Diplomacia ¡®franciscana¡¯

E l reconocimiento del Estado palestino por parte del Vaticano tiene un doble significado. Por una parte, es una aportaci¨®n notable al cada vez m¨¢s amplio grupo de pa¨ªses cuyos Gobiernos ¨Co Parlamentos, como el espa?ol¡ª adoptan esta medida para dejar claro que el conflicto surgido de la Guerra de los Seis D¨ªas en 1967, con la ocupaci¨®n israel¨ª de Cisjordania, debe llegar a su fin de una forma negociada y justa tanto para israel¨ªes como para palestinos. En el documento aprobado por el Papa y el presidente palestino Mahmoud Abbas, Roma aboga por la soluci¨®n de los dos Estados. Ya no se trata solo de resolver un conflicto de d¨¦cadas sino de hacerlo en un momento clave por el desgarramiento que sufre Oriente Pr¨®ximo.

El otro aspecto es que Francisco sigue en primera fila de los conflictos internacionales: se ha marcado como una de sus prioridades la situaci¨®n en Israel y Palestina, ha visitado la zona, mantiene excelentes relaciones con ambos presidentes ¡ªel s¨¢bado lo demostr¨® con Abbas¡ª y est¨¢ empe?ado en que el Vaticano sea, como en el caso de Cuba y EE?UU, mediador privilegiado. La canonizaci¨®n de dos religiosas de lengua ¨¢rabe nacidas bajo el Imperio Otomano es una oportunidad que no ha dejado escapar. Adem¨¢s, el documento tiene letra peque?a. La Iglesia est¨¢ muy preocupada por el ¨¦xodo de cristianos de poblaciones palestinas, en particular Bel¨¦n. Abbas obtiene el reconocimiento pero sabe que ahora deber¨¢ responder en varios frentes.