Habr¨ªa, ser¨ªa, podr¨ªa, estar¨ªa...
En vez de decir o escribir lo que no sabemos, elijamos lo que s¨ª sabemos
Los profesores de Periodismo obligar¨¢n seguramente dentro de unos a?os a que sus alumnos escriban un verbo en modo potencial cada dos o tres p¨¢rrafos. Si no, castigados al rinc¨®n. Por ese camino vamos.
Ya se empieza a notar que si un periodista no dice a cada rato ¡°habr¨ªa¡±, o ¡°ser¨ªa¡±, o ¡°estar¨ªa¡±, o ¡°podr¨ªa¡±, o ¡°aprobar¨ªa¡± o ¡°estudiar¨ªa¡±..., o cualquier otro condicional o potencial, es que no est¨¢ en la onda.
Seguro que le suenan a usted frases como ¨¦stas: ¡°La polic¨ªa sospecha que el hombre habr¨ªa apu?alado a su v¨ªctima antes de suicidarse¡±. ¡°Venezuela sugiere que podr¨ªa vetar la entrada de Felipe Gonz¨¢lez¡±. ¡°Fuentes de la investigaci¨®n creen que ser¨ªan ¨¦sos los motivos del accidente¡±. ¡°Los indicios apuntan a que el incendio habr¨ªa sido intencionado¡±...
Los autores de tales oraciones, o¨ªdas o le¨ªdas en distintos medios, coinciden en un prop¨®sito: advertir de que la informaci¨®n no est¨¢ comprobada. Y se les puede responder, para empezar, que si la noticia no est¨¢ comprobada no deber¨ªa difundirse. Pero resulta que s¨ª est¨¢ comprobada. Es decir, est¨¢ comprobado que la polic¨ªa sospecha eso, que Venezuela sugiere lo otro, que fuentes de la investigaci¨®n creen aquello y que los indicios apuntan hacia ah¨ª. Se trata, por tanto, de verbos principales que llevan intr¨ªnseca la idea de inseguridad, y que reflejan unos hechos ciertos: las sospechas de la polic¨ªa, las insinuaciones de Venezuela o las conjeturas de unos y otros. Por tanto, no hace falta expresar la idea dos veces (tambi¨¦n en la oraci¨®n subordinada), y menos con ese uso verbal tan extra?o en el lenguaje com¨²n.
En todos estos casos se pudo haber relatado con mejor estilo: ¡°La polic¨ªa sospecha que el hombre apu?al¨® a su v¨ªctima antes de suicidarse¡±. ¡°Venezuela sugiere que vetar¨¢ la entrada de Felipe Gonz¨¢lez¡±. ¡°Fuentes de la investigaci¨®n creen que ¨¦sos son los motivos del accidente¡±. ¡°Los indicios apuntan a que el incendio fue intencionado¡±.
Escribir que ¡°Fulano podr¨ªa haber apu?alado a su socio¡± implica contar una conjetura. Pero al decir ¡°la polic¨ªa sospecha que Fulano lo apu?al¨®¡± se transmite una certeza: la polic¨ªa sospecha eso.
Escribir que ¡°Fulano podr¨ªa haber apu?alado a su socio¡± implica contar una conjetura. Pero al decir ¡°la polic¨ªa sospecha que Fulano lo apu?al¨®¡± se transmite una certeza: la polic¨ªa sospecha eso
En el caso de ¡°Fulano podr¨ªa haber apu?alado...¡± ya no se atribuye a la fuente informante la precauci¨®n sobre la probabilidad, sino que se la arroga el hablante mismo y la proyecta sobre el verbo principal.
Justo cuando acabo de escribir la oraci¨®n precedente, el Telediario me da otro ejemplo: ¡°(...) Sus compa?eros estar¨ªan heridos leves¡±. Claro, estar¨ªan si estuvieran. Porque no se trata de una suposici¨®n de pasado (como en ¡°los ni?os no vinieron, estar¨ªan enfermos¡±), sino de un rumor de presente (est¨¢n heridos leves ahora... o no).
En este segundo grupo de condicionales, en los que el propio redactor de la noticia asume la duda (sin atribu¨ªrsela a una fuente), debemos volver al principio anterior: si no estamos seguros de lo que contamos, la mejor opci¨®n es call¨¢rselo. Y en vez de escribir lo que no sabemos, elijamos lo que s¨ª sabemos. Por ejemplo, ¡°los m¨¦dicos se?alaron que las heridas de los compa?eros parec¨ªan leves¡±.
Es curioso que en nuestra vida cotidiana digamos ¡°a Abundio le habr¨ªa alegrado que Eduviges fuera a su cumplea?os¡± y se deduzca que ni Eduviges fue ni Abundio se alegr¨®. Y que en el lenguaje period¨ªstico la frase ¡°a Abundio le habr¨ªa atropellado un cami¨®n¡± transmita que no sabemos si a Abundio le atropell¨® un cami¨®n, aun cuando Abundio no se encuentre muy bien en estos momentos. Sin embargo, podemos deducir que a Abundio le habr¨ªa atropellado un cami¨®n... si le hubiera atropellado.
Pero no deseamos adentrarnos aqu¨ª en vidriosas cuestiones ling¨¹¨ªsticas. (Dejemos que dialoguen entre s¨ª la Nueva gram¨¢tica acad¨¦mica, 2009, p¨¢ginas 1.794 y 1.795, y El dardo en la palabra, de L¨¢zaro Carreter, 1997, p¨¢ginas 95 y 96). Hablamos sobre todo de cuestiones profesionales. Porque tanta duda, tanta frase que insin¨²a, tanta conjetura, tanto hecho no confirmado... llevan al p¨²blico la sensaci¨®n de que los periodistas cada vez comprueban menos lo que dicen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.