Una oportunidad para la igualdad de g¨¦nero

La Cuarta Conferencia Mundial sobre las Mujeres que se celebr¨® en Beijing en 1995 fue una reuni¨®n hist¨®rica de mujeres de todo el mundo y de todos los ¨¢mbitos. Se comprometieron con una agenda a favor de una plena igualdad de g¨¦nero y del empoderamiento de las mujeres. Sus aspiraciones se plasmaron en la Plataforma de Acci¨®n de Beijing, que sigue hoy tan vigente como cuando fue adoptada hace 20 a?os.

La Plataforma de Beijing contempla un mundo donde cada mujer y cada ni?a puedan ejercer sus libertades y opciones y hacer efectivos sus derechos, incluidos el derecho a vivir libres de violencia, a la educaci¨®n, a ejercer sus derechos de salud sexual y reproductiva, a participar en la toma de decisiones, y a la igualdad de remuneraci¨®n por trabajo de igual valor.

Ahora, en 2015, hay una nueva oportunidad para establecer una agenda para la igualdad de g¨¦nero y el empoderamiento de las mujeres y las ni?as, esenciales para un desarrollo inclusivo y sostenible. En septiembre, se espera que los l¨ªderes mundiales adopten una ambiciosa serie de retos, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre los que se incluye la igualdad de g¨¦nero. Y las intenciones deben transformarse en acciones concretas que mejoren las vidas de las mujeres y las ni?as en todos lados.

Hoy tenemos que ser tan osados como las mujeres que se reunieron en Beijing hace 20 a?os

Se han visto progresos en materia de desarrollo, tambi¨¦n en lo que a igualdad de g¨¦nero se refiere, a nivel mundial en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, pero todav¨ªa no son progresos equitativos. Ha aumentado la cantidad de mujeres con empleos remunerados, como tambi¨¦n ha aumentado la esperanza de vida. Est¨¢ a punto de alcanzarse la paridad en el acceso a la educaci¨®n primaria, aunque muy pocos pa¨ªses han logrado esta meta en el resto de los niveles educativos. La participaci¨®n de las mujeres en los gobiernos nacionales ha aumentado: en 1995, las mujeres representaban el 11,3% de los parlamentarios en todo el mundo, mientras que ahora representan un 22,1%. Aunque es el doble que hace 20 a?os, todav¨ªa no se alcanza la meta del 30% establecida por los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Con todo, 1.200 millones de personas todav¨ªa viven en la extrema pobreza y las mujeres siguen teniendo m¨¢s probabilidades que los hombres de encontrarse entre ellas. A pesar del mayor n¨²mero de mujeres con empleos remunerados, las mujeres siguen representando a las personas con empleos vulnerables de manera desproporcionada, y ganan en promedio 24% menos que los hombres a nivel mundial. Las mujeres tambi¨¦n tienen menos probabilidades que los hombres de tener acceso al trabajo decente, a los bienes y al cr¨¦dito formal.

?C¨®mo se puede cambiar esta situaci¨®n?

Lograr la igualdad de g¨¦nero requiere una acci¨®n firme en todos los niveles. Es importante centrarse no solo en garantizar que las mujeres puedan participar en las decisiones que afectan a sus vidas, sino tambi¨¦n eliminar las instituciones, actitudes y pr¨¢cticas discriminatorias que traban la igualdad de g¨¦nero y el empoderamiento de la poblaci¨®n femenina.

En la pr¨¢ctica, esto significa apoyar una serie de medidas incluidas las que dan a las mujeres un acceso equitativo a la tierra, el cr¨¦dito y los bienes; garantizar la igualdad de remuneraci¨®n y mayores protecciones laborales; crear empleos, medios de vida, habilidades y programas empresariales que est¨¦n abiertos a las mujeres; y establecer medidas de protecci¨®n social como los beneficios de maternidad, seguro de desempleo y seguro m¨¦dico.

En dos d¨¦cadas, se ha duplicado la tasa de mujeres en parlamentos, pero todav¨ªa no se alcanza la meta del 30%

Otra traba importante para el empoderamiento de las mujeres es la violencia sexual y de g¨¦nero, que niega su derecho a sentirse seguras en sus hogares y comunidades, y que impone costes elevados a las sociedades.

Ciertos desaf¨ªos para la igualdad de g¨¦nero se han vuelto m¨¢s urgentes desde la conferencia de Beijing, incluidos los relacionados con el cambio clim¨¢tico. Si bien, nos afecta a todos, perjudica primero y de manera severa a los m¨¢s pobres y vulnerables. En el nuevo acuerdo mundial sobre el clima que est¨¢ por firmarse en diciembre, el papel esencial de las mujeres a la hora de administrar y proteger los recursos naturales tiene que ser reconocido, y las inversiones para la adaptaci¨®n y la mitigaci¨®n del cambio clim¨¢tico tambi¨¦n deben beneficiar a las mujeres.

Ning¨²n pa¨ªs alcanzar¨¢ su pleno potencial sin empoderar a la poblaci¨®n femenina. Es importante que ellas puedan participar en las decisiones que afectan sus vidas y que se eliminen las barreras y la discriminaci¨®n, que entorpecen el camino de las mujeres y las ni?as.

En momentos en que el mundo se une alrededor de la nueva agenda internacional de desarrollo en septiembre, debemos aprovechar la oportunidad para hacer que la igualdad de g¨¦nero tenga un lugar importante en esta hoja de ruta. Y tenemos que aspirar a ser tan osados como las mujeres que se reunieron en Beijing hace 20 a?os.

Helen Clark es la Administradora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ex Primera Ministra de Nueva Zelanda.