Los bulos triunfan en Facebook
Un estudio muestra que las afirmaciones sin pruebas tienen tanto impacto como las que s¨ª las ofrecen y sugiere que los afines a teor¨ªas conspirativas se creen m¨¢s mentiras
Internet ha puesto a nuestra disposici¨®n una gran cantidad de informaci¨®n y nos ha dado la posibilidad de contrastar en pocos segundos la mayor parte de las afirmaciones que leemos. Sin embargo, eso no ha beneficiado la difusi¨®n de informaciones veraces. Un an¨¢lisis reciente ha mostrado que algunos bulos, como la relaci¨®n entre las vacunas y el autismo, la posibilidad de que alguien nos est¨¦ fumigando con aviesas y secretas intenciones o la existencia de un Gobierno alien¨ªgena en la sombra, tienen tanta repercusi¨®n en redes como Facebook como la informaci¨®n m¨¢s contrastable que se publica en los medios de comunicaci¨®n.
Los autores del anterior estudio, liderado por Walter Quattrociocchi, de la Universidad del Nordeste en Boston (EE UU), han tratado de analizar tambi¨¦n las diferencias entre los grupos que consumen la informaci¨®n convencional y quienes prefieren las fuentes alternativas. En un nuevo trabajo, muestran que existe una importante polarizaci¨®n entre los dos grupos. Esto se traduce adem¨¢s en que las personas con una y otra tendencia son pr¨¢cticamente impermeables a los puntos de vista opuesto, porque ¡°dos individuos solo son capaces de influirse si sus opiniones est¨¢n por debajo de una distancia determinada¡±.
Muchos italianos creyeron que su Senado hab¨ªa aprobado dar el 10% de su PIB a los pol¨ªticos en paro
El an¨¢lisis incluy¨® 271.296 posts de 73 p¨¢ginas de Facebook clasificadas seg¨²n el tipo de informaci¨®n que ofrecen como ¡°explicaciones alternativas de la realidad¡± o ¡°noticias cient¨ªficas¡± o verificables. Adem¨¢s, se clasific¨® a los usuarios seg¨²n su preferencia por uno u otro tipo de noticias.
Con este punto de partida, observaron que los consumidores de noticias cient¨ªficas se centraban en comentar las noticias de su ¨¢mbito, con un 90,29% para estos usuarios, pero tambi¨¦n se preocupaban de comentar en las fuentes de informaci¨®n alternativa, a las que dedicaron un 9,71% de sus comentarios. Los usuarios de noticias alternativas, por su parte, se aventuraban a comentar en los sitios de noticias alternativas con mucha menor frecuencia: solo un 0,92% de sus comentarios fueron a parar a sitios de noticias cient¨ªficas. Adem¨¢s, se observ¨® que los lectores de informaciones poco convencionales estaban m¨¢s inclinados a difundir la informaci¨®n comparti¨¦ndola con sus contactos que los de noticias convencionales.
Los investigadores tambi¨¦n observaron que las personas dispuestas a creer en teor¨ªas de la conspiraci¨®n son m¨¢s propensas a interactuar y difundir informaciones completamente falsas. Esto lo comprobaron despu¨¦s de lanzar 4.709 afirmaciones falsas producida por una p¨¢gina de contenido par¨®dico. Los aficionados a las teor¨ªas conspirativas fueron mucho m¨¢s activos comentando y difundiendo los bulos. Por su parte, los consumidores de noticias cient¨ªficas tampoco distinguieron las noticias conspirativas falsas de las genuinas y siguieron comentando para desmontarlas.
Entre las noticias falsas utilizadas para el estudio, los investigadores, todos italianos, introdujeron el caso del senador Cirenga. Seg¨²n esta historia, este individuo hab¨ªa propuesto una ley para dar a los pol¨ªticos 134.000 millones de euros para encontrar trabajo si perd¨ªan las elecciones. 257 senadores habr¨ªan votado a favor y 165 en contra. La cifra, el 10% del PIB italiano, era completamente inveros¨ªmil, el n¨²mero de senadores que supuestamente hab¨ªan votado superaba la cifra total de inquilinos de la c¨¢mara alta y el tal Cirenga ni siquiera exist¨ªa, pero eso no impidi¨® que la historia se convirtiese en viral y que muchos activistas pol¨ªticos la difundiesen.
Las teor¨ªas conspirativas, que no dejan flecos sin explicar, ayudan frente a la incertidumbre
La hip¨®tesis del equipo de Quattrociocchi que explica que los consumidores habituales de ¡°noticias alternativas¡± den credibilidad a este tipo de afirmaciones es que la exposici¨®n a historias imposibles de comprobar ¡°podr¨ªa afectar los criterios de selecci¨®n de los usuarios incrementando su inclinaci¨®n a interactuar con informaci¨®n falsa".
La inclinaci¨®n por creer teor¨ªas conspirativas se ha relacionado con la necesidad de tener explicaciones completas. Frente a un desastre natural o un ataque terrorista se produce una sensaci¨®n de desamparo que no ayuda a aliviar el an¨¢lisis de la realidad, que por su propia naturaleza dejar¨¢ partes de la historia sin explicar del todo. Las teor¨ªas de la conspiraci¨®n, libre del lastre de presentar pruebas de lo que afirma, proporcionan una narraci¨®n m¨¢s redonda y, para muchos, m¨¢s satisfactoria. No obstante, esta tendencia tan frecuente deja, como han mostrado los investigadores italianos, desprotegido frente a todo tipo de mentiras.
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