Otra vez las armas
No es tolerable que cada d¨ªa 300 personas mueran en EE UU en sucesos protagonizados por personas armadas
Entre las atroces justificaciones que los abogados de Dylann Roof ¡ªel blanco de 21 a?os que el mi¨¦rcoles mat¨® a nueve negros en una iglesia de Charleston (Carolina del Sur)¡ª esgriman sobre los asesinatos puede haber racismo, problemas personales, mentales... Todo ser¨¢ m¨¢s o menos debatible excepto un dato objetivo: el joven estaba armado.
Cada vez que hay una tragedia como la de Charleston, los grupos de presi¨®n contrarios a los controles sobre las armas recuerdan la Segunda Enmienda de la Constituci¨®n de EE?UU, que consagra el derecho de los ciudadanos a tener esas armas. La interpretaci¨®n dominante de la Enmienda ¡ªy la cultura social, con matices¡ª les ampara. Pero habr¨¢ un momento en el que esa sociedad dir¨¢ basta, como hizo con otras realidades no menos arraigadas en las costumbres y reflejadas en las leyes. No es tolerable que cada d¨ªa 300 personas mueran en EE UU en diversos sucesos que implican armas, desde actos de violencia hasta suicidios y accidentes; es abrumador que cada a?o sean 100.000 las v¨ªctimas, sobre todo cuando el porcentaje de criminalidad ha deca¨ªdo en los ¨²ltimos 20 a?os.
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La caza, la cultura, la seguridad personal... todo es compatible con controles serios; la mitad de la poblaci¨®n cree que las leyes deber¨ªan ser m¨¢s duras y el 65%, seg¨²n Gallup, est¨¢ a favor de las normas que el Senado no aprob¨® en 2013. Quiz¨¢ la decisi¨®n de investigar lo ocurrido como un acto de terrorismo contribuya a que la sociedad pueda tener una conversaci¨®n seria sobre las armas, y a que el legislativo reanude los intentos de una supervisi¨®n m¨¢s estricta. Pero las resignadas palabras del presidente Obama no invitan al optimismo.
?l deber¨ªa estar especialmente preocupado: es muy probable que su legado, ya marcado por el rebrote de tensiones raciales, se salde con un fracaso por lo que al control de armas se refiere. Tiene que esforzarse hasta el ¨²ltimo minuto de su estancia en la Casa Blanca para tratar de evitarlo.
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