Los libros curan
La biblioterapia consiste en entrevistar al ¡°paciente¡±, escuchar sus problemas, sus gustos, sus experiencias lectoras y recomendarle los tres o cuatro t¨ªtulos que puedan ayudarlo
La cifra me cay¨® por la cabeza y casi me lastima: el mundo produce un nuevo libro ¨Cun t¨ªtulo nuevo, miles de ejemplares de cada t¨ªtulo nuevo¨C cada 15 segundos. Son m¨¢s de dos millones de t¨ªtulos por a?o; si suponemos una tirada media de 2.000 ejemplares terminan siendo 4.000 millones de vol¨²menes que inundan todos los a?os el planeta, ¨¢rboles cayendo en catarata, una lluvia de libros peor que el peor de los diluvios, un tsunami de libros. Era, por supuesto, m¨¢s que suficiente para convencerme de no escribir nunca m¨¢s ¨Cy sin embargo¨C.
Todos caemos en la trampa-libro: el libro es una marca prestigiosa. Aun siendo tantos, aun siendo tan dispares, la categor¨ªa libro conserva su reputaci¨®n: pensamos libro y pensamos en un objeto respetable, portador de los saberes que el mundo necesita. Son taimadas las categor¨ªas: pensamos libro y les prestamos a todos el prestigio que merecen unos pocos. Caemos f¨¢cil en la tentaci¨®n de suponer que el primer Quijote y el ¨²ltimo MasterChef tienen algo en com¨²n ¨Cporque los dos manchan un hato de papeles unidos por el lomo¨C. Y sus fabricantes, faltaba m¨¢s, aprovechan la confusi¨®n: piden condiciones especiales, mejoras impositivas, privilegios que el prestigio del objeto libro supuestamente justifica. Reivindican la importancia cultural de las elucubraciones de Maril¨® Montero o Paulo Coelho, defienden el peso social del Horticultor autosuficiente o el Manual pr¨¢ctico para hablar con los muertos.
Pero hay libros que te cambian la vida. O, por lo menos, eso dicen los ¡°biblioterapeutas¡± de la School of Life, una instituci¨®n que dirige en Londres el filosofador best seller Alain de Botton. ¡°La vida es demasiado corta para leer libros malos¡±, dice su presentaci¨®n, ¡°el problema es que, con tantos miles de libros publicados, es dif¨ªcil saber por d¨®nde empezar¡±. Ellos quieren guiarte y, para comenzar, te explican las ventajas de los libros. Para m¨ª, que nunca supe por qu¨¦ le¨ªa o escrib¨ªa, fue una revelaci¨®n tras otra ¨Co casi¨C:
¨Cque leer parece una p¨¦rdida de tiempo pero en realidad es un enorme ahorro, porque te presenta un arco de hechos y emociones que tardar¨ªas a?os, siglos en vivir;
¨Cque leer es entrar en un simulador de vida que te lleva a testear sin peligro todo tipo de situaciones y decidir qu¨¦ te conviene m¨¢s;
¨Cque leer produce la magia de mostrarte c¨®mo ven las cosas los dem¨¢s y entonces te hace ver las consecuencias que tienen tus acciones y eso te hace, dicen, ser mejor persona;
¨Cque leer te hace sentir menos solo porque te muestra que esas cosas raras que piensas las han pensado otros, que han sabido ponerlas en palabras que te describen a¨²n mejor que lo que t¨² mismo podr¨ªas;
¨Cque leer te prepara para eso que la crueldad del mundo moderno llama ¡°fracasar¡±, mostr¨¢ndote la falsedad, la banalidad de eso que este mundo llama ¡°¨¦xito¡±.
Para eso, dicen, no hay que tratar la lectura como un entretenimiento, un pasatiempo playero, sino como un instrumento para vivir y morir con m¨¢s sentido y m¨¢s sabidur¨ªa. O sea: una terapia. La biblioterapia, su creaci¨®n, consiste en entrevistar al ¡°paciente¡±, escuchar sus problemas, sus gustos, sus experiencias lectoras y recomendarle los tres o cuatro libros que mejor pueden ayudarlo. Cada cita no cuesta m¨¢s que 110 euros ¨Cunos cinco o seis tomos¨C. No hay, todav¨ªa, estudios sobre su eficacia; por ahora se sabe que el invento ya avanz¨® hasta Francia ¨Cy amenaza cruzar el Pirineo¨C.
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