci¨®n inglesa en la que el esca?o est¨¢ indeciso entre laboristas y conservadores, tenga presente que el Partido Laborista va a quedar diezmado en Escocia, de modo que, si le preocupa el equilibrio global en el Parlamento de Westminster, ese es un buen motivo para votar a su candidato.
Por el contrario, si reside en un distrito marginal que se juega entre conservadores y dem¨®cratas liberales, no desperdicie el voto d¨¢ndoselo a los laboristas. Es importante que siga habiendo un n¨²cleo duro de unos 35 parlamentarios centristas, capaces de entrar en coalici¨®n con el laborismo o los conservadores, o de influir en un Gobierno de minor¨ªa tanto de derechas como de izquierdas. Adem¨¢s, as¨ª tendr¨ªan a¨²n la fuerza suficiente para izar la bandera parlamentaria en defensa de nuestras deterioradas libertades civiles, una cuesti¨®n ante la que los dos grandes partidos se han mostrado siempre indiferentes. Y los votantes del distrito de Pavilion en Brighton har¨ªan bien en votar por Caroline Lucas, a pesar de que su coraz¨®n sea laborista o dem¨®crata liberal, para garantizar la presencia de al menos una parlamentaria verde en el Parlamento.
En resumen, los ingleses deben emitir un voto estrat¨¦gico para asegurar la supervivencia del centro. Que esta vez no quiere decir solo el centro liberal de la pol¨ªtica brit¨¢nica, sino de la propia Gran Breta?a.
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford, donde dirige en la actualidad el proyecto freespeechdebate.com, e investigador titular de la Hoover Institution en la Universidad de Stanford. Su ¨²ltimo libro es Los hechos son subversivos: escritos pol¨ªticos de una d¨¦cada sin nombre.@fromTGATraducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Elecciones Reino Unido 2015
- David Cameron
- Edward Miliband
- SNP
- UKIP
- Elecciones Reino Unido
- Partidos pol¨ªticos
- Brexit
- Refer¨¦ndum UE
- Euroescepticismo
- Uni¨®n pol¨ªtica europea
- Refer¨¦ndum
- Elecciones europeas
- Elecciones
- Uni¨®n Europea
- Ideolog¨ªas
- Organizaciones internacionales
- Europa
- Relaciones exteriores
- Pol¨ªtica
- Reino Unido