En las entra?as del cultivo del cacao
Las cooperativas son la manera que los cultivadores de cacao han encontrado para defender sus intereses ante los compradores
El periodista marfile?o Ange Aboa recalca que hay tres intermediarios entre el agricultor y la exportaci¨®n o la f¨¢brica: el ojeador que compra las vainas directamente sobre el terreno, el tratante que se encuentra en la ciudad y emplea al ojeador y las cooperativas formadas por agricultores. ¡°En el primer caso, el ojeador es un intermediario que recibe el dinero del tratante y opera armado con un cami¨®n con el que recoge una media de entre tres y cinco toneladas de cacao por viaje¡±, explica. ¡°El tratante es un gran comprador que emplea a varios ojeadores y est¨¢ en contacto directo con los exportadores, a los que hace llegar una media de entre 32 y 100 toneladas de cacao a la semana. Las cooperativas son la manera que los cultivadores han encontrado para intentar hacer o¨ªr su voz y defender sus intereses ante los compradores¡±.
El sector del cacao en Costa de Marfil est¨¢ nacionalizado y se regula desde el Gobierno. La forma escogida para hacerlo es el Consejo Caf¨¦-Cacao (CCC), una estructura copiada de una similar en Ghana que se responsabiliza, entre otras cosas, de los precios de venta a pie de plantaci¨®n y de la modernizaci¨®n del sector. Los precios garantizados de venta se establecieron en el a?o 2012 y se estabilizan en poco m¨¢s de un euro por kilo (850 francos CFA), independientemente de las fluctuaciones del mercado.
El agricultor debe recibir un m¨ªnimo del 60% del precio de venta durante toda la estaci¨®n. Se proh¨ªbe pagar por debajo
¡°El Gobierno [anterior] puso en marcha la reforma del sector que prepar¨® con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial entre los a?os 2008 y 2010¡±, precisa Aboa. ¡°El nuevo Ejecutivo aplic¨® lo que se hab¨ªa preparado y decidido a partir de 2011¡±. Aboa se?ala que el cambio principal que aporta esta reforma se encuentra a nivel de la fiscalidad y del precio a pie de la explotaci¨®n agr¨ªcola que fijan los productores. Antes de la reforma, la fiscalidad y la parafiscalidad representaban entre el 22% y el 30% del precio fijo internacional del cacao en Londres, donde ¨¦ste se decide. Adem¨¢s, el agricultor recib¨ªa un precio indicativo y deb¨ªa discutir el definitivo con el ¡°ojeador¡±. Con la reforma, se fija la fiscalidad y parafiscalidad en un m¨¢ximo del 22% del precio fijo del cacao en la bolsa de Londres. ¡°El agricultor debe recibir un m¨ªnimo del 60% del precio de venta del cacao¡±, afirma. ¡°Se garantiza para toda la estaci¨®n y se proh¨ªbe pagar al campesino por debajo de ese precio garantizado¡±.
Jean-Ars¨¨ne Yao opina que los objetivos del CCC y la nacionalizaci¨®n de este sector fundamental de la econom¨ªa marfile?a son loables. ¡°Busca dar un nivel de vida decente a los campesinos, garantizando un precio de venta del cacao a 850 francos CFA/kilo, y mejorar la calidad de las habas de cacao imponiendo un estricto cuaderno de cargas. Para alcanzar estas metas, el CCC distribuye los plaguicidas a los agricultores, supervisa la actividad de las cooperativas y comercializa el cacao¡±.
Sin embargo, Yao tambi¨¦n advierte que existe un desfase entre los objetivos declarados y los resultados observados en el terreno. ¡°Por una parte, el precio fijado de manera centralizada no es justo, dado que no tiene en cuenta los gastos de producci¨®n de los agricultores. Por otra parte, debido al mal estado de las carreteras, los intermediarios encargados de comprar el cacao en las plantaciones tienen unos gastos extra ¡ªpara reparar sus veh¨ªculos¡ª que luego repercuten directamente en el precio de compra. De este modo, muy a menudo, los campesinos no tienen m¨¢s remedio que aceptar vender su producci¨®n por debajo de los 850 francos CFA/kilo. A veces, a 450 francos/kilo. Cabe recordar que en tiempos de la liberalizaci¨®n del sector (durante el Gobierno del presidente Gbagbo), el precio del kilo pod¨ªa alcanzar los 950 e incluso 1.100 francos CFA/kilo. De hecho, algunos agricultores que pod¨ªan anta?o permitirse escolarizar a sus hijos dicen tener dificultades para hacerlo ahora¡±.
?sta es otra de las paradojas de un pa¨ªs que promete un boom econ¨®mico comparable al de los a?os setenta pero que, en el camino hacia la emergencia macroecon¨®mica a cinco a?os vista, deja a la mayor¨ªa de su poblaci¨®n en la cuneta. Un pa¨ªs que aspira a ejercer de polo de inversiones y motor econ¨®mico de la regi¨®n mientras que figura entre los pa¨ªses pobres muy endeudados del Banco Mundial, cuenta con una misi¨®n propia de Naciones Unidas para prevenir una violencia como la que lo arras¨® hace apenas cuatro a?os y depende de programas asistenciales de todo tipo de agencias de la ONU y ONGs.
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