¡°Muchas mujeres dejan de competir a este nivel por incompatibilidad con otras prioridades¡±

Este a?o, Teresa Puig es la ¨²nica investigadora espa?ola que ha conseguido una Advanced Grant del Consejo Europeo de Investigaci¨®n (ERC). Otros 12 colegas hombres han logrado tambi¨¦n esta prestigiosa financiaci¨®n de la Uni¨®n Europea, destinada a directores de investigaci¨®n. Estas y otras ayudas del ERC son muy competitivas y suelen ser un referente de qui¨¦nes son los investigadores y los centros m¨¢s competitivos de un pa¨ªs.

Puig (Terrassa, 1966) es doctora en F¨ªsica, una de las disciplinas m¨¢s hostiles para las mujeres, a juzgar por el reducido n¨²mero que consigue alcanzar los escalafones m¨¢s altos en este campo. Actualmente lidera su propio grupo de investigaci¨®n en el Instituto de Ciencia de Materiales de Barcelona-CSIC. Como ella misma recuerda en esta entrevista, la escasez de mujeres en la ¨¦lite de la investigaci¨®n se trata de un problema global, que afecta a toda Europa y que no tiene soluciones r¨¢pidas.

Pregunta. ?C¨®mo se siente al ser la ¨²nica mujer que ha conseguido esta ayuda?

Respuesta. El problema b¨¢sico es que hay muy pocas mujeres que contin¨²an la carrera cient¨ªfica hasta el final. Es una situaci¨®n compleja, es dif¨ªcil conciliar la vida familiar con la competitividad a estos niveles, para llegar a ser profesor de investigaci¨®n y conseguir proyectos de alto nivel.

Soy la ¨²nica mujer entre 31 hombres en un proyecto europeo

Las mujeres que se doctoran est¨¢n alrededor del 50%. Despu¨¦s se tienen que ir a hacer una estancia postdoctoral, luego pasar por el valle de la muerte para conseguir estabilizarse y eso justo en la edad en la que uno puede hacer familia. No es f¨¢cil y probablemente hay muchas que deciden dejar de competir. Yo personalmente nunca he tenido una sensaci¨®n de ser discriminada pero s¨ª conozco mujeres que lo han sentido en su entorno. Lo que s¨ª es cierto es que se trata de un terreno muy competitivo y tienes que estar luchando hasta el ¨²ltimo momento.

P. ?C¨®mo ha sido su carrera profesional y personal?

R. Me licenci¨¦ en F¨ªsicas en 1989. Hice el doctorado con estancias en el extranjero la mitad del tiempo. Luego hice estudios postdoctorales fuera durante m¨¢s de dos a?os. Volv¨ª a Espa?a y tuve dos hijos que ahora tienen 14 y 10 a?os. Esper¨¦ a tener una plaza fija para tenerlos. Considero que he tenido mucho ¨¦xito en poder lograr compaginar la vida personal y la carrera cient¨ªfica. En 2000 consegu¨ª la plaza de cient¨ªfico titular y en 2010 la de profesor de investigaci¨®n. Tengo mi propio grupo de investigaci¨®n desde 2008, formado por unas 20 personas, y en el que s¨ª somos 50% hombres y 50% mujeres. Ha coincidido as¨ª. A estos niveles de licenciados que pueden llegar a ser doctores o investigadores postdoctorales se pueden conseguir bastantes mujeres, pero despu¨¦s los n¨²meros van bajando much¨ªsimo, entre los l¨ªderes de grupos solo hay entre un 15% y un 20% de mujeres.

P. ?Tiene soluci¨®n este problema?

R. Es un tema complejo y no solo en Espa?a, sino en todo el mundo. Las medidas que se han tomado hasta ahora, tribunales con m¨¢s paridad, m¨¢s difusi¨®n de la ciencia, ¨®rganos de gesti¨®n con mujeres, todo eso es positivo, pero a la hora de la verdad, tienen que llegar mujeres suficientes. Todo lo que se ha hecho hasta ahora ha permitido empezar a avanzar en n¨²meros en estamentos bajos, pero no ha llegado al liderazgo de grupos y proyectos. Yo no tengo soluciones. Poner paridad en diferentes estamentos al final hace que muchas mujeres tengan que trabajar muchas m¨¢s horas, porque hay muy pocas para estar en esos tribunales. Al final en la ciencia el primer requisito es la excelencia. Cuantas m¨¢s mujeres haya, m¨¢s posibilidades habr¨¢ de que lleguen a esos niveles.

Nunca he tenido sensaci¨®n de ser discriminada pero s¨ª conozco mujeres que lo han sentido en su entorno

P. ?Deben hacer las mujeres m¨¢s autocr¨ªtica en este problema?

R. Hay muchas mujeres que deciden que no quieren continuar en una competici¨®n en este nivel porque tienen otras prioridades. Hay muchas que se bajan del tren, es muy dif¨ªcil seguir a este nivel de competitividad porque familiarmente es muy complejo. Esto pasa en todos los sitios. Yo estoy en un programa COST- Action, de la UE, en el que somos 32 pa¨ªses. En el comit¨¦ de direcci¨®n soy la ¨²nica mujer entre 31 hombres. En f¨ªsica, los grupos pr¨¢cticamente no tienen mujeres. Yo en concreto tengo que hacer las estad¨ªsticas por sexos para promover que entren m¨¢s estudiantes de doctorado y luego doctoras, pero es muy complicado porque hay muchas que deciden que este tipo de trabajo es demasiado competitivo para ellas y que tienen que renunciar a cosas que tal vez s¨ª pueden hacer en otros trabajos.

P. ?En qu¨¦ consiste su l¨ªnea de trabajo?

R. Llevo 25 a?os desarrollando materiales superconductores de alta temperatura. Tienen resistencia cero y no hay p¨¦rdida de corriente. Por eso son muy interesantes para ser m¨¢s eficiente la red el¨¦ctrica y conseguir campos magn¨¦ticos que no se pueden generar de otra forma. Ahora mismo las redes el¨¦ctricas pierden un 10% de la energ¨ªa transportada. Estos materiales la har¨ªan m¨¢s eficiente y por tanto m¨¢s barata. Nuestro proyecto es para cinco a?os. El reto es llevarlo a cabo en un proceso de manufactura aditiva e impresi¨®n digital. En este tiempo deber¨ªamos ver hasta d¨®nde se puede llegar.

P. ?Cree que Espa?a podr¨ªa ser pionera en el desarrollo de esas tecnolog¨ªas?

R. La mayor¨ªa de empresas con las que hemos colaborado son europeas. En Espa?a a¨²n falta un poco para que las compa?¨ªas crean en la innovaci¨®n y las nuevas tecnolog¨ªas. Son las pol¨ªticas, por ejemplo las de reducci¨®n de emisiones, las que tienen que obligar a que las empresas empiecen a hacer este cambio. Si Europa adopta el plan 20-20-20, las empresas tendr¨¢n que hacer el cambio. Cuando pase esto, hay que tener toda la tecnolog¨ªa lista para implementarla. Yo nunca me he preguntado si la investigaci¨®n que estoy haciendo rentabilizar¨¢ solo en Espa?a, sino en un ¨¢mbito m¨¢s global. En el momento en que haya empresas el¨¦ctricas en el resto de Europa que cojan esas tecnolog¨ªas probablemente Espa?a las adopte tambi¨¦n. Aunque probablemente no seremos lo primeros en lanzarnos.