El s¨ªndrome Esperanza

Las elecciones municipales y auton¨®micas celebradas el ¨²ltimo domingo no solo han supuesto un vuelco pol¨ªtico de importancia, sino que tambi¨¦n han dado una cierta raci¨®n de justicia a muchos votantes.

Veamos. Esperanza Aguirre, la presidenta del PP de Madrid, por ejemplo, acumula, tanto para sus partidarios como para sus adversarios pol¨ªticos, un capital nada despreciable de argumentos que est¨¢n relativamente al margen de la pol¨ªtica. La remuneraci¨®n que declar¨® a Hacienda por realizar lo que en el mundo de los negocios se llama la caza de cabezas ha supuesto para sus amigos pol¨ªticos una ocasi¨®n que ni pintada para chulear en los bares del barrio de Salamanca entre cervezas y percebes (aunque estos est¨¢n ahora en veda). En otro barrio, como Vallecas, se ha producido la indignaci¨®n m¨¢s exacerbada, porque es dif¨ªcil para mucha gente entender que se cobre dinero por elegir cabezas como la de Francisco Granados y Alberto L¨®pez Viejo. Las ca?as que han celebrado el desastre de Esperanza ir¨ªan acompa?adas de tortilla de patata. Y no es demagogia, sino sociolog¨ªa.

Esperanza Aguirre aplic¨® a los dem¨¢s la medicina que ella va a tomar ahora cuando se produjo su elecci¨®n gracias a la traici¨®n de Tamayo y S¨¢ez. La diferencia es que a ella no le van a hacer trampas, sino que va a ser derrotada con las armas limpias de la democracia. Porque los electores no olvidan que Ciudadanos dijo que Esperanza Aguirre no ser¨ªa alcaldesa con sus votos. La suerte para los de Rivera es que no necesitar¨¢n poner a prueba su decencia en este caso. Porque a Manuela Carmena le basta con sumar los votos del PSOE para superar a su competidora.

Madrid ha quedado libre del s¨ªndrome Esperanza, que condenaba a la ciudad a estar dirigida por una alcaldesa que no explica bien sus ingresos y explica muy mal sus oscuras maniobras pol¨ªticas del pasado.

Madrid va a comenzar una etapa en que su alcaldesa ser¨¢ una mujer culta y de trayectoria limpia. Y adem¨¢s ya ha demostrado que sabe ser independiente de los partidos que la apoyan. Esperemos que Carmona y el PSOE tengan la inteligencia de comprenderlo.