Desfile de ciervos
El cortejo poselectoral se ha convertido en un pandemonio, con los machos y las hembras berreando al mismo tiempo
A pocos meses de la gran berrea que se producir¨¢ en Espa?a pr¨¢cticamente a la vez que la de los bosques estamos asistiendo a un anticipo no por menor menos agitado.
La portada del ¨²ltimo libro de Manuel Vicent, Desfile de ciervos, ha sido a ese respecto premonitoria si bien la novela hable de otro tiempo, de una ¨¦poca que parece ya lejan¨ªsima: una pareja de ciervos, macho y hembra, deambulan por las salas de un palacio cuyas paredes reflejan un poder un tanto irreal, quiz¨¢ por su soledad. Aunque el macho domina la situaci¨®n con su cornamenta, la hembra, al fondo, no pasa desapercibida pese a su difuminaci¨®n formal. La imagen es un ejemplo de c¨®mo ven el poder en Espa?a muchas personas.
El espect¨¢culo de estos d¨ªas corrobora esa impresi¨®n, con los grandes machos pol¨ªticos desplegando todos sus atributos para atraer a unas hembras de las que dependen para su perpetuaci¨®n, hembras que, por su lado, se hacen las dignas a la espera de conocer lo que les van a ofrecer aqu¨¦llos a cambio de dejarse montar unos segundos, los necesarios para que el macho se convierta en el jefe de una manada cada vez m¨¢s abundante en ellos, lo que dificulta el triunfo de uno solo. Ocurre, adem¨¢s, que la primavera, con su confusi¨®n de olores, trastoca todos los instintos, lo que hace que haya machos que por momentos hagan de hembras seg¨²n su preponderancia o dependencia de los dem¨¢s e igual ocurre con las hembras, que de repente pasan de hacer de tales a subirse a la grupa de sus compa?eras, incluso de los machos j¨®venes, intentando tambi¨¦n imponer su poder¨ªo. El cortejo poselectoral se ha convertido as¨ª en un pandemonio, con los machos y las hembras berreando al mismo tiempo y con los espectadores del bosque, que somos todos nosotros, desconcertados ante los movimientos y extra?as agrupaciones de la manada seg¨²n el paso de las jornadas camino de ¨¦sa en la que definitivamente se tendr¨¢ que decidir qui¨¦n es el macho alfa en cada sector del bosque y qui¨¦nes los derrotados.
Nunca un cortejo poselectoral hab¨ªa sido tan complicado seg¨²n los guardas y nunca el que se avecina para el oto?o, el de verdad importante para la organizaci¨®n del bosque, se hab¨ªa pronosticado m¨¢s disputado a tenor de sus proleg¨®menos. Menos mal que por el medio el verano traer¨¢ un poco de paz a aqu¨¦l y a los que nos gusta pasear por ¨¦l con tranquilidad mirando los ¨¢rboles y escuchando el silencio, que es la m¨²sica de Dios, podremos hacerlo por unos d¨ªas ajenos a los instintos de los animales y de esos hombres y mujeres que no saben vivir sin pelear.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.