Una mujer por cada nueve hombres en la ¨¦lite de la ciencia europea

La ¨¦lite de la ciencia en Europa sigue siendo, casi en exclusiva, cosa de hombres. Los ¨²ltimos resultados de uno de los programas m¨¢s prestigiosos de la UE para financiar a cient¨ªficos ya consagrados as¨ª lo demuestra. Solo uno de cada 10 investigadores galardonados en la ¨²ltima edici¨®n de las Advanced Grants del Consejo Europeo de Investigaci¨®n (ERC) es mujer. La diferencia entre sexos registrada este a?o es a¨²n mayor de lo habitual. En Espa?a, entre los 13 investigadores que han conseguido este apoyo financiero, solo hay una mujer: Teresa Puig, del Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona.

Si algo ha quedado patente desde que se comenz¨® a plantear el problema del desequilibrio entre g¨¦neros en la ciencia hace varias d¨¦cadas es que se trata de un fen¨®meno muy complejo, sin causas ni soluciones f¨¢ciles. En toda Europa, las mujeres son mayor¨ªa entre los estudiantes y licenciados universitarios, pero a partir de ese nivel su presencia comienza a menguar hasta que, en la escala m¨¢s alta de la investigaci¨®n, solo uno de cada cinco profesionales es mujer, seg¨²n datos del estudio She Figures de la UE. Si se mira a los puestos directivos, las plazas en sociedades cient¨ªficas o los galardones m¨¢s prestigiosos, el desequilibrio es igual o mayor.

En el programa de las Advanced Grants, dirigido a jefes de investigaci¨®n, parece que el problema est¨¢ ¡°en el origen¡±, seg¨²n ha explicado a Materia Jean-Pierre Bourguignon, presidente del ERC. Se trata de un problema ¡°muy preocupante¡±, dice. ¡°Hay varias causas pero una importante es que el n¨²mero de mujeres que se presentaron a la convocatoria es muy bajo, solo el 13,6% del total¡±, resalta.

Los 190 investigadores seleccionados se repartir¨¢n un total de 445 millones de euros en programas de investigaci¨®n de cinco a?os. El n¨²mero de f¨¦minas en este programa suele ser el m¨¢s bajo de todas las convocatorias del ERC. Entre 2007 y 2013, las mujeres consiguieron el 12,8% de estas ayudas. Este a?o el porcentaje solo llega al 10%.

La tasa de ¨¦xito de las mujeres est¨¢ siempre por debajo de la de los hombres

¡°Estas cifras son consistentes con el hecho de que en la Uni¨®n Europea la proporci¨®n de mujeres en los puestos de grado A [el escalaf¨®n m¨¢s alto] es del 20% y solo del 11% en las ingenier¨ªas¡±, comentan en el ERC. En Espa?a, entre 2008 y 2014, un total de 85 investigadores han recibido una Advanced Grant, 12 de ellos mujeres. Esto supone una media del 14%. Este a?o, sin embargo, la media es del 8%. Si se incluyen todas las ayudas que da el ERC, el porcentaje de mujeres aumenta hasta el 21%, ligeramente por debajo del pa¨ªs l¨ªder en ayudas, Reino Unido (24%), pero por delante de otros como Alemania (18%).

En 2008 el ERC cre¨® un grupo de trabajo especializado en g¨¦nero que ha puesto en marcha algunas medidas para garantizar la igualdad de oportunidades.

Isabelle Vernos forma parte de ese grupo de trabajo. La investigadora, que trabaja en el Centro de Regulaci¨®n Gen¨®mica de Barcelona, recuerda que, m¨¢s all¨¢ del porcentaje de mujeres que obtienen las ayudas, hay otro problema ¡°distinto¡± e igual de importante. ¡°Si miras los datos desde el 2008, la tasa de ¨¦xito de las mujeres est¨¢ siempre por debajo de la de los hombres, tanto para el programa Advanced Grants como en los otros dedicados a investigadores m¨¢s j¨®venes¡±, resalta. Para Vernos es ¡°preocupante¡± que la situaci¨®n en el escalaf¨®n m¨¢s elevado ¡°est¨¦ incluso peor de lo que estaba¡±.

?Por qu¨¦ ocurre esto? Por ahora es dif¨ªcil saberlo, admite Vernos. Durante estos a?os s¨ª se ha observado que algunas de las posibles soluciones no producen los resultados esperados. El hecho de que haya mayor¨ªa de hombres en los paneles que eval¨²an los proyectos podr¨ªa parecer una causa del bajo ¨¦xito femenino. Pero los datos acumulados hasta ahora lo desmienten, ya que no se ha observado una correlaci¨®n estad¨ªstica entre paneles con m¨¢s mujeres y una mejor tasa de ¨¦xito femenino, comenta Vernos.

Se?ales de mejora

La parte de trabajo m¨¢s sacrificado en la vida de un cient¨ªfico se suele dar entre los 20 y los 40 a?os, cuando lo ideal es hacer varias estancias en el extranjero. Tambi¨¦n es el tiempo en que muchas mujeres deciden tener hijos. Por eso el ERC modific¨® las normas de su convocatoria dando a las candidatas 18 meses m¨¢s de tiempo por hijo para presentarse y compensar por una posible interrupci¨®n de su carrera por maternidad. Una tercera medida fue eliminar la ¡°autoevaluaci¨®n¡± que deb¨ªan hacer los candidatos. ¡°Hay estudios que sostienen que las mujeres no son muy buenas promocion¨¢ndose a s¨ª mismas o defendiendo la importancia de su trabajo, algo que los varones saben hacer mejor¡±, explica Vernos. Pero, por ahora, tampoco estas medidas han producido resultados apreciables, en parte porque es pronto para saber si funcionan, resalta esta investigadora que forma parte del Comit¨¦ Cient¨ªfico del ERC.

Entre los m¨¢s j¨®venes, el panorama es algo menos desolador. El 33% de los que consiguen una Starting Grant y el 28% de los que logran una Consolidator Grant (dise?adas respectivamente para investigadores al comienzo y al mitad de su carrera) son mujeres, seg¨²n los datos facilitados por el ERC. ¡°Que se igualen las tasas entre los m¨¢s j¨®venes es alentador, quiz¨¢s as¨ª, poco a poco, se vaya cambiando la situaci¨®n¡±, se?ala Vernos.

En la misma l¨ªnea se pronuncia Capitolina D¨ªaz, presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Investigadoras y Tecn¨®logas. Las cifras de presencia femenina en las convocatorias para cient¨ªficos m¨¢s j¨®venes ¡°indicar¨ªa que no solo el pool de partida de mujeres es cada vez m¨¢s potente, sino que las medidas de igualdad empiezan a tener alg¨²n efecto y hay, por tanto, que sostenerlas y reforzarlas¡±, resalta.

Para Vernos, lo m¨¢s importante es no tomar medidas contraproducentes, como fijar cuotas. Esto va contra la igualdad de oportunidades y podr¨ªa dar pie a introducir m¨¢s cupos injustos. ¡°Al final acabar¨ªamos repartiendo los fondos seg¨²n criterios sesgados, no es una soluci¨®n¡±, concluye.