Los lectores y el nuevo dise?o

En sus 39 a?os de historia EL PA?S ha sufrido bastantes retoques formales, pero s¨®lo dos profundos cambios de dise?o: el que se llev¨® a cabo en el oto?o de 2007 y el que se estren¨® este lunes 11 de mayo. Desconozco las reacciones al primero, pero puedo asegurarles que una de las novedades del ¨²ltimo ha provocado una de las reacciones m¨¢s un¨¢nimes que he visto hasta ahora en los lectores del diario. Y m¨¢s condenatoria. Me refiero a la reducci¨®n de informaci¨®n sobre los programas de televisi¨®n.

A mi buz¨®n han llegado, enviados directamente por los lectores, o a trav¨¦s de otros departamentos del diario, dos centenares de mensajes que se centran en el contenido suprimido. Hasta el lunes 11 de mayo, la programaci¨®n de las distintas cadenas de televisi¨®n ocupaba dos p¨¢ginas, ahora s¨®lo se incluyen los programas de m¨¢xima audiencia de los canales generalistas. Muchos lectores preguntan si la decisi¨®n es irreversible. Lo ¨²nico que puedo decir es que me consta que el director est¨¢ estudiando el tema.

El tono de los mensajes var¨ªa. Los hay que reflejan sobre todo decepci¨®n, como el de Ram¨®n Bay¨¦s: ¡°Creo han cometido un grave error en lo que respecta a las p¨¢ginas informativas de televisi¨®n, las cuales son muy necesarias para los jubilados, los enfermos y los discapacitados. De tener la mejor informaci¨®n sobre canales televisivos disponible en los peri¨®dicos que se venden en Barcelona han pasado a tener la peor (?a qui¨¦n le importan, por ejemplo, los programas m¨¢s vistos del d¨ªa anterior?) y m¨¢s escasa¡±.

Otros, sorpresa. ¡°Comprendo que el peri¨®dico decida renovar su imagen cada cierto tiempo, aunque a veces nos cuesta asimilar los cambios¡±, escribe Julia Sanz. ¡°Los que han hecho en esta ocasi¨®n no me gustan demasiado, pero seguro que me acostumbro. A lo que no me acostumbrar¨¦ es a la p¨¢gina de televisi¨®n. ?D¨®nde est¨¢ la programaci¨®n?¡±.

Muchos lectores preguntan si los cambios son irreversibles

Hay tambi¨¦n lectores que desconf¨ªan de las razones de esta decisi¨®n. Jaime Llorens Coello se pregunta: ¡°?Tiene esta nueva medida algo que ver con el hecho de que PRISA haya vendido la plataforma digital a Telef¨®nica? Supongo que esta informaci¨®n se ofrec¨ªa porque era interesante para los lectores. ?Deja de serlo porque la plataforma ya no es propiedad de PRISA?¡±. No puedo citar aqu¨ª nada m¨¢s que un peque?o muestrario de los muchos mensajes recibidos. Emilio Garc¨ªa de la Parra escribe, entre otras cosas: ¡°Cambiar las secciones de lugar, no es motivo de mejora. Echo en falta cada d¨ªa m¨¢s firmas relevantes de opini¨®n. La programaci¨®n de televisi¨®n que dan ahora es limitada. No informan de las emisiones de canales digitales¡±. Jos¨¦ Carlos Rodr¨ªguez no entiende lo ocurrido con esta informaci¨®n, ¡°cuando este peri¨®dico del que soy suscriptor, y por tanto lector, ha hecho siempre gala de plasmar a diario, de una forma amplia y generosa y yo dir¨ªa que exhaustiva, toda la programaci¨®n del d¨ªa a diferencia de otros¡±. Alfonso L¨®pez Yepes, suscriptor y periodista abunda en lo mismo. Antonia Pallach me llam¨® indignada porque ahora no puede encontrar los programas de las televisiones auton¨®micas y el espacio para los programas m¨¢s vistos ¡°no me interesa lo m¨¢s m¨ªnimo¡±, explicaba.

Aunque muy inferior, es significativo tambi¨¦n el n¨²mero de lectores decepcionados por la p¨¦rdida de espacio de la secci¨®n de Cartas al Director. ¡°Lo lamento porque, en ocasiones, nuestros puntos de vista eran tan v¨¢lidos o m¨¢s que los de los articulistas¡±, me escribe Dionisio ?ngel Rodr¨ªguez Castro.

Mary Carmen del Val, Francisco J. Serrano o C¨¦sar Moya me trasladan una queja similar. ¡°Si antes de este en¨¦rgico recorte era dificil¨ªsimo para muchos lectores hacer valer alguna vez en el diario sus opiniones y comentarios debidamente razonados, a partir de ahora ser¨¢ casi imposible¡±, escribe desde Tenerife Javier D¨ªaz Malledo.

Preocupada porque pueda haber m¨¢s v¨ªctimas la se?ora Del Val escribe: ¡°Por favor, no supriman el crucigrama blanco del domingo¡±. Comprendo el disgusto que provocan estos recortes. Y no es s¨®lo una frase. Como ven, tambi¨¦n mi tribuna de la edici¨®n impresa los ha sufrido.