James, con o sin cuestionario
El lunes 11 de mayo se public¨® en el reci¨¦n estrenado cuadernillo de Deportes una entrevista con el jugador de f¨²tbol del Real Madrid James Rodr¨ªguez, destacada en primera p¨¢gina. Pero la entrevista, que ocupaba seis columnas bajo el t¨ªtulo; El 10 se pone en el campo, no en la camiseta, incorporaba tambi¨¦n respuestas del futbolista hechas a trav¨¦s de un cuestionario. Un lector me ha escrito enfadado porque considera que habr¨ªa que haber advertido de este detalle desde el principio del texto.
Lo que al lector le ha molestado m¨¢s, explica, es que se intentara vender como liebre period¨ªstica lo que es gato. Creo que no una pr¨¢ctica compatible con las normas del peri¨®dico, tal como las he conocido.
Yo tambi¨¦n le¨ª la entrevista y en todo momento tuve la impresi¨®n de que se produjo un encuentro del autor, Manuel Jabois, con James Rodr¨ªguez en Valdebebas. Jabois me lo confirma en un largo correo en el que explica c¨®mo se gest¨® la entrevista: Con motivo del nuevo dise?o el peri¨®dico pens¨® en entrevistar a una de las estrellas del Real Madrid. Elegimos a James por su momento de juego. Ten¨ªamos dos problemas: el primero es que los jugadores del Madrid apenas conceden entrevistas; el segundo era mayor: de ning¨²n modo lo har¨ªan en medio de unas semifinales de Champions. Esto lo explico porque finalmente s¨ª conseguimos un encuentro con James, pero con una condici¨®n: tendr¨ªa que celebrarse despu¨¦s de las semifinales. No nos val¨ªa entonces para inaugurar el nuevo cuaderno de Deportes, as¨ª que insistimos. Y a?ade: Hasta unos d¨ªas antes de la salida del suplemento no se logr¨® desbloquear la situaci¨®n. El ¨²ltimo obst¨¢culo era el jugador, metido en la din¨¢mica de viajes, concentraciones y dos partidos por semana. Se consigui¨® arrancar un compromiso que era innegociable para el futbolista, muy reticente: las preguntas tendr¨ªan que responderse por medio de un cuestionario. En ese momento descart¨¦ el modelo pregunta-respuesta para mi trabajo: no habr¨ªa modo de que tuviese un m¨ªnimo de calidad sin poder mantener una charla en condiciones. Afortunadamente hubo una concesi¨®n m¨¢s: podr¨ªamos estar con James y hacer una sesi¨®n fotogr¨¢fica un domingo por la ma?ana en Valdebebas. Eso hicimos, y aprovech¨¦ el encuentro con ¨¦l para incluir un par de p¨¢rrafos con el ambiente de la v¨ªspera del partido. En d¨ªas posteriores se envi¨® un cuestionario que James respondi¨®. Hab¨ªa decidido, tras documentarme, hablar con gente de su entorno y del club, escribir un art¨ªculo que ayudase a comprender su dimensi¨®n y su car¨¢cter, y que incluir¨ªa sus declaraciones a EL PA?S. As¨ª que en cuanto empec¨¦ a transcribirlas inform¨¦ al lector de que se hab¨ªan obtenido mediante cuestionario.
Es cierto que la mayor parte de las respuestas de James figuran en la ¨²ltima columna de la entrevista. Y van precedidas de la advertencia del autor que especifica que son respuestas a un cuestionario enviado por EL PA?S. La primera p¨¢gina entera est¨¢ dedicada a contar detalles de la vida de Rodr¨ªguez tomados de diversas fuentes, e incluyen algunas frases pronunciadas por el jugador durante la visita que realizaron los periodistas a la Ciudad Deportiva del Real Madrid en Valdebebas. El resultado es una mezcla de entrevista-perfil nada inusual en el periodismo de hoy. Entiendo que alg¨²n lector pueda haberse sentido decepcionado creyendo que se trataba de una entrevista en persona al futbolista, pero no veo ¨¢nimo de enga?o en la presentaci¨®n del texto. Con todo, quiz¨¢s hubiera sido preferible explicar desde el principio al lector las caracter¨ªsticas del encuentro, y las condiciones impuestas por el futbolista que ped¨ªa un cuestionario. Estoy de acuerdo en que James Rodr¨ªguez no es el presidente Barack Obama, ni el papa Francisco, pero las estrellas del f¨²tbol tampoco son tan accesibles, (especialmente cuando las fechas no las determinan ellos), como sospecha nuestro lector.
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