Patadas al f¨²tbol femenino
Las futbolistas tachan de humillantes las pruebas de identidad de g¨¦nero y consideran que son una afrenta respecto a los colegas varones
Por si no tuviera sobre sus espaldas pocos esc¨¢ndalos, a la FIFA le ha estallado en las manos otro embrollo que no por recurrente deja de ser bochornoso. Se trata de las pruebas de verificaci¨®n de sexo a las que se ven sometidas las jugadoras que participan en la Copa Mundial Femenina, que este s¨¢bado arranca en Canad¨¢ y en la que la selecci¨®n espa?ola est¨¢ encuadrada en el grupo de Brasil, Corea del Sur y Costa Rica. El detonante del gigantesco revuelo es la obligaci¨®n que tienen las futbolistas de pasar una prueba de g¨¦nero para que no quede ninguna sombra de duda de que la competici¨®n la disputan mujeres.
Tal obviedad se justifica en una elemental simpleza: un hombre puede tener ventaja si se enfrenta a una mujer en una competici¨®n deportiva. Una perogrullada resuelta: en los torneos oficiales masculinos juegan hombres y en los femeninos, mujeres. No obstante, los 24 equipos que se ver¨¢n las caras en Canad¨¢ se han sometido a las pruebas de rigor ¡ªefectuadas por sus respectivas federaciones¡ª para que al c¨¦sped salten solo mujeres (a no ser que sean ¨¢rbitros). En muchos casos, el examen para reafirmar que ellas son ellas ha sido tomado a chanza por las afectadas, pero en otros no ha sentado nada bien el requerimiento de la FIFA. Tachan de humillantes las pruebas de identidad de g¨¦nero y consideran que son una afrenta respecto a los colegas varones. ?Qu¨¦ pensar¨ªamos si en el reciente Mundial de Brasil estrellas como Rib¨¦ry, Messi o G?tze hubieran sido sometidos a un examen similar?
En el caso de las mujeres parece haberse asumido como algo normal. El organismo que gobierna el f¨²tbol mundial estableci¨® en 2011 la obligatoria ¡°verificaci¨®n de la identidad sexual¡±, que incluye desde simples pruebas anat¨®micas hasta configuraciones gen¨¦ticas y an¨¢lisis hormonales. El objetivo es comprobar los niveles de testosterona que, supuestamente, mejoran el rendimiento f¨ªsico. Aquel 2011, en el Mundial de Alemania, las sospechas se cebaron en tres hermanas de la selecci¨®n de Guinea Ecuatorial, que fueron investigadas para confirmar que no eran hombres. Dos a?os despu¨¦s, una coreana de m¨¢s 1,80 metros de estatura, que golea como si fuera Ronaldo, pas¨® por id¨¦ntico escrutinio. ¡°Me duele el coraz¨®n y es humillante¡±, afirm¨® apesadumbrada la deportista, que en Canad¨¢ se enfrentar¨¢ al combinado espa?ol.
Una galer¨ªa de agravios y discriminaciones ¡ªlas futbolistas jugar¨¢n el Mundial sobre c¨¦sped artificial¡ª aderezada con retazos machistas corona el deporte rey. El expresidente de la FIFA, Joseph Blatter, que se jactaba de ser el ¡°padrino¡± del f¨²tbol femenino, propuso que las jugadoras lucieran ropa m¨¢s ajustada para atraer as¨ª la atenci¨®n de las marcas publicitarias. Manten¨ªa que una indumentaria m¨¢s atrevida, con shorts ce?idos, provocar¨ªa tambi¨¦n un subid¨®n de audiencia. Blatter acaba de dimitir por los casos de corrupci¨®n que se ciernen a su alrededor. Deber¨ªa haberlo hecho a?os antes, por las patadas propinadas al f¨²tbol femenino.
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