La prisa como estilo de vida
No va m¨¢s r¨¢pido el que m¨¢s corre. Priorice, diga no y establezca horarios. Su existencia y su trabajo se beneficiar¨¢n del cambio
Cu¨¢nta gente anda corriendo de un lado para otro sin saber a d¨®nde va ni a qu¨¦ ha ido, y sin llegar a valorar si necesitaba ir de prisa o si podr¨ªa haber hecho lo mismo a otro ritmo. La prisa no es un valor a?adido. Nadie es mejor profesional ni mejor persona porque vaya r¨¢pido a todos sitios o porque exprese lo estresad¨ªsimo que est¨¢.
?Ha calculado cu¨¢nto tiempo gana cuando va a toda velocidad? La mayor¨ªa de las veces, ir deprisa no implica caminar m¨¢s r¨¢pido o pensar de forma m¨¢s ¨¢gil. Significa estar y sentirse internamente acelerado.
Imag¨ªnese encontr¨¢ndose con alguien conocido que le saluda mientras habla por el m¨®vil a la vez que mira el reloj, le estrecha la mano y le sonr¨ªe para mostrar lo feliz que se encuentra. Cuando cuelga, le abraza efusivamente, le dice que anda liad¨ªsimo, que va todo el d¨ªa corriendo, que todo est¨¢ fatal y que no puede esperar m¨¢s para coger vacaciones. A usted apenas le deja hablar, no le pregunta c¨®mo le va, se despide diciendo que a ver cu¨¢ndo quedan y sale disparado. Escenas como esta se viven todos los d¨ªas en la calle de una gran ciudad.
En este siglo acabaremos con las enfermedades, pero nos matar¨¢n las prisas¡± Gregorio Mara?¨®n
Muchas personas viven aceleradas e instaladas en la prontoman¨ªa, en la necesidad de contestar a todo de forma inmediata como si no hubiera un ma?ana. Da la sensaci¨®n de que la prisa da prestigio porque indica que est¨¢ ocupado, muy ocupado, y eso se interpreta como que es un gran profesional. Falso. La velocidad tambi¨¦n puede ser sin¨®nimo de mala gesti¨®n del tiempo, de desconcentraci¨®n, de olvidos y desequilibrio personal y profesional. Mucha gente no dejar¨ªa sus asuntos importantes en manos de alguien que no tiene cinco minutos para sonre¨ªr, para preguntar c¨®mo estamos, para hablar de forma conversacional un momento y transmitir paz y sosiego.
La persona que convive con la prisa lo hace tambi¨¦n con el estr¨¦s y la ansiedad, no ?disfruta del momento porque est¨¢ anticipando el futuro. Deja la vida pasar porque no observa lo que ocurre en el presente y no ?escucha lo que le dice la gente porque su cabeza piensa a 200 revoluciones. Tambi¨¦n tiene m¨¢s probabilidad de tener un accidente porque se salta l¨ªmites con tal de ahorrar tiempo.
La prisa llega a convertirse en un estilo de vida. De hecho, mucha gente no sabe qu¨¦ hacer con su tiempo libre cuando lo tiene. Estar desocupado les produce malestar, sensaci¨®n de p¨¦rdida de tiempo, incluso falta de autoestima porque¡ ¡°?c¨®mo puede ser que no est¨¦ haciendo ahora algo, qu¨¦ dice eso de m¨ª?¡±. Para este tipo de personas, el aburrimiento es algo desagradable, vac¨ªo y sin sentido. Por eso siguen corriendo aunque ni siquiera sepan hacia d¨®nde.
?Basta! Pare, reduzca, contemple, mire a su alrededor y levante el pie del acelerador. Tiene derecho a elegir el ritmo que quiere imprimir a su vida, a tener tiempo para su ocio, para pasear sin rumbo solo por el placer de hacerlo. El tiempo no es algo que deba consumir en grandes cantidades y a borbotones. El tiempo es algo para saborear, incluso cuando tiene que entregar un informe de forma urgente. ?La calidad de ese trabajo ser¨¢ mayor si lo redacta estresado? ?Encuentra mejores soluciones? ?Es m¨¢s creativo? ?La vida le va mejor y disfruta m¨¢s de ella? La respuesta a todas estas preguntas es un rotundo no.
Hacer cientos de cosas y no disfrutarlas es como no hacer nada. Las personas con calma, las que optimizan su tiempo para trabajar y disfrutar de la vida en todos los sentidos, dan buen rollo y, a m¨¢s de uno, envidia. ?C¨®mo lo consiguen?
Priorizan. ?Qu¨¦ es importante y qu¨¦ no lo es? Es una pregunta dif¨ªcil a la que cada uno contesta de forma diferente porque depende de una escala de valores personal. Para unos es la familia; para otros, el trabajo o la propia felicidad. La respuesta no importa porque ninguna de ellas es buena ni mala. Lo que s¨ª interesa es ser coherente y actuar conforme a lo que cada uno establece como relevante. Si cree que la familia es lo m¨¢s importante, pero dedica todo su tiempo al trabajo, andar¨¢ corriendo para sacar un momento para su prioridad. Ordene su agenda en funci¨®n de sus preferencias, con sentido com¨²n y responsabilidad.
Se ponen l¨ªmites en los horarios. Establecerlos nos ordena y agiliza la mente. Saber que a una hora concreta el trabajo tiene que estar acabado centra la atenci¨®n en la actividad. Si esa acotaci¨®n no existe, el cerebro se dispersa porque sabe que dispone de todo el tiempo del mundo para resolver lo que tiene entre manos. Los l¨ªmites permiten prestar atenci¨®n a lo importante; sin distracciones que le exigir¨¢n un nuevo proceso de calentamiento para concentrarse en la actividad que es realmente prioritaria. Cada vez que rompe su proceso de concentraci¨®n, enlentece la tarea, y luego llegan las prisas para acabarlo todo. Suspira pensando en que no llega, se queda en la oficina m¨¢s tiempo del que desear¨ªa, se siente culpable por no regresar a casa antes y vuelve a correr para recuperar lo que perdi¨® por no gestionar bien su tiempo.
Una de las grandes desventajas de la prisa es que lleva demasiado tiempo¡±
Gilbert Keith Chesterton
Dicen una palabra m¨¢gica: NO. La conducta servicial no puede convertirse en actitud servil. Si antepone los deseos de los dem¨¢s siempre antes que los suyos, luego no llegar¨¢ a poder gestionar sus asuntos. Sus actividades y su relajaci¨®n son importantes. Esta situaci¨®n lleva a una vida insatisfecha, en la que predomina la idea de que no tiene espacio para usted mismo y de que sus actividades no son importantes. Muchas personas piensan que dedicarse tiempo es ego¨ªsta, porque son ratos que podr¨ªa invertir en los dem¨¢s. Pero no es as¨ª. Su bienestar psicol¨®gico y f¨ªsico depende de su capacidad de disfrute.
Desconectan. Del m¨®vil, del WhatsApp, del trabajo, del correo electr¨®nico, de todo lo que les impide disfrutar de otros momentos. Uno de los usos negativos de la tecnolog¨ªa es convertir todo en algo inmediato. No est¨¢ obligado a contestar a toda la informaci¨®n entrante en el instante. La mayor¨ªa de ellos no son urgentes. Si lo fueran, le llamar¨ªan. Es usted quien ha decidido que tiene que responder a todo con prisa porque ha cogido ese h¨¢bito, porque no tiene paciencia o porque cree que el que le escribe podr¨ªa molestarse. Aprenda a retrasar, sobre todo si en ese momento est¨¢ realizando otra actividad que requiere de su atenci¨®n.
Utilizan t¨¦cnicas que permiten relajarse. Yoga, pilates, deporte, un ba?o de agua caliente, una llamada de tel¨¦fono larga y relajada o una copa de vino al calor de la chimenea. Para estos momentos siempre hay un espacio. Se trata de repartir las horas de forma que obligaciones y ocio est¨¦n equilibrados.
Para saber m¨¢s
El libro
'Momo',?Michael Ende.
La pel¨ªcula
¡®El guerrero pac¨ªfico¡¯,?V¨ªctor Salva.
La frase
¡°Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar o¨ªr nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo ¨²nico realmente importante: vivir¡±.?Robert Louis?Stevenson
No buscan la perfecci¨®n, buscan estar a gusto con sus vidas. Hay personas que buscan mejorar, crecer y superarse. Y hay otras que se obsesionan con que todo sea perfecto y est¨¦ controlado. La perfecci¨®n no existe, ni en la tecnolog¨ªa, ni con nuestro f¨ªsico, ni en la destreza o habilidad para desarrollar un deporte. Perder¨¢ mucho tiempo intentando que algo sea perfecto. Basta con que est¨¦ rematadamente bien, no necesita que sea perfecto. Es m¨¢s, muy poca gente ser¨¢ capaz de apreciar ese nivel de excelencia al que ha dedicado tant¨ªsimas horas y que le ha impedido alcanzar el punto anterior: relajarse y desconectar.
Fluyen. Est¨¢n presentes, disfrutan y observan lo que acontece a su alrededor. No buscan qu¨¦ hacer a continuaci¨®n, sino que se dejan llevar por el momento. Dedican tiempo a la vida contemplativa. Para disfrutar del momento, usted debe estar en el presente, en el ¡°esto, aqu¨ª y ahora¡±. Repetirse estas palabras de vez en cuando le permitir¨¢ recordar la importancia de los detalles, de atender su momento en lugar de anticipar el futuro.
Y recuerde: los segundos o minutos que gana corriendo no compensan todo lo que pierde en calidad de vida.
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