Joseph Blatter, la ca¨ªda del jefe del f¨²tbol mundial

Tal vez sea dif¨ªcil encontrar la manera exacta de definir a Joseph Sepp Blatter. The Daily Mail le llama el ¡°gnomo engre¨ªdo e hip¨®crita de Z¨²rich¡±. The Guar?dian, ¡°el m¨¢s brillante dictador no asesino del ¨²ltimo siglo¡±. En abril, durante la reuni¨®n anual de los representantes de Norteam¨¦rica y Centroam¨¦rica en la FIFA, Osiris Guzm¨¢n, m¨¢xima autoridad del f¨²tbol de la Rep¨²blica Dominicana, hablaba en otro sentido al comparar a Blatter con Jesucristo, Nelson Mandela y Winston Churchill. ¡°?Por qu¨¦ va a ser diferente de esos otros hombres?¡±, pregunta Guzm¨¢n, a quien la FIFA apart¨® del f¨²tbol durante 30 d¨ªas en 2011 debido a un esc¨¢ndalo de compra de votos. Y, ya puestos, a?ade a Mois¨¦s, Martin Luther King y Abraham Lincoln.

Los elogios se suced¨ªan en el complejo tur¨ªstico de Atlantis Paradise Island, en las Bahamas. Blatter, de 79 a?os, se presentaba a su quinto mandato como presidente del organismo que dirige el f¨²tbol internacional, la F¨¦d¨¦ration Internationale de Football Association, y los delegados se desviv¨ªan y compet¨ªan por llenar de elogios a su jefe. Uno tras otro, ondeando las banderas de sus respectivos pa¨ªses para pedir la palabra, ensalzaron a Blatter con t¨¦rminos como ¡°transformador¡±, ¡°futurista¡± y ¡°el padre del f¨²tbol¡±. Jeffrey Webb, responsable del f¨²tbol de las islas Caim¨¢n y presidente del grupo regional (Concacaf), interrumpi¨® los discursos. ¡°Creo que est¨¢ claro el mensaje que los miembros quieren transmitir, ?no?¡±, dijo desde el estrado, mientras los asistentes rompieron a aplaudir y el presidente de la FIFA, sentado a su derecha, sonre¨ªa.

[Un mes despu¨¦s, Webb y su antecesor en la Concafaf, Jack Warner, eran detenidos en Z¨²rich, junto a otros directivos de la FIFA, por orden del departamento de Justicia de Estados Unidos y el FBI. Entre los cargos figuraban sobornos, chantajes, fraude y conspiraci¨®n para el blanqueo de dinero. Hab¨ªan acudido a la ciudad suiza para las elecciones de la federaci¨®n, que Blatter no quiso posponer: el 29 de mayo, renov¨® su mandato como presidente de la FIFA. Pero su situaci¨®n era insostenible. Cuatro d¨ªas, el 2 de junio, dimiti¨®].

Blatter, cuyas cortas piernas le hacen andar con pasos r¨¢pidos, a saltitos, se coloc¨® ante el micr¨®fono en las Bahamas. ¡°No debemos hablar de cifras ni dinero¡±, dijo, y a continuaci¨®n hizo justo eso: subrayar que, desde 1999, la FIFA ha otorgado m¨¢s de 330 millones de d¨®lares (unos 300 millones de euros al cambio actual) a los 35 pa¨ªses miembros de la regi¨®n. Las elecciones de la federaci¨®n no tienen en cuenta el tama?o del pa¨ªs: cada uno, sea grande o peque?o, tiene derecho a un voto. Blatter deja muy claro en qu¨¦ consiste su programa y empieza a hablar de la siguiente ronda de subvenciones. ¡°Las previsiones para los cuatro pr¨®ximos a?os¡±, dice, ¡°est¨¢n entre los 150 y los 180 millones de d¨®lares (134 y 160 millones de euros)¡±.

Blatter no era el ¨²nico candidato a presidir la FIFA, aunque nadie lo hubiera dicho a juzgar por la sucesi¨®n de oradores en las Bahamas. Los otros aspirantes tambi¨¦n hab¨ªan acudido a la reuni¨®n. Eran el pr¨ªncipe Ali Bin el Hussein, hermano del rey Abdal¨¢ II de Jordania; el jefe del f¨²tbol holand¨¦s, Michael van Praag, y el portugu¨¦s Luis Figo, antiguo jugador estrella del Real Madrid y el FC Barcelona. Pero no pueden tomar la palabra. La organizaci¨®n de Jeffrey Webb proh¨ªbe los ¡°discursos pol¨ªticos¡± y asegura que las palabras de Blatter no eran m¨¢s que el discurso de bienvenida del presidente. De pie junto a un buf¨¦ preparado para los delegados durante una pausa, Figo se muestra furioso y califica el proceso de antidemocr¨¢tico. Tras los tributos en honor de Blatter, el pr¨ªncipe Ali se retira a fumar un cigarrillo en el balc¨®n de su suite en la planta 16?, desde donde observa a los delegados mientras bailan junto a una de las 11 piscinas del Atlantis. ¡°Son condiciones muy controladas¡±, explica Ali, ¡°pero as¨ª es como funciona la FIFA¡±.

Para ser justos, es posible que la decisi¨®n de callar a la oposici¨®n se debiera a motivos pr¨¢cticos. Si se hubiera permitido hablar a los disidentes, cualquier discurso que hubiera enumerado las alegaciones de corrupci¨®n durante los 17 a?os de reinado de Blatter habr¨ªa resultado interminable. Su mandato se ha caracterizado por una serie constante de investigaciones internas y externas sobre malversaciones y sobornos, por no hablar de las acusaciones de compra de votos en la elecci¨®n de Rusia y Qatar como sedes de las dos pr¨®ximas Copas del Mundo. De los 22 miembros del comit¨¦ ejecutivo de la FIFA que votaron para escoger esas dos sedes, al menos la mitad est¨¢n acusados de corrupci¨®n en relaci¨®n con el proceso.

El predecesor de Webb al frente de Concacaf, Jack Warner, durante mucho tiempo responsable del f¨²tbol en Norteam¨¦rica y Centroam¨¦rica, dimiti¨® despu¨¦s del vergonzoso esc¨¢ndalo de la compra de votos en la elecci¨®n de 2011. Aun as¨ª, sigue siendo due?o de un complejo deportivo y centro de conferencias en Trinidad, construido en gran parte con 26 millones de d¨®lares (23 millones de euros) procedentes de la FIFA que ¨¦l transfiri¨® a sus propias empresas, seg¨²n un informe encargado por el ¨®rgano regional. Warner dice que el centro, que incluye un sal¨®n Sepp Blatter de bodas y banquetes, fue un regalo del antecesor de este ¨²ltimo. Las sospechas han alcanzado todos los rincones del mundo: en noviembre, el l¨ªder de la asociaci¨®n de f¨²tbol de Nepal present¨® su dimisi¨®n temporal, acusado de haber robado alrededor de cinco millones de d¨®lares.

En julio de 2012, la FIFA contrat¨® a Michael Garc¨ªa, antiguo fiscal federal de Estados Unidos, para investigar las votaciones sobre Qatar y Rusia, adem¨¢s de otros cargos. Elabor¨® un informe de 400 p¨¢ginas, pero tuvo tanto efecto como un copo de nieve contra un carro de combate. La FIFA hizo p¨²blico un resumen tan anodino que Garc¨ªa dimiti¨®, tras asegurar que la versi¨®n expurgada conten¨ªa ¡°representaciones incompletas y err¨®neas de los hechos y las conclusiones¡±. La FIFA no ha publicado el informe completo, y no tiene ninguna intenci¨®n de volver a someter a elecci¨®n las sedes de los Mundiales.

Por su parte, el FBI lleva desde hace a?os investigando la corrupci¨®n en el f¨²tbol internacional, seg¨²n varias informaciones publicadas, y otra pesquisa del Consejo de Europa lleg¨® en enero a la conclusi¨®n de que ¡°la FIFA no parece capaz de poner fin a los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n¡±. Ni siquiera la propia organizaci¨®n parece saber hasta d¨®nde llegan los casos de malas pr¨¢cticas. Al preguntar a un portavoz sobre cu¨¢ntos de sus miembros han recibido alg¨²n castigo, se muestra incapaz de responder: ¡°Me temo que no tenemos una lista completa¡±.

Su mandato ha derivado en constantes investigaciones por sobornos y malversaciones

La sede de la FIFA ocupa alrededor de 4,50 hect¨¢reas en una colina boscosa a las afueras de Z¨²rich. Dos campos de f¨²tbol flanquean el edificio principal, envuelto en una membrana de aluminio que permite que se filtre la luz hasta un atrio de bienvenida. Blat?ter supervis¨® la construcci¨®n del complejo, finalizada en 2007 y que cost¨® alrededor de 240 millones de francos suizos (230 millones de euros), y en alguna ocasi¨®n ha declarado que su dise?o transparente es una expresi¨®n de los valores de la federaci¨®n. Puede que sea verdad, pero el departamento legal exige a ciertos visitantes que firmen acuerdos de confidencialidad cuando acuden a reuniones de rutina, y cinco de las ocho plantas del edificio son subterr¨¢neas. En una visita reciente, comprobamos que los tel¨¦fonos m¨®viles no ten¨ªan cobertura en las profundidades forradas de granito negro brasile?o. Dentro de su guarida del tercer nivel subterr¨¢neo, propia del doctor Strangelove, Blatter celebra las reuniones del comit¨¦ ejecutivo en una sala de conferencias con el suelo de lapisl¨¢zuli. La habitaci¨®n est¨¢ iluminada por un candelabro redondo de cristal que pretende evocar un estadio de f¨²tbol.

La FIFA es una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro y, en teor¨ªa, su funcionamiento no es complicado. Cada cuatro a?os, sus 475 empleados organizan un torneo de un deporte tan sencillo que no necesita m¨¢s que un bal¨®n. Con su bandera del ¡°juego limpio¡±, la FIFA es el ¨®rgano regulador y normativo que gobierna la competici¨®n entre las 209 asociaciones nacionales que pertenecen a ella, estructuradas en seis confederaciones regionales, como la que se reuni¨® en las Bahamas.

Los patrocinadores y los medios de comunicaci¨®n pagan mucho dinero para participar. Los 30.000 millones de espectadores de m¨¢s de 200 pa¨ªses que contemplaron el Mundial de 2014 lo convirtieron en el acontecimiento televisado m¨¢s visto de la historia. Durante los cuatro a?os transcurridos entre diciembre de 2010 y diciembre de 2014, el periodo fiscal que corresponde a una Copa del Mundo, la FIFA tuvo unos ingresos brutos de aproximadamente 5.720 millones de d¨®lares (4.700 millones de euros), sobre todo de derechos de transmisi¨®n, pero tambi¨¦n de patrocinadores como Coca-Cola y Adidas. De ellos, 358 millones se asignaron a los premios para los equipos que jugaban, y 2.200 millones fueron para cubrir los gastos del Mundial (los pa¨ªses anfitriones se hacen cargo de la mayor parte de los gastos, por ejemplo, los estadios). Brasil invirti¨® m¨¢s de 10.000 millones de d¨®lares en la Copa del Mundo que acogi¨® en 2014. Y eso, despu¨¦s de rechazar exigencias de la FIFA como escoltas de motoristas para los directivos, dice Luis Fernandes, antiguo viceministro de deportes brasile?o. Durante el ¨²ltimo decenio, con el aumento de los ingresos, la FIFA ha acumulado unas reservas de dinero de 1.520 millones de d¨®lares, a partir pr¨¢cticamente de cero.

En cuanto al resto del dinero, no est¨¢ claro a d¨®nde fue a parar exactamente, pero hay algunas pistas. Los gastos de personal de la FIFA ascendieron a 397 millones de d¨®lares. Sin embargo, el sueldo de Blatter no figura en el informe anual. ¡°Lo hemos escondido para que no puedan encontrarlo¡±, dice Markus Kattner, responsable de finanzas y administraci¨®n del organismo. ¡°No lo publicamos, para empezar, porque no tenemos obligaci¨®n de hacerlo¡±. Ya en 2002, Blatter ganaba un mill¨®n de francos suizos al a?o (casi un mill¨®n de euros), m¨¢s bonificaciones, asegura un exdirectivo de la FIFA que ejerc¨ªa por entonces. Varios c¨¢lculos basados en el volumen del fondo de compensaciones de la organizaci¨®n le atribuyen un sueldo actual que ronda una cifra millonaria de dos d¨ªgitos. La FIFA pag¨® asimismo 27 millones de d¨®lares, procedentes sobre todo de su presupuesto de marketing, para financiar el filme de 2014 United Passions, un halagador relato de la historia de la federaci¨®n de f¨²tbol con Tim Roth en el papel de Blatter.

Hay una partida que se anuncia con orgullo como el mayor gasto al margen de los grandes acontecimientos: los 1.560 millones de d¨®lares dedicados en los ¨²ltimos cuatro a?os a programas de ¡°solidaridad¡± en los pa¨ªses miembros, incluidos 1.000 millones para terrenos en los que practicar, entrenadores locales y otras d¨¢divas. Es la pol¨ªtica del clientelismo. La mayor parte del dinero se entrega a asociaciones peque?as de pa¨ªses sin grandes programas de f¨²tbol ni posibilidad alguna de llegar a una Copa del Mundo, como las islas Caim¨¢n y Montserrat. Pa¨ªses que, como los otros 207 miembros de la FIFA, tienen un voto cada uno para elegir al presidente. En el mapa electoral de Blatter, los 5.200 habitantes de Montserrat son tan importantes como los 200 millones de Brasil. Hay tantos territorios diminutos y no soberanos que forman parte del club que la FIFA tiene 16 miembros m¨¢s que Naciones Unidas.

Muchas veces, el dinero de la FIFA sirve para poco m¨¢s que dotar de nuevas oficinas a las autoridades futbol¨ªsticas locales. La organizaci¨®n ha enviado m¨¢s de dos millones de d¨®lares a las Caim¨¢n desde 2002 con el fin de construir una sede y campos de primera categor¨ªa para sus selecciones nacionales; la selecci¨®n masculina ocupa el puesto 191? en la clasificaci¨®n mundial. Blatter fue a la ceremonia de colocaci¨®n de la primera piedra en 2009. ¡°Caim¨¢n no se ha clasificado todav¨ªa para la Copa del Mundo¡±, dijo ante los dignatarios reunidos, seg¨²n informaciones de la prensa local. ¡°Pero estoy seguro de que un d¨ªa lo conseguir¨¦is. Nosotros podemos ayudaros¡±. La sede est¨¢ construida, y tambi¨¦n un campo de f¨²tbol, pero la tierra era demasiado salina para poner hierba, as¨ª que la asociaci¨®n nacional la ha sustituido por c¨¦sped artificial.

Aunque su selecci¨®n masculina suele perder ¨Cen marzo, su primer partido internacional en m¨¢s de tres a?os acab¨® en un empate a cero con Belice (que ocupa el puesto 159?)¨C, la Asociaci¨®n de F¨²tbol de las Islas Caim¨¢n es una de las m¨¢s poderosas de la Federaci¨®n Internacional. La confederaci¨®n regional de Webb design¨® al tesorero de las islas, Canover Watson, para formar parte del comit¨¦ de auditor¨ªas y observancia, te¨®ricamente el basti¨®n de la FIFA contra la corrupci¨®n. En noviembre, las autoridades de su propio pa¨ªs le acusaron de blanqueo de dinero y fraude en el desempe?o de sus funciones como presidente de la Autoridad Sanitaria de las Islas Caim¨¢n; al parecer, hab¨ªa desviado contratos a una empresa en la que ten¨ªa intereses econ¨®micos. La FIFA ha suspendido temporalmente a Watson. ?l no ha querido hacer comentarios, pero niega los cargos.

Su sueldo no figur¨® en el informe anual de la FIFA. ¡°Lo tenemos escondido¡±

La FIFA se ha resistido durante mucho tiempo a emprender reformas de peso, como la limitaci¨®n de los mandatos y la supervisi¨®n independiente, dice el cofundador de Transparencia Internacional Michael Hershman, que intervino en la redacci¨®n de dos informes sobre gobernanza para la organizaci¨®n. La experiencia de Hershman parece haber sido similar a la de Michael Garc¨ªa. Blatter encarg¨® los informes, pero luego los ignor¨® casi por completo. ¡°Lo que m¨¢s me sorprendi¨® fue esa convicci¨®n tan arraigada de que est¨¢n por encima del bien y del mal, de que son aut¨®nomos, de que no les importa lo que piense nadie¡±, dice Hershman. Tambi¨¦n dedic¨® unas palabras de advertencia a los delegados que votaron en la urna de Z¨²rich a finales de mayo. ¡°Su voto, en estos momentos, es el m¨¢s importante de la historia de la FIFA. Si contin¨²an con Blatter, recibir¨¢n lo que se merecen¡±.

Sin embargo, lo que reciben los delegados de la FIFA ayuda a entender por qu¨¦ Blatter ha permanecido en el poder. Para empezar, regalos a cada asociaci¨®n nacional de f¨²tbol, que este a?o incluyen la subvenci¨®n anual habitual de 250.000 d¨®lares m¨¢s una bonificaci¨®n de 500.000 d¨®lares por los beneficios derivados del Mundial de 2014. Adem¨¢s, las asociaciones pueden solicitar el dinero del Programa Goal, que se dedica a proyectos como campos de f¨²tbol y oficinas, y una ayuda econ¨®mica para la construcci¨®n de edificios concretos o programas de extensi¨®n. Asimismo, la FIFA reparte primas extraordinarias por valor de millones de d¨®lares a las confederaciones regionales.

Luego hay otros beneficios, en particular para los responsables locales que hacen carrera en la FIFA, como es el caso de Webb desde la asociaci¨®n de las islas Caim¨¢n. El comit¨¦ ejecutivo de la federaci¨®n cuenta con 25 miembros designados por sus regiones, cada uno de los cuales cobra 300.000 d¨®lares al a?o, incluida una dieta de 500 d¨®lares por cada d¨ªa, incluso incompleto, que dediquen a asuntos de la FIFA, adem¨¢s de vuelos en primera clase, comidas, todos los gastos pagados y alojamiento en hoteles de cinco estrellas, que en Z¨²rich suele ser el hotel Baur au Lac, un establecimiento fundado hace 171 a?os, con su propio parque y vistas hacia los Alpes. Eso es solo el dinero de la FIFA. En sus respectivos pa¨ªses, los ¨®rganos regionales tambi¨¦n pagan. La confederaci¨®n asi¨¢tica paga a los miembros de su comit¨¦ ejecutivo 25.000 d¨®lares al a?o y 150 d¨®lares por cada d¨ªa que dedican a asuntos oficiales, seg¨²n una auditor¨ªa que se ha filtrado y que llev¨® a cabo PricewaterhouseCoopers en 2012.

Blatter recompensaba la lealtad con muchos nombramientos m¨¢s. Despu¨¦s de su pen¨²ltima reelecci¨®n, en 2011, prometi¨® al menos un representante en el comit¨¦ para cada pa¨ªs. Cientos de puestos que van acompa?ados de dietas de 350 d¨®lares, vuelos en clase business y todos los gastos pagados, de forma que un viaje puede llegar a valer 3.000 d¨®lares, suma considerable en los rincones m¨¢s pobres del mundo. ¡°Los miembros de la familia, por as¨ª decir, que no hac¨ªan ruido y acced¨ªan a lo que quisiera Sepp Blatter recibieron los mejores cargos, unos puestos que les permitieron enriquecerse¡±, explica Hershman. Las cenas en Z¨²rich despu¨¦s de cada reuni¨®n de los comit¨¦s pueden costar una fortuna, con botellas de vino de hasta 400 d¨®lares, que pagan los miembros con las tarjetas de cr¨¦dito de la FIFA, asegura un empleado que ha asistido a esas veladas como personal de apoyo.

La generosidad parece funcionar. Antes de la elecci¨®n de 2011, Blatter aterriz¨® en Pago Pago, la capital de Samoa Americana, para el congreso de la confederaci¨®n de Ocean¨ªa. En el programa figuraba la elecci¨®n de un presidente regional (la FIFA hab¨ªa destituido al anterior despu¨¦s de que, al parecer, hubiera pedido 2,3 millones de d¨®lares para una academia de f¨²tbol a cambio de su voto a la hora de escoger un pa¨ªs anfitri¨®n para la Copa del Mundo). El presidente regional en funciones, el responsable del f¨²tbol en Pap¨²a Nueva Guinea, David Chung, ten¨ªa dos posibles rivales de Nueva Zelanda.

Entonces Blatter hizo un anuncio. Cada asociaci¨®n miembro de la FIFA, incluidas las 11 de la regi¨®n, iba a recibir una bonificaci¨®n de 300.000 d¨®lares. Cada una de las regiones de la FIFA iba a recibir una prima de 7,5 millones de d¨®lares, una suma enorme para la diminuta Ocean¨ªa. Cualquiera que se atreviera a oponerse a la estructura de direcci¨®n pod¨ªa poner en peligro el acceso de su asociaci¨®n al dinero. ¡°Se retiraron¡±, dice Chung a prop¨®sito de los neozelandeses. ?l continu¨® adelante con su candidatura sin rivales, y en su discurso de aceptaci¨®n prometi¨® el apoyo de Ocean¨ªa a Blatter. ¡°Al presidente de la FIFA quiero decirle: ¡®Estamos en deuda contigo¡±, proclam¨®. ¡°Te apoyamos incondicionalmente¡±.

La justicia de la FIFA, cuando la hay, es selectiva. La organizaci¨®n tiene un sistema interno que incluye un comit¨¦ de ¨¦tica y, cuando se ha investigado a altos responsables del f¨²tbol, ¡°se ha hecho a instancias del presidente, Blatter¡±, explica Terry Stearns, un investigador que trabaj¨® para la federaci¨®n hasta 2012. ¡°Nadie juega con ¨¦l¡±.

Hasta ahora, algunos de los peores delitos han quedado sin castigo. La tarde del 12 de enero de 2010, un terremoto sacudi¨® Hait¨ª justo cuando la junta de la asociaci¨®n nacional de f¨²tbol estaba reunida en su sede de Puerto Pr¨ªncipe. El presidente, Yves Jean-Bart, result¨® levemente herido. Cuando el edificio se derrumb¨®, los escombros aplastaron al seleccionador Jean Yves Labaze, que muri¨® junto a otras 31 personas. Al d¨ªa siguiente, cuando se restablecieron las l¨ªneas telef¨®nicas, Blatter llam¨® a Jean-Bart y le prometi¨® ayuda. La FIFA dijo que hab¨ªa enviado 250.000 d¨®lares al responsable del f¨²tbol en Norteam¨¦rica y Centroam¨¦rica en aquella ¨¦poca, Jack Warner, que estaba en Trinidad y Tobago. Desde Corea del Sur, un donante envi¨® otros 500.000 d¨®lares. Jean-Bart asegura que no le lleg¨® m¨¢s que una parte de ese dinero. Al principio, ¡°recibimos un peque?o cargamento de arroz, pero que val¨ªa menos de 10.000 d¨®lares¡±, afirma. Dice que otras cantidades que obtuvo para reabrir oficinas, celebrar partidos y otras partidas elevaron el total de la ayuda recibida a 429.000 d¨®lares.

Cuando Jean-Bart se quej¨® a la FIFA y a la confederaci¨®n regional, Jack Warner present¨® las cuentas de c¨®mo se hab¨ªa gastado el dinero. Una copia en manos de los autores de este reportaje muestra recibos de m¨¢s de 229.000 d¨®lares por generadores, comida, mantas y otros materiales comprados a una empresa de Trinidad cuyo domicilio resulta inexistente. Jean-Bart dice que nunca recibi¨® esos suministros. M¨¢s de 366.222 d¨®lares sirvieron para llevar a dos equipos haitianos de f¨²tbol a jugar a Trinidad y otros pa¨ªses, seg¨²n la contabilidad. Los vuelos los organiz¨® una agencia de viajes de la familia Warner y se alojaron en su centro de conferencias, el que hab¨ªa construido con dinero de la FIFA. Warner involucr¨® tambi¨¦n a Jean-Bart. La ¨²ltima partida del libro muestra 30.000 d¨®lares asignados a pagar los estudios de Medicina de la hija de este ¨²ltimo. Christina Jean-Bart asegura que ella no recibi¨® ning¨²n dinero y que no estudiaba Medicina. Casi cinco a?os despu¨¦s, la FIFA dice que todav¨ªa est¨¢ investigando el asunto de Hait¨ª.

La FIFA funciona como una dictadura. Es la organizaci¨®n de Blatter¡±

La esposa del entrenador haitiano fallecido, que viv¨ªa en Estados Unidos con el dinero que ¨¦l le enviaba desde su pa¨ªs, tampoco ha logrado respuestas ni ayuda. ¡°Cuando hablo con la FIFA, me dicen que no pueden hacer nada¡±, dice Marie Labaze, de 58 a?os, maestra auxiliar en paro, que vive en Spring Valley, Nueva York. ¡°No me dan nada¡±.

El 43% del dinero de la FIFA procede de los contratos de retransmisi¨®n televisada. Otro 29% m¨¢s sale de los patrocinios de algunas de las empresas m¨¢s relevantes ¨Cy, en teor¨ªa, que m¨¢s cuidan su imagen¨C del mundo. En general, parece que prefieren continuar con lo malo conocido, pero existen divisiones. En el Mundial de Brasil de 2014, la FIFA gan¨® 1.600 millones de d¨®lares (1.430 millones de euros), una cifra sin precedentes, por los derechos mundiales de comercializaci¨®n durante el periodo de cuatro a?os que culminaba en el campeonato. Cuatro a?os antes, los patrocinadores pagaron 1.200 millones de d¨®lares por la Copa del Mundo de Sud¨¢frica. Se trata de un incremento del 33% durante un periodo en el que surgi¨® un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n detr¨¢s de otro. ¡°Los patrocinadores pagan dinero a una organizaci¨®n que est¨¢ dirigida por gente corrupta, y lo saben¡±, dice Guido Tognoni, que trabaj¨® en la FIFA de forma intermitente entre 1984 y 2003 en asuntos legales, marketing y como asesor de Blatter. ¡°Para ellos, las audiencias de televisi¨®n siguen siendo m¨¢s importantes que las consideraciones morales. Siempre hay otra marca mundial dispuesta a participar. Coca-Cola, Pepsi-Cola, Adidas, Nike¡±.

El consejero delegado de Coca-Cola, Muhtar Kent, cree que la FIFA est¨¢ dispuesta a aprender de sus errores. ¡°Vamos a ver c¨®mo siguen evolucionando y mejorando¡±, asegur¨® el 22 de abril durante una conversaci¨®n telef¨®nica. ¡°No financiamos una organizaci¨®n¡±, dijo. ¡°Apoyamos el deporte, en particular el deporte juvenil. Estamos orgullosos de contribuir a eso¡±.

Adidas colabora con la FIFA desde 1970. Para la compa?¨ªa, el f¨²tbol es la base de su imagen de marca y declin¨® hacer comentarios para este reportaje. Ante los esc¨¢ndalos relacionados con la organizaci¨®n de los Mundiales, Adidas hizo p¨²blicas en 2011 y 2014 sendas declaraciones casi id¨¦nticas. La m¨¢s reciente dec¨ªa: ¡°El tono negativo del debate p¨²blico sobre la FIFA en estos momentos no es bueno ni para el f¨²tbol ni para la FIFA y sus socios¡±.

Algunos patrocinadores se han marchado. Aunque sin mencionar las controversias, Emirates Airlines comunic¨® el pasado mes de noviembre que no iba a renovar un contrato que hab¨ªa iniciado en 2006, y Sony dej¨® caducar el suyo al terminar 2014.

Otros han sido m¨¢s directos. En 2006, MasterCard present¨® una demanda contra la FIFA ante un tribunal federal de Estados Unidos por traicionar a la compa?¨ªa con su rival Visa en la renovaci¨®n del contrato. MasterCard hab¨ªa pagado casi 100 millones de d¨®lares para convertirse en una de las compa?¨ªas patrocinadoras de la Copa del Mundo desde hac¨ªa 16 a?os. Tocaba renegociar el acuerdo y el nuevo director de marketing de la federaci¨®n, el franc¨¦s J¨¦r?me Valcke, fue quien mantuvo las conversaciones con MasterCard, pero al mismo tiempo iba revelando sus detalles a Visa, que acab¨® qued¨¢ndose con el contrato. MasterCard present¨® su querella y aleg¨® que le hab¨ªan privado de su derecho contractual a igualar otras ofertas. La juez de distrito de Estados Unidos Loretta Preska, en su fallo contra la federaci¨®n, escribi¨® que ¡°el comportamiento de la FIFA en relaci¨®n con sus obligaciones y en la negociaci¨®n del siguiente periodo de patrocinio fue cualquier cosa menos ¡®juego limpio¡±; es decir, utiliz¨® el propio eslogan de la FIFA contra ella.?Aunque la sentencia le daba a MasterCard la oportunidad de seguir patrocinando a la organizaci¨®n, la empresa decidi¨® llegar a un acuerdo econ¨®mico. ¡°Decidimos poner precio a la colaboraci¨®n y la confianza¡±, explica Noah Hanft, que era consejero jur¨ªdico de MasterCard en aquella ¨¦poca y hoy es director general del Instituto Internacional de Prevenci¨®n y Resoluci¨®n de Conflictos. ¡°Preferimos que nos indemnizaran por el incumplimiento de contrato en lugar de seguir con un socio en el que ya no pod¨ªamos confiar, que ten¨ªa problemas ¨¦ticos y que parec¨ªa corrupto¡±. La FIFA pag¨® a MasterCard 90 millones de d¨®lares de indemnizaci¨®n.

La FIFA no ha explicado el desv¨ªo de la ayuda para Hait¨ª hace cinco a?os

La FIFA suspendi¨® a Valcke. Pero menos de ocho meses m¨¢s tarde, Blatter lo readmiti¨®, con ascenso incluido. Le nombr¨® nuevo secretario general de la federaci¨®n y mano derecha suya. Valcke dijo que hab¨ªa intentado conseguir el acuerdo m¨¢s favorable posible para la FIFA y que no hab¨ªa jugado sucio.

Blatter, hijo de un empleado de una f¨¢brica qu¨ªmica, naci¨® en Visp, un pueblo de unos 7.000 habitantes, en un valle a los pies del Mat?terhorn. A dos horas de tren de Z¨²rich, Visp sigue siendo su hogar familiar. En una tarde de abril, su ¨²nica hija, Corinne Blat?ter Andenmatten, vuelve corriendo de una ?reuni¨®n a casa para ver a su propia hija antes de que se acueste. Andenmatten, nacida del primero de los tres matrimonios de Blatter, vive a unas manzanas de la escuela primaria del pueblo, que lleva el nombre de Sepp. ¡°[Mi padre] es una persona muy normal¡±, dice. Dos veces al mes, m¨¢s o menos, Blatter va a Visp a pasar el fin de semana y se aloja en el piso que tiene encima de una ¨®ptica, cuenta su hija. ¡°Para la gente de aqu¨ª, ¨¦l no es m¨¢s que Sepp¡±.

Blatter tambi¨¦n ha repartido fondos en su pueblo natal, en parte a trav¨¦s de la Fundaci¨®n Sepp Blatter, que tiene bienes por valor de m¨¢s de 1,1 millones de francos suizos y acepta donaciones externas. La fundaci¨®n da dinero a instituciones locales, como la residencia de ancianos Martinsheim, a la que don¨® 20.000 francos para la construcci¨®n de una nueva ala. La madre de Blatter vivi¨® all¨ª desde 1990 hasta que falleci¨®, en 2000, explica Markus Lehner, su director. ¡°Para ¨¦l es importante preocuparse por Visp¡±, dice. Clavada en un armario de su despacho hay una tarjeta navide?a de la FIFA firmada por Blatter, con una nota que dice que ha incluido 2.000 francos de propina para el personal.

El 23 de agosto de 2014 aterriz¨® en el pueblo un helic¨®ptero rojo en el que viajaba Ronaldo, el segundo m¨¢ximo goleador en la historia de la selecci¨®n nacional de Brasil (el primero es Pel¨¦). Iba a la celebraci¨®n del centenario del FC Visp, el club de f¨²tbol local. Cuando la estrella descendi¨® del aparato, se encontr¨® con un Blatter muy sonriente. Para el gran acto del d¨ªa, un partido de exhibici¨®n entre una ¡°selecci¨®n de la FIFA¡± de antiguos profesionales y un equipo de antiguos jugadores locales, Ronaldo visti¨® un uniforme azul de Adidas confeccionado especialmente para la ocasi¨®n. Los jueces fueron ¨¢rbitros oficiales de la FIFA. El ingeniero Klaus Kalbermatten dice que se siente orgulloso de que Blatter llevara tanto prestigio desde fuera a la celebraci¨®n de un equipo tan peque?o. ¡°Ronaldo no habr¨ªa venido porque s¨ª a Visp¡±, dice. ¡°Los dem¨¢s tienen el Manchester United, el Bayern de M¨²nich, el Real Madrid. Nosotros somos peque?os, pero tenemos a Sepp Blatter, el que manda en todo el f¨²tbol¡±.

Cuando sali¨® de Visp, Blatter se licenci¨® en Econ¨®micas y Administraci¨®n de Empresas en la Universidad de Lausana. Con el tiempo aprendi¨® cuatro idiomas adem¨¢s de su lengua materna, el alem¨¢n: ingl¨¦s, franc¨¦s, italiano y espa?ol. De sus primeros trabajos, como periodista deportivo y en la Federaci¨®n Suiza de Hockey sobre Hielo, pas¨® a la empresa relojera Longines, donde intervino en la organizaci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de 1972 y 1976. En 1975, Blatter empez¨® a trabajar en la FIFA como responsable de programas de desarrollo, una labor que le llev¨® a ?frica.

Ya en la FIFA, Blatter se cas¨® con su segunda esposa, que era hija del antiguo secretario general de la federaci¨®n, un puesto que ¨¦l mismo alcanz¨® en 1981. Su mentor era el presidente Jo?o Havelange, antiguo nadador ol¨ªmpico brasile?o. Havelange sent¨® el modelo por el que se guiar¨ªa Blatter en su ascenso: derramar atenci¨®n y dinero sobre pa¨ªses que hasta entonces hab¨ªan permanecido ignorados. El brasile?o gan¨® su primera elecci¨®n en 1974 despu¨¦s de recorrer ?frica para hablar con los delegados y pagarles el viaje para que acudieran a votar, algo que la FIFA hace hoy con todos los miembros. Cuando Havelange dijo que pensaba retirarse en 1998, le lleg¨® el turno a Blatter.

Para aquella primera campa?a, Blatter recurri¨® a un catar¨ª llamado Mohamed bin Hammam, que dirig¨ªa la confederaci¨®n de f¨²tbol de Asia. Bin Hammam proporcion¨® dinero y el uso de un avi¨®n privado con el que Blatter recorri¨® ?frica en busca de votos. En su libro How They Stole the Game (c¨®mo robaron el partido), David Yallop escribe que en Par¨ªs, antes de la votaci¨®n, repartieron fajos de 50.000 d¨®lares entre los delegados africanos. El rival de Blatter, el sueco Lennart Johansson, sigue resentido por el hecho de que la FIFA nunca investigara los presuntos sobornos de los que, seg¨²n asegura, fueron testigos personas de su confianza. ¡°Dicen que vieron sobres que pasaban de mano en mano. Estaban seguros de que el objetivo era encaminar los votos en la debida direcci¨®n, que no era la m¨ªa¡±, asegura Johansson, que hab¨ªa dirigido el f¨²tbol europeo y que hoy tiene 85 a?os. ¡°Espero que, tarde o temprano, esto salga a la luz y se lleve ante los tribunales¡±.

Blatter confirma que hubo entregas de dinero, pero no que ¨¦l participara en ellas. ¡°?Qui¨¦n compr¨® votos en la primera elecci¨®n?¡±, pregunt¨® en una rueda de prensa en 2011. Para saberlo, razon¨®, habr¨ªa que retrotraerse al 8 de junio de 1998, en el hotel Meridien Montparnasse, donde se alojaban los delegados. Blatter declin¨® hacer comentarios para este reportaje.

Antes de la elecci¨®n de 2002, el secretario general de la federaci¨®n, el abogado Michel Zen-Ruffinen, elabor¨® un informe en el que hablaba de abuso de poder y mala gesti¨®n; lo firmaron 11 miembros del comit¨¦ ejecutivo. ¡°La FIFA, hoy, funciona como una dictadura¡±, escribi¨® en el informe. ¡°Se ha convertido en la organizaci¨®n de Blatter¡±. Entre las acusaciones hab¨ªa pagos no autorizados de Blatter con dinero de las cuentas de la organizaci¨®n. Toda la documentaci¨®n econ¨®mica de la FIFA de 1998 y a?os anteriores hab¨ªa desaparecido, por lo que ni el personal de la federaci¨®n ni los auditores de KPMG pod¨ªan evaluar las verdaderas finanzas de la organizaci¨®n, seg¨²n dec¨ªa el informe.

Un grupo de europeos convenci¨® a Issa Hayatou, el m¨¢ximo responsable del f¨²tbol en ?frica, para que se presentara contra Blatter. En una reuni¨®n convocada para hablar de finanzas, los miembros del Caribe acabaron con el mot¨ªn. Los defensores de Blatter, entre ellos Webb, el representante de las islas Caim¨¢n, hablaron en su favor. Sonaron abucheos pero impidieron que las voces disidentes subieran al estrado. Se ignor¨® la petici¨®n de la secretaria general de la asociaci¨®n noruega en aquel momento, Karen Espelund, de que se dejara hablar a los adversarios de Blatter. Espelund recuerda que el presidente no intervino y que los gritos a su favor se volvieron cada vez m¨¢s estridentes. El hijo del dictador libio Muammar el Gaddafi, Al Saadi, tocado con una boina, subi¨® al micr¨®fono para apoyarle tambi¨¦n. Al d¨ªa siguiente, Blatter derrot¨® a Hayatou, 139 votos contra 56.

En 2013, Blatter insinu¨® que Webb, hoy detenido, podr¨ªa sustituIrle

S¨ª hubo un esc¨¢ndalo de sobornos contra el que Blatter tom¨® medidas. En 2011 se encontr¨® con que su tradicional aliado Bin Hammam estaba tratando de destituirle en las siguientes elecciones. Cuando faltaba menos de un mes para la votaci¨®n, los miembros de la Uni¨®n Caribe?a de F¨²tbol se reunieron en un hotel de Trinidad para o¨ªr hablar a Bin Hammam. Despu¨¦s de su intervenci¨®n, Warner tom¨® el micr¨®fono y anunci¨® que el catar¨ª ten¨ªa regalos para todos los asistentes. Horas despu¨¦s, los delegados hicieron la cola correspondiente para entrar uno por uno en una habitaci¨®n en la que los responsables de la asociaci¨®n regional dieron a todos un sobre con cuatro fajos de 10.000 d¨®lares en billetes de 100. El plan sali¨® a la luz d¨ªas antes de la elecci¨®n, cuando el lugarteniente de Warner en Estados Unidos, Charles Chuck Blazer, contact¨® con la direcci¨®n de la FIFA y revel¨® detalles de los pagos.

El 28 de mayo de aquel a?o, Bin Hammam se retir¨® (posteriormente, la FIFA le apart¨® del f¨²tbol). Al d¨ªa siguiente, Blatter convoc¨® una rueda de prensa en Z¨²rich. ¡°?Crisis? ?Qu¨¦ crisis?¡±, dijo con el rostro serio. ¡°No estamos en crisis. Tenemos ciertas dificultades, y esas dificultades se resolver¨¢n en el seno de nuestra familia¡±. Con Bin Hammam eliminado, Blatter volvi¨® a vencer con facilidad y prometi¨® que ese ser¨ªa su ¨²ltimo mandato. Warner dimiti¨® y amenaz¨® con un tsunami de represalias contra la FIFA. La federaci¨®n emprendi¨® una investigaci¨®n interna sobre Warner, pero la dio por cerrada inmediatamente con el argumento de que la dimisi¨®n hab¨ªa ayudado a preservar la presunci¨®n de inocencia de Warner. Se iniciaron investigaciones sobre una treintena m¨¢s de responsables del f¨²tbol caribe?o por los sobornos, y casi todos ellos acabaron dimitiendo o castigados con una combinaci¨®n de amonestaciones, multas y suspensiones, como los 30 d¨ªas de exclusi¨®n del dominicano Guzm¨¢n. La FIFA nunca ha dicho qu¨¦ delegados aceptaron el dinero ni si alguno de ellos lo devolvi¨® despu¨¦s. Varios est¨¢n integrados hoy de nuevo en los comit¨¦s de la federaci¨®n.

Aunque el esc¨¢ndalo empa?¨® la imagen de la organizaci¨®n, tambi¨¦n le dio a Blatter la oportunidad de formar un equipo m¨¢s leal en la confederaci¨®n de Norteam¨¦rica y Centroam¨¦rica. En mayo de 2012, el grupo escogi¨® a Jeffrey Webb para sustituir a Warner hasta el final de su mandato. Blatter ha sido uno de sus mayores defensores. En 2013, en las islas Caim¨¢n, lleg¨® a insinuar que la FIFA podr¨ªa tener pronto un nuevo presidente, ¡°y ese presidente podr¨ªa ser Jeffrey Webb¡±.

Webb [detenido en el reciente esc¨¢ndalo que ha forzado la dimisi¨®n de Blatter al frente de la FIFA] fue subdirector del comit¨¦ de auditor¨ªas internas de la FIFA durante un decenio, encargado de aprobar los movimientos de dinero de la organizaci¨®n y rodeado de un clamor constante de alegaciones de corrupci¨®n. Sus finanzas personales est¨¢n entremezcladas con sus deberes oficiales. En su propio pa¨ªs, abri¨® un restaurante de comida r¨¢pida en colaboraci¨®n con el responsable del f¨²tbol de Jamaica, al que m¨¢s tarde suspender¨ªan durante seis meses por el esc¨¢ndalo de los sobornos de Bin Hammam. La organizaci¨®n regional que dirig¨ªa Webb concedi¨® las contratas de carteles y pancartas, en los torneos que se celebran en EE UU y el Caribe, a una franquicia de la cadena FastSigns en las islas Caim¨¢n, uno de cuyos propietarios es su amigo Watson. Un portavoz de la confederaci¨®n de Webb dijo que por cuestiones tan peque?as los contratos no se someten a licitaci¨®n.

Un hijo del dictador libio Gadafi apoy¨® una de las reelecciones de Blatter

Webb, de 50 a?os, alto y de modales discretos, circulaba por el reciente congreso de las Bahamas con el porte de un jefe de Estado. Le acompa?aban guardaespaldas incluso al ba?o. Aseguraba haber creado una ¡°cultura de responsabilidad y transparencia¡±, aunque su confederaci¨®n da muy poca informaci¨®n sobre sus finanzas. Lo m¨¢s importante de todo a la hora de pensar en una hipot¨¦tica sucesi¨®n era ser leal a Blatter, quien entonces estaba de nuevo en campa?a. Para el congreso de la confederaci¨®n de Sudam¨¦rica, en marzo, lleg¨® a Asunci¨®n, la capital de Paraguay, en avi¨®n privado. Un helic¨®ptero del Gobierno le llev¨® a almorzar con el presidente, Horacio Cartes. Luego se aloj¨® en el Bourbon Conmebol Asunci¨®n Convention Hotel, en una suite de 2.700 d¨®lares la noche, con una larga fila de delegados que sub¨ªa en ascensor a rendirle pleites¨ªa.

En abril, la campa?a le llev¨® a El Cairo para el congreso de la confederaci¨®n africana. Igual que en las Bahamas, los organizadores imped¨ªan a los rivales dirigirse a los asistentes. ?frica era un basti¨®n de Blat?ter, en parte porque ¨¦l llev¨® al continente el Mundial de 2010. Antes de marcharse, los 56 miembros de la regi¨®n se comprometieron de forma un¨¢nime a respaldarle. ¡°Nos sentimos obligados a proteger el puesto y al hombre Sepp Blatter como presidente de la FIFA¡±, dijo Kalusha Bwalya, de Zambia, miembro del comit¨¦ ejecutivo de la Confederaci¨®n Africana de F¨²tbol y antiguo jugador estrella en Europa.

La confederaci¨®n de Ocean¨ªa tambi¨¦n prometi¨® apoyo a Blatter. En las islas Cook ¨C15 islas volc¨¢nicas y atolones de coral esparcidos entre Haw¨¢i y Nueva Zelanda¨C, el presidente de la asociaci¨®n de f¨²tbol, Lee Harmon, afirm¨® que el dinero de la FIFA le permiti¨® construir una oficina y un peque?o estadio. ¡°Antes de que Blat?ter fuera presidente, ?sabe cu¨¢nto dinero obten¨ªa cada asociaci¨®n miembro de la FIFA? Cero. ?Le basta para comprender por qu¨¦ votamos por Blatter?¡±, preguntaba Harmon, que vive de criar cerdos y cultivar hortalizas. ¡°Hablan mucho de la corrupci¨®n en la FIFA, bla bla bla, pero no creo que ¨¦l tenga el control de todo eso¡±.

Hay un evento en el que sus rivales s¨ª recibieron la invitaci¨®n a exponer sus argumentos: la conferencia anual del ¨®rgano que dirige el f¨²tbol europeo, la UEFA, celebrada en marzo en Viena. Este es territorio enemigo. En la clausura del encuentro, cada uno de los tres adversarios subi¨® al estrado. Blatter, que ya hab¨ªa pronunciado el discurso de bienvenida como presidente de la FIFA, prefiri¨® no hablar al mismo tiempo que los dem¨¢s. El primero fue el atl¨¦tico y bronceado exjugador portugu¨¦s Figo. Una de las bases de su campa?a era el reparto de mil millones de d¨®lares de las reservas de la FIFA a los pa¨ªses miembros y traspasarles la mitad de los ingresos de la Copa del Mundo. Explic¨® a los delegados que quer¨ªa aumentar los pagos anuales que hace la federaci¨®n a dos millones. Al terminar, el pr¨ªncipe Ali aplaudi¨®. Blatter, sentado en la primera fila con Chung, de Pap¨²a Nueva Guinea, y Webb, de las islas Caim¨¢n, no se unieron a la ovaci¨®n. El siguiente fue Ali. ¡°Debemos ampliar la ayuda econ¨®mica a las asociaciones miembros¡±, dijo, en una l¨ªnea similar a la de Figo. Luego lleg¨® Van Praag. ¡°No puedo aceptar que dejemos la FIFA en su situaci¨®n actual a las futuras generaciones¡±, dijo. ¡°Es imposible hacer cambios reales si no cambia la persona¡±. Y tambi¨¦n ¨¦l habl¨® de dinero. Quer¨ªa cuadruplicar la asignaci¨®n anual de cada pa¨ªs, hasta un mill¨®n de d¨®lares.

Hac¨ªan bien en intentarlo. Es lo mismo que har¨ªa Blatter. Pero, si lo mejor que se les ocurre a los rivales de Sepp es ser m¨¢s papistas que el papa, quiz¨¢ es que ¨¦l era exactamente el hombre que el f¨²tbol necesita.

Publicado con permiso de Bloomberg LP Copyright ? 2015. Derechos reservados.

Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.