Indecisos

Aunque se le est¨¢ prestando muy poca atenci¨®n, su n¨²mero es sin duda el dato m¨¢s relevante de las encuestas. Lo es porque, probablemente, el 24 de mayo desmentir¨¢ buena parte de los pron¨®sticos que se dan hoy por seguros, y lo es, sobre todo, en s¨ª mismo. Espa?a afronta unas elecciones con un 35% de ciudadanos indecisos, que creen que van a ir a votar, pero todav¨ªa no saben a qui¨¦n. En casi cuatro d¨¦cadas de democracia nunca hab¨ªa ocurrido nada parecido. El hecho de que uno de cada tres ciudadanos est¨¦ barajando a¨²n diversas opciones me parece una buena noticia. Frente a quienes lo interpretan como un s¨ªmbolo de la incertidumbre de los tiempos que vivimos, creo que representa m¨¢s bien un aumento del compromiso, de la responsabilidad de unos votantes que perciben, con mucha m¨¢s claridad que algunos de los l¨ªderes que les cortejan, que no est¨¢n los tiempos como para no pensar, para votar con los ojos cerrados o para taparse la nariz al escoger a un candidato. El incremento del inter¨¦s por la pol¨ªtica, por los programas, por las posiciones de cada partido ante cuestiones concretas, es siempre una buena noticia. La necesidad de construir un modelo m¨¢s abierto, que propicie la participaci¨®n de los ciudadanos en los mecanismos del Estado ¡ªesa democracia participativa que todos los partidos ensalzan en p¨²blico para congraciarse con los diversos indignados que hoy constituyen la mayor¨ªa m¨¢s absoluta del pueblo espa?ol¡ª, empieza por ah¨ª. Quiz¨¢s el incremento de exigencia de los electores acabe siendo la aportaci¨®n decisiva de los partidos emergentes al sistema democr¨¢tico espa?ol, aunque eso no implique necesariamente que sean ellos los m¨¢s beneficiados a corto plazo. A la larga, sin embargo, todos saldremos ganando.