Los j¨®venes toman las riendas
Las dificultades econ¨®micas y el desencanto con la pol¨ªtica empujan a la generaci¨®n m¨¢s preparada de la historia de Espa?a a querer decidir su destino
Los j¨®venes dejan atr¨¢s su letargo. Las dificultades econ¨®micas y sociales, mezcladas con un panorama pol¨ªtico salpicado por la corrupci¨®n, han sacudido a una generaci¨®n que ahora emerge y toma las riendas de su destino. La juventud m¨¢s preparada de la historia de Espa?a ¡ªcasi 10 millones de ciudadanos de entre 16 y 34 a?os, nacidos y criados en democracia¡ª sufre el recorte del Estado del bienestar y un paro end¨¦mico desde el inicio de la crisis, solo aliviado por trabajos temporales y sueldos precarios.
Hastiados de que quienes ocupan el poder ignoren sus problemas, el apoyo a los partidos cl¨¢sicos ha bajado y se ha incrementado la apuesta por nuevas formaciones. Pero su implicaci¨®n traspasa la pol¨ªtica. Recurren a formas alternativas de consumo,cambian las estructuras familiares y se desenvuelven pegados a las nuevas tecnolog¨ªas, de las que son nativos. Un cambio de ciclo que no rompe con el sistema, pero que sacude los paradigmas establecidos.
Los expertos sit¨²an el inicio de este cambio de actitud en la dificultad para fraguarse un proyecto de vida con unas condiciones dignas. ¡°La sociedad se est¨¢ recuperando, aumenta el consumo, la gente se va de vacaciones, se compran m¨¢s coches y viviendas, pero esta generaci¨®n no ve un horizonte si no es bajo la protecci¨®n familiar¡±, argumenta el soci¨®logo Jos¨¦ F¨¦lix Tezanos. Esto hace que los j¨®venes se sientan expulsados. ¡°Pero no se resignan¡±.
La mayor¨ªa de quienes tienen entre 18 y 35 a?os apoya el sistema democr¨¢tico, pero ve los partidos tradicionales como parte del problema. ¡°La juventud siempre quiere que se le oiga y, aunque no lo diga, tambi¨¦n quiere el poder¡±, cuenta el historiador Jos¨¦ ?lvarez Junco.
La indignaci¨®n
¡°El 15-M fue la expresi¨®n de un malestar que estaba ah¨ª, pero se ignoraba¡±, sostiene el soci¨®logo Jos¨¦ Juan Toharia. Pablo Gallego, uno de los organizadores de Democracia Real Ya, asegura que aquello no era nada nuevo. ¡°Nosotros conseguimos canalizar la indignaci¨®n que ya exist¨ªa, atraer a microgrupos para hacer algo grande¡±, relata. La protesta en las plazas fue el germen de las nuevas plataformas pol¨ªticas. Se han presentado a las elecciones y obtenido representaci¨®n. La consecuencia es que el bipartidismo ha perdido fuelle. Los j¨®venes ya no tienen solo las opciones de los partidos tradicionales. Las elecciones europeas, auton¨®micas y municipales han avanzado un nuevo escenario pol¨ªtico que puede confirmarse en las generales a final de a?o.
¡°Cuando grit¨¢bamos en las plazas que los pol¨ªticos no nos representaban es que ni lo hac¨ªan ni quer¨ªamos que lo hicieran¡±, afirma Gallego. Este joven activista cree que la tecnolog¨ªa ha restado poder a los partidos. ¡°El m¨®vil o las redes sociales tienen un componente de toma de decisiones de las que todos podemos participar. Ese es el miedo que tienen los poderes f¨¢cticos¡±, subraya.
La tecnolog¨ªa es protagonista en esta ¨¦poca. Ocho de cada 10 j¨®venes espa?oles tienen m¨®vil, algunos incluso m¨¢s de uno. El uso de Internet en el tel¨¦fono ha pasado del 59% en 2013 a m¨¢s del 73% en 2014. Se utiliza para todo. ¡°El m¨®vil no es un lujo; es un instrumento de conexi¨®n con la realidad social. Sin ¨¦l, la juventud estar¨ªa alejada del mundo¡±, opina Toharia.
Para este soci¨®logo, ¡°los j¨®venes saben que, por primera vez en mucho tiempo, van a vivir en peores condiciones que sus padres¡±.Esta generaci¨®n est¨¢ marcada por el azote de la crisis econ¨®mica, que se ha cebado con ella. Quienes oscilan entre los 18 y los 34 a?os siguen padeciendo el grueso del paro. El 32% de la poblaci¨®n de esa edad est¨¢ desocupada, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). El porcentaje sube al 52% entre los que a¨²n no han cumplido los 25. Los que s¨ª trabajan reciben salarios bajos, lo que les dificulta emprender su proyecto de vida. El sueldo medio ha sufrido desde 2008 una ca¨ªda del 7% en la franja de entre 25 y 29 a?os; un 15% en el segmento de 20 a 24 a?os, asegura el economista Javier Garc¨ªa Echegaray.
Casi el 65% de los j¨®venes que trabajaba en 2013 lo hac¨ªa de forma temporal, seg¨²n la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE). Un estudio de UGT muestra que los j¨®venes espa?oles con trabajo encadenan una media de 2,5 contratos anuales. Sin seguridad en el empleo no hay recursos y, sin recursos, se complica todo lo dem¨¢s. El acceso a la vivienda, la emancipaci¨®n o las dificultades para formar una familia son algunos de los problemas a los que tambi¨¦n se enfrenta la generaci¨®n constitucional. Pese a su alta preparaci¨®n y gracias a ella, m¨¢s de 81.200 menores de 34 a?os han dejado Espa?a desde 2008, seg¨²n el INE. Las organizaciones de migrantes elevan la cifra hasta los 300.000 exiliados. La mayor¨ªa son j¨®venes cualificados.
¡°El coste de la crisis ha estado mal repartido¡±, destaca el soci¨®logo Jorge Galindo, a quien le preocupan las pocas oportunidades que se brindan en Espa?a. ¡°Se nos van los m¨¢s preparados y no llegan otros con la misma formaci¨®n¡±, cuenta. En su opini¨®n, ¡°la verdadera generaci¨®n perdida son los j¨®venes que no tienen estudios. Hay que poner en el centro del debate pol¨ªtico a los que se han quedado por el camino¡±. En Espa?a, hay 1,4 millones de ninis (j¨®venes que ni estudian, ni trabajan). Dos de cada 10 son menores de 29 a?os. Su nivel educativo est¨¢ por debajo de la ense?anza secundaria y como carecen de experiencia laboral es dif¨ªcil que encuentren empleo.
Ante esta falta de oportunidades, quienes est¨¢n preparados y no encuentran una salida profesional han creado sus propias alternativas. Entre ellas, el emprendimiento. El n¨²mero de startups, empresas basadas en la innovaci¨®n, ha crecido un 22% desde enero y, en Espa?a, ya hay registradas m¨¢s de 2.000, seg¨²n Startupexplore.
Silvia Sazatornil, responsable de Juventud en UGT, cree que existe un cambio en la concepci¨®n del trabajo. ¡°Nuestros padres entraban en una empresa, maduraban en ella profesionalmente y terminaban jubil¨¢ndose ah¨ª¡±, se?ala. Hoy existe mucha temporalidad y eso pone las cosas m¨¢s dif¨ªciles a los j¨®venes.
Econom¨ªa colaborativa
Los obst¨¢culos llevan a esta generaci¨®n a explorar nuevos modelos econ¨®micos para reducir costes. La soluci¨®n: compartir gastos. Es la llamada econom¨ªa colaborativa, a la que recurren para alojarse o viajar. El m¨¦todo ¡°ha llegado para quedarse¡±, destaca Francisco Rodr¨ªguez, de OuiShare, asociaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que fomenta este modelo. Solo en Espa?a ya existen m¨¢s de 500 empresas de este tipo. Seg¨²n la revista Forbes, la actividad mueve m¨¢s de 2.580 millones anuales en el mundo y su crecimiento entre 2008 y 2012 ha sido superior al 50% cada a?o.
Para hacer posible el cambio de paradigma es b¨¢sico el uso de la tecnolog¨ªa, que est¨¢ en el ADN de esta generaci¨®n. El m¨®vil y las redes sociales hacen que mute el lenguaje, las formas de comunicarse y relacionarse. Tambi¨¦n est¨¢n cambiando las familias: ya no es solo cosa de dos. Aumentan los hogares monoparentales y los padres hablan de sus sentimientos cada vez m¨¢s.
Pero crear una familia no es f¨¢cil. Se necesita un hogar y, seg¨²n el Consejo de la Juventud en Espa?a, solo dos de cada 10 j¨®venes espa?oles pueden emanciparse. Est¨¢n entre los europeos que m¨¢s tarde lo hacen. Un estudio de UGT refleja que un joven tiene que dedicar de media el 70% de su n¨®mina para pagar la hipoteca. En estas circunstancias se hace muy dif¨ªcil comprar una vivienda. En Madrid el precio medio del metro cuadrado es de 1.994 euros, seg¨²n la Sociedad de Tasaci¨®n.
Crece tambi¨¦n el compromiso de los j¨®venes con el medio ambiente. Abanderan nuevas formas de consumo sostenible y ecol¨®gico. El mayor cambio llega, de nuevo, de la mano de Internet, que ha inaugurado un nuevo modelo cultural. Es parte de una generaci¨®n que vuelve a interesarse por la poes¨ªa, innova en el peinado, en la barba o en la forma de vestir. Por eso, ¡°hablar de juventud como si fuese un paquete unitario es un error. Los j¨®venes espa?oles son cada vez m¨¢s plurales¡±, sostiene Toharia. ¡°Hay un florecimiento de la diversidad que no es solo aceptada, sino que es vista como muy positiva¡±.
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