Ni?os agobiados por exceso de deberes
Una madre logra m¨¢s de 100.000 apoyos para su propuesta de racionalizar las tareas escolares en casa
Ni demasiado, ni demasiado poco. Con los deberes escolares pasa como con tantas otras cosas, que con frecuencia el p¨¦ndulo oscila entre un extremo y el otro, y no hay forma de alcanzar el equilibrio. Que una madre preocupada por la educaci¨®n pero tambi¨¦n por la felicidad de sus tres hijos haya obtenido m¨¢s de 100.000 apoyos a su propuesta de ¡°racionalizaci¨®n de los deberes en el sistema educativo espa?ol¡± en Change.org quiere decir que algo no acaba de funcionar bien.
El problema de los deberes no es que los ni?os tengan que hacer tareas en casa; es que no hay una regla, una pauta que tenga en cuenta los objetivos acad¨¦micos, por supuesto, pero tambi¨¦n el bienestar de los ni?os. La cantidad de deberes depende de cada profesor y eso hace que algunos se queden cortos y otros se pasen. Las diferencias no dependen solo del nivel de exigencia del docente, sino de sus habilidades: unos consiguen impartir el programa con buenos resultados y sin m¨¢s esfuerzo que el que se hace en clase, y otros no logran cumplir el objetivo sin que los chicos se lleven a casa gran cantidad de tareas. Pero es muy probable que los primeros no est¨¦n tan bien valorados por los padres como los segundos, porque en la cuesti¨®n de los deberes tambi¨¦n influyen factores culturales. El que tengan muchos deberes tranquiliza a los padres estresados por el miedo a que sus hijos no sean suficientemente competitivos para triunfar en la vida.
?Tan importantes son los deberes para el ¨¦xito educativo? Un estudio (Falch y R?nning, 2012) demuestra que puede haber hasta tres puntos de diferencia en la nota entre los ni?os que hacen deberes y los que no. Pero cuidado. Eso depende del sistema educativo. El estudio se hizo en 2007 en 16 pa¨ªses de la OCDE utilizando como base los ex¨¢menes TIMSS sobre matem¨¢ticas y ciencia (Espa?a no participa en esta prueba). Curiosamente, en algunos pa¨ªses los deberes mejoraban la nota, pero en otros, como Suecia, la bajaban. La clave est¨¢ en c¨®mo se plantean. Si se conciben como un sustituto de las tareas de clase, si consisten en que los ni?os aprendan solos en casa, no solo no ayudan, sino que el resultado es peor. Si, por el contrario, son un complemento para reforzar lo ya aprendido, entonces mejora.
Los deberes son necesarios y convenientes, pero bien orientados y en su justa medida. Permiten reforzar lo aprendido y ayudan al ni?o a entrenarse en el esfuerzo, la organizaci¨®n y la planificaci¨®n del tiempo. A condici¨®n de que sean tareas atractivas y tengan la ayuda necesaria, porque a veces, no saber gestionar bien los deberes es una fuente de frustraci¨®n y angustia. En todo caso no hay que olvidar que los ni?os son ni?os y necesitan jugar y explayarse. En el aprendizaje de la vida, tan importante es saber matem¨¢ticas como aprender a jugar y a relacionarse con otros ni?os en la plaza. Claro que ahora tampoco hay demasiadas plazas en las que jugar y muchas veces resulta m¨¢s f¨¢cil o m¨¢s c¨®modo llenar el tiempo con deberes que buscar alternativas estimulantes y socializadoras.
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