Theodor Herzl y los ayatol¨¢s coinciden en Viena
EEUU e Ir¨¢n negocian en una plaza nombrada en honor del creador del sionismo
Theodor Herzl, el fundador del sionismo, fue una figura central en la Viena finisecular del siglo XIX, cuando la ciudad era la capital del mundo. La Viena de Freud, de Mahler, de Klimt, era una ciudad de avances cient¨ªficos y revoluciones art¨ªsticas. Tambi¨¦n pol¨ªticas. Herzl, un progresista con ideas igualitarias y laicistas muy avanzadas para su tiempo, sufri¨® el antisemitismo en Viena y en Par¨ªs, donde trabaj¨® como corresponsal del diario Neue Freie Presse. All¨ª cubri¨® el caso Dreyfus y concluy¨® que los jud¨ªos necesitaban un Estado nacional. Sin ¨¦l, quiz¨¢ Israel hoy no existir¨ªa. Desde 2004 Herzl da nombre a una plaza del centro de Viena. Domina esta plaza el Palais Coburg, un viejo palacio reconvertido en hotel de lujo. Dentro se negocia estos d¨ªas el futuro de Oriente Pr¨®ximo. La placa con las palabras Theodor-Herz-Platz cuelga de un poste en la zona donde un centenar de periodistas ¡ªdecenas de ellos, iran¨ªes¡ª hacen guardia a la espera de que salga la noticia. Tras las paredes del Palais Coburg, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, negocia con su hom¨®logo iran¨ª, Javad Zarif, representante de uno de los reg¨ªmenes m¨¢s antisionistas del mundo. Su expresidente, Mahmud Ahmadineyad, pidi¨® la eliminaci¨®n del Estado de Israel. Su sucesor Hasan Rohan¨ª y su ministro Zarif han moderado la ret¨®rica. Pero el Gobierno de Israel sospecha que las intenciones son las mismas y que el acuerdo que Estados Unidos e Ir¨¢n negocian en Viena legitimar¨¢ al r¨¦gimen de los ayatol¨¢s y, en contra de lo que asegura el Gobierno de Estados Unidos, facilitar¨¢ su acceso a la bomba nuclear. Nadie parece prestar atenci¨®n a la placa con el nombre de Herzl, pero su esp¨ªritu sobrevuela las conversaciones. A cinco minutos a pie de la Theodor-Herzl-Platz, se encuentra la Karl-Lueger-Platz. Karl Lueger fue alcalde de Viena en la misma ¨¦poca que Herzl promov¨ªa la causa sionista. Era un antisemita feroz. Un tal Adolf Hitler, un pintor fracasado en la Viena de principios del siglo XX, consideraba a Lueger ¡°el mejor alcalde alem¨¢n de todos los tiempos¡±.
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