No competir¨¢s con las gu¨ªas de viaje
El viajero elitista que ten¨ªa un prop¨®sito letrado pertenece a la prehistoria del turismo
Me veo en Hoi An, una localidad vietnamita donde el negocio es hacer ropa a medida. No hay soportal que no oponga al viajero biombos y maniqu¨ªes, perchas y telas, como si se tratara de una pista de carreras con obst¨¢culos para que uno tropiece y se anime a tomarse las medidas y hacerse alguna cosa. Y en medio de todo esto puedo apreciar, en terrazas de hostales, cafeter¨ªas y bares, a viajeros, bol¨ªgrafo en mano u ordenador desplegado, machacando teclados, emborronando cuartillas, actualizando blogs o dilapidando Facebook. Y pienso: qu¨¦ maravilloso ser¨ªa que toda esta gente escribiera, adem¨¢s de sin mala ortografea, con algo de ma?a y encanto. Consiguiendo que lleg¨¢ramos a viajar a trav¨¦s de sus l¨ªneas como si fueran las v¨ªas de un imparable tren narrativo. ?Qu¨¦ ha pasado con esos exploradores que urd¨ªan pulidas cr¨®nicas de viaje? El viajero elitista que ten¨ªa un prop¨®sito letrado pertenece a la prehistoria del turismo. Con la masificaci¨®n del acto de viajar y el estilo low cost se ha democratizado el desplazamiento, y con ello, la escritura de viajes. Legi¨®n de mochileros, trotamundos, exploradores de andar por casa y viajeros respetables con veleidades de papel y tinta, en cuanto ponen un pie fuera de sus pa¨ªses, se creen en el deber de transmitirle al mundo sus experiencias.
Mientras m¨¢s gente invierta su tiempo en viajar para luego escribir sobre lo que ha visto, m¨¢s posibilidades tenemos de conocer y amar este ancho mundo. Pero el masificado viaje low cost est¨¢ propiciando una escritura de usar y tirar que vaga por las redes sociales y no se queda en la memoria. Y estamos ante un fen¨®meno de inflaci¨®n donde cada vez se hace m¨¢s dif¨ªcil separar la paja del trigo. Mandamiento primero: no competir¨¢s con las grandes gu¨ªas de viaje en cuanto a informaci¨®n se refiere. Hoy m¨¢s que nunca el viajescritor debe ¡°hacer literatura¡±. Y no voy a incurrir en la ingenuidad de proclamar que quien pretenda abrirse un blog sea responsable, se cultive y aprenda las normas m¨¢s elementales de la viajescritura. Pero ayuda, que entretenerse tambi¨¦n es una pulsi¨®n que habita en el buen gusto.
?Estamos ante la muerte de la literatura de viajes, tal y como la hemos conocido? Que no se llame a enga?o quien escribe sobre sus viajes sin saber lo que hace, ni tampoco nosotros, los incautos lectores que buscamos un texto que nos entretenga y ense?e. Con tanta paja low cost, el viaje del lector exigente es arduo y est¨¦ril. La ignorancia se atreve a cualquier cosa, y aunque a veces hace falta un impulso de ignorancia para despegar con un libro de viajes, el personal t¨¦cnico de los aeropuertos aconseja despegar con el combustible suficiente para no caerle a nadie en la cabeza. Combustible cultural, y cinturones de seguridad en el buen uso de la palabra, amigo viajero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.