Alberto II convierte el bautismo de sus gemelos en una gran fiesta
M¨®naco se echa a la calle para festejar a sus herederos, nacidos hace cinco meses y que aseguran la continuidad del peque?o Principado
El pr¨ªncipe Alberto ha convertido este domingo M¨®naco en una gran fiesta. A diferencia del protocolo de otras casas reales, que celebran los bautismos de manera ¨ªntima y familiar, el hijo de Raniero y Grace ha querido un acto multitudinario para sus hijos, quiz¨¢ por la necesidad que el peque?o Estado tiene de dar publicidad a todos sus eventos para mantenerse en las portadas de los medios internacionales. Todos los habitantes del Principado estaban invitados al bautizo de los gemelos, Jaime y Gabriela, dos ni?os que desde que nacieron a finales de diciembre han vivido refugiados en una casa en el campo con su madre y sus ni?eras, lo que ha dado lugar a m¨¢s especulaciones sobre el peculiar matrimonio de Alberto II y Charlene.
Los beb¨¦s, que recibieron los nombres de Jaime Honorino Rainiero y Gabriela Teresa Mar¨ªa, fueron bautizados en la Catedral de M¨®naco por el arzobispo Barsi, en presencia de la familia Grimaldi. Pero no fueron ni las hermanas del pr¨ªncipe ni sus sobrinos los elegidos para apadrinar a los peque?os. Charlene si cont¨® con los miembros de su familia mientras que Alberto opt¨® por familiares lejanos.
Los padrinos de Jaime fueron Christopher Le Vine, unos de los primos americanos de Alberto y Diane de Polignac Nigra, sobrina del fallecido Raniero de M¨®naco. Los de Gabriella, Gareth Wittstock, hermano de la princesa Charlene, y la sudafricana Nerine Pienaar, esposa de Fran?ois Pienaar, el exjugador de rugby sudafricano que, como capit¨¢n de los Springboks, lider¨® a su selecci¨®n en su victoria de la Copa Mundial de Rugby de 1995, cuya haza?a y amistad con Nelson Mandela inspir¨® la pel¨ªcula Invictus.
6.000 flores blancas adornaron el templo. El pr¨ªncipe sostuvo en brazos a Gabriela, mientras que Charlene se ocup¨® de Jaime. La madre y los peque?os iban vestido de blanco.
Tras la ceremonia lleg¨® la foto de familia con los ni?os en brazos de sus padres. Para despu¨¦s dirigirse todos al palacio donde se organiz¨® una recepci¨®n para 700 invitados. Los ni?os se marcharon con sus ni?eras en coches, pero los pr¨ªncipes optaron por hacer el recorrido a pie para recibir las felicitaciones de los ciudadanos de M¨®naco.
La llegada de los gemelos se produce 10 a?os despu¨¦s de que Alberto tomara las riendas del Principado tras la muerte de Raniero, su padre. Por eso desde entonces los monegascos ven¨ªan reclamando al pr¨ªncipe que se casara y tuviera un descendiente para asegurar as¨ª el destino de este peque?o Estado. Un Principado que se ha construido una reputaci¨®n internacional gracias a su medi¨¢tica familia principesca y su dulce pol¨ªtica para las grandes fortunas.
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