Carnalidad
Parece que no se puede hablar de lo puramente f¨ªsico porque denigra la condici¨®n de la mujer. Pero qu¨¦ hacer, se?ores del jurado, si se muere un monumento
La Antonelli era la reina de las tetas ca¨ªdas hacia arriba. Lo cual le trajo como consecuencia hacer m¨¢s pel¨ªculas calentorras que de autor. No s¨¦ si fue malo o bueno para ella. Yo s¨®lo constato. Pero esto no es una necrol¨®gica para dar cuenta de su oficio. Esta es una necrol¨®gica puramente carnal. De acuerdo, los artistas mueren pero nos quedar¨¢ su obra y bla bla bla, pero cuando quien se marcha es una diosa de la belleza no entiendo por qu¨¦ no recalcar ese aspecto de la p¨¦rdida. Cada vez que se muere una mujerona de la segunda ¨¦poca dorada del cine italiano es obligado exclamar una de esas frasecillas ¡°comod¨ªn¡± de los programas rosas: con ella muere una ¨¦poca. Qu¨¦ caramba, es muy cierto. Con ella, con ellas, muere una carnalidad ahora mismo ausente en el cine: caderas anchas, culos con movimiento, piernas como columnas d¨®ricas y pechos grandes que, como los de Laura Antonelli, ced¨ªan al peso de la gravedad y la experiencia y se volv¨ªan incluso m¨¢s sexys.
Parece que hoy en d¨ªa no se puede hablar de lo puramente f¨ªsico porque denigra la condici¨®n de la mujer. Pero qu¨¦ hacer, se?ores del jurado, si se muere un monumento. Est¨¢ claro que la belleza sin inteligencia se viene abajo, al menos a m¨ª me ocurre que la guapura sin chispa me irrita y me desintereso, pero c¨®mo negar el im¨¢n de una mujer atractiva. Hace tiempo que s¨¦ sentarme al lado de una mujerona sin ponerme nerviosa. Y no es f¨¢cil: si hay moscones alrededor pueden convertirte a ti en la reina de la invisibilidad. Pero resulta saludable para una mujer saber disfrutar de la belleza de otra. Yo lo recomiendo mucho.
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