Los jardines viajeros

FOTO: Myriam Ramel 

Dos jardines de ida y vuelta. El primero es un muro que quiere hablar a los cincos sentidos. El segundo, un espacio que recicla ese muro para convertirlo en estancia. Se trata de demostrar que un jard¨ªn puede ser escult¨®rico, topogr¨¢fico, recreativo, ¨²til o visual, pero tambi¨¦n ef¨ªmero y, por supuesto, artificial. Estos jardines viajeros ideados por los arquitectos afincados en R¨®terdam Helena Casanova y Jes¨²s Hern¨¢ndez plantean c¨®mo abordar la relaci¨®n entre naturaleza y ciudad sin huir del ajardinamiento y aceptando la temporalidad de muchas intervenciones.

Aquellas Ventanas Verdes buscaban fomentar la curiosidad del viandante para dirigir su mirada hacia espacios nturales en la ciudad y su periferia. Temporal y prefabricado, el paisaje propuesto (ocho metros de largo por tres de alto y 50 cent¨ªmetros de ancho) fue levantado con plantas que fueron creciendo, durante un a?o, en una estructura que hab¨ªa sido previamente ideada por los proyectistas para poder ir conformando el muro vegetal. Posteriormente, ese jard¨ªn vertical m¨®vil fue reciclado, reutilizado y transformado, en una intervenci¨®n en R¨®terdam.

Realizar la estructura y hacer que las plantas crezcan en ella dirigidas para formar una intervenci¨®n de arte topiario que, sin embargo, no depende de un ¨¢rbol o seto fijo sino que admite movilidad fue la idea detr¨¢s de este proyecto. Cuando el festival suizo termin¨®, el muro regres¨® a Holanda, donde, frente al puerto de R¨®terdam, junto al puente Erasmus, se convirti¨® en una habitaci¨®n verde, domesticada pero abierta y habitable aunque p¨²blica.

Precio de estas intervenciones seg¨²n los arquitectos: Jard¨ªn en Lausana: 28.000 euros incluidos honorarios, transporte, montaje y cultivo. Jard¨ªn en R¨®terdam (reutilizaci¨®n): 9.000 euros (incluido transporte y honorarios).