El mundo no puede seguir defraudando a millones de ni?os
Pese a los logros conseguidos, favorecer el desarrollo de la infancia y garantizar sus derechos no ha sido una realidad a¨²n
Hace casi 15 a?os, la comunidad internacional se uni¨® en torno a ocho objetivos con la esperanza de construir un mundo m¨¢s pr¨®spero. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) establecieron metas cuantificables y fijaron un plazo para alcanzarlas: el a?o 2015.
A punto de cumplirse ese plazo, ?podemos decir que los ni?os y ni?as de hoy tienen m¨¢s probabilidades de sobrevivir y desarrollarse que en el a?o 2000, cuando fueron definidos los objetivos?
La respuesta a esta pregunta pasa por entender que a pesar de los notables logros conseguidos hasta el momento, las medidas adoptadas en los ¨²ltimos 15 a?os para favorecer el desarrollo de la infancia y garantizar sus derechos no han sido una realidad para millones de ni?os. Es una de las conclusiones del informe Progreso para la Infancia de UNICEF, en el que se examinan los datos que nos permiten profundizar en esta cuesti¨®n.
Sin duda hay datos que revelan avances a nivel mundial. Desde 1990, la tasa de mortalidad de ni?os menores de cinco a?os se ha reducido a la mitad; el n¨²mero de ni?os menores de cinco a?os que presentan desnutrici¨®n ha disminuido casi en 100 millones; el n¨²mero de personas en condici¨®n de extrema pobreza ha descendido pr¨¢cticamente a la mitad; y entre 1999 y 2012, el n¨²mero de ni?os y ni?as en edad de asistir a la escuela primaria que no se matricularon baj¨® un 45%.
Aunque estos logros son notables, solo representan una parte de la historia. Hay circunstancias como el lugar de nacimiento, el g¨¦nero o la condici¨®n social y econ¨®mica de las familias, que siguen privando a millones de ni?os, especialmente a aquellos m¨¢s vulnerables, de las oportunidades a las que tienen derecho para desarrollar su pleno potencial.
Por ejemplo, la probabilidad de que los ni?os de las familias m¨¢s pobres mueran antes de cumplir cinco a?os duplica con creces la de los ni?os de las familias con mayores recursos, y su probabilidad de no asistir a la escuela es cinco veces mayor.
Estas desigualdades empiezan con el nacimiento y se convierten en c¨ªrculos viciosos de privaci¨®n que afectan la vida de los ni?os y repercuten a lo largo de generaciones, poniendo en riesgo la estabilidad y la prosperidad de los pa¨ªses.
La equidad ha sido y es clave para la consecuci¨®n de los ODM. Apoyar a quienes menos recursos tienen, puede salvar las vidas de m¨¢s madres y ni?os y hacerlo de forma m¨¢s eficiente. Centrar las inversiones en los m¨¢s vulnerables, ayuda a lograr resultados m¨¢s r¨¢pidos y duraderos.
La equidad ha sido y es clave para la consecuci¨®n de los ODM
El empe?o en alcanzar los ODM ha mostrado que el progreso, con equidad, es posible. La igualdad de g¨¦nero en la educaci¨®n primaria ya es una realidad en cuatro regiones: Europa Central y Oriental y la Comunidad de Estados Independientes, Asia Oriental y el Pac¨ªfico, Am¨¦rica Latina y el Caribe, y Oriente Medio y ?frica del Norte. Y la brecha marcada por la desnutrici¨®n entre los n¨²cleos urbanos y rurales se ha reducido de manera importante en tres regiones: Europa Central y Oriental y la Comunidad de Estados Independientes, Asia Oriental y el Pac¨ªfico, y Am¨¦rica Latina y el Caribe.
Sabemos, por lo tanto, que un comienzo justo en la vida para todos los ni?os y las ni?as est¨¢ a nuestro alcance. Pero tambi¨¦n sabemos lo que exigir¨¢:
- Inversiones suficientes enfocadas en los ni?os y las comunidades m¨¢s empobrecidas, y respaldadas por un liderazgo comprometido.
- Datos s¨®lidos que nos permitan identificar a los ni?os m¨¢s vulnerables, y entender los problemas que enfrentan para acceder a los servicios.
- Innovaciones, incluyendo tecnolog¨ªa m¨®vil y expansi¨®n de las redes sociales, para poder superar ¡ªcomo nunca antes¡ª las barreras geogr¨¢ficas y llegar a la infancia excluida.
- Sistemas m¨¢s eficaces de salud, educaci¨®n, protecci¨®n infantil y protecci¨®n social que beneficien a quienes est¨¢n expuestos a mayores riesgos.
En septiembre se celebrar¨¢ una nueva reuni¨®n de dirigentes mundiales para tomar decisiones en torno a objetivos que buscan hacer de este mundo un lugar m¨¢s justo, pr¨®spero y pac¨ªfico durante los pr¨®ximos 15 a?os. Las experiencias adquiridas gracias a los ODM pueden servir de orientaci¨®n para el desarrollo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya en marcha. Y deber¨ªamos aprender de ellas para que en el futuro no tengamos que asumir el incumplimiento de los compromisos hacia los ni?os que adquirimos en virtud de los ODM. Esto no solo significar¨ªa fallarles a ellos, sino tambi¨¦n a sus hijos.
Javier Martos es director ejecutivo de Unicef Comit¨¦ Espa?ol.
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