Dejar gobernar

El respaldo de Ciudadanos a la investidura de Susana D¨ªaz rompe el absurdo bloqueo institucional sufrido por la Junta de Andaluc¨ªa desde la celebraci¨®n de las elecciones, hace dos meses y medio. Ese periodo, unido al de precampa?a y campa?a, alargaba est¨¦rilmente la provisionalidad de las instituciones andaluzas y anunciaba la posibilidad de bloqueos similares en otras partes de Espa?a. La se?al dada desde Andaluc¨ªa rema en el sentido de acabar con una contradicci¨®n evidente: ninguno de los partidos que acaban de someterse al veredicto de las urnas tiene el menor inter¨¦s en repetir las elecciones, y sin embargo dejan pasar el tiempo ¡ªcon pretextos diversos¡ª sin otro motivo real que el de no comprometerse ante sus votantes.

El pacto de Ciudadanos y PSOE era la ¨²nica soluci¨®n en Andaluc¨ªa a la vista de las dificultades para obtener el apoyo del PP o de Podemos. La actitud de estas fuerzas queda en evidencia con la decisi¨®n de Ciudadanos, que tambi¨¦n parece inclinado a respaldar la investidura de Cristina Cifuentes (PP) como presidenta de la Comunidad de Madrid, aunque con m¨¢s dudas.

La formaci¨®n de Albert Rivera corre el riesgo de presentar una imagen confusa ante los electores, apoyando unas veces a la izquierda y otras a la derecha. Que sea dif¨ªcil explicarlo a militantes muy convencidos no implica que la mayor¨ªa de los ciudadanos prefieran el desgobierno. No es as¨ª. Lo que desean es vivir un tiempo de pactos y coaliciones, como puso de relieve la encuesta poselectoral de Metroscopia publicada por EL PA?S el domingo y lunes pasados. Desde ese punto de vista, Ciudadanos corre un riesgo calculado: m¨¢s vale presentarse como el partido que favorece la gobernabilidad que jugar a vetos e intransigencias.

Alargar el tiempo de la transacci¨®n solo se entiende en caso de negociaciones para Gobiernos de coalici¨®n en que cada parte se responsabiliza de la gesti¨®n y acuerda reglas de funcionamiento interno. En cambio, organizar un complicado ceremonial de negociaciones y pliegos de condiciones es m¨¢s extra?o cuando se trata simplemente de permitir que se constituya un Gobierno. Es m¨¢s: el partido que facilita el apoyo al PSOE en Andaluc¨ªa, y quiz¨¢ al PP en Madrid, tiene previsto pasar a la oposici¨®n y no integrarse en Gobierno alguno. Es innecesario tener que dejarse todos los pelos en la gatera para permitir el funcionamiento de Gobiernos minoritarios, a los que se va a pedir cuentas desde la oposici¨®n ¡ªincluida la fuerza que le apoya¡ª desde el principio. No confundamos un verdadero acuerdo de coalici¨®n con un simple pacto de investidura para permitir que las instituciones echen a andar.

Lo m¨¢s positivo de la decisi¨®n de Ciudadanos es el aldabonazo que supone para los negociadores de pactos municipales y auton¨®micos en toda Espa?a. Pongamos las cosas en su lugar: ninguna fuerza pol¨ªtica ha obtenido el suficiente n¨²mero de votos en las pasadas elecciones como para imponerse a las dem¨¢s en las autonom¨ªas y en un considerable n¨²mero de Ayuntamientos. As¨ª que los pactos no es que sean inevitables; es que son deseables para lograr un funcionamiento razonable de las instituciones.