Teor¨ªa de Ana
La periodista de televisi¨®n ha resistido la mirada de Espa?a sin que nadie la aborrezca
![Ana Blanco, presentadora de los informativos de TVE.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5OAMMIKRCYNWRL2TCUNCNPEMRE.jpg?auth=40484536e7ac9b9ef291137328c53a2e8e008a56a6cf3f46a22eb786b08abfd8&width=414)
Pronto se va a cumplir un aniversario al que le pegar¨ªa pasar inadvertido. En septiembre har¨¢ 25 a?os que Ana Blanco entr¨® en nuestra vida. Es un caso rar¨ªsimo. Ana ha resistido la mirada de Espa?a sin que nadie, que yo sepa, la haya aborrecido. Somos un pueblo filif¨®bico que, como insin¨²a Paco Ib¨¢?ez, siente debilidad por ¡°el tiro al plato¡±: disparar a quien lanzamos arriba. Ella ha desafiado esos vicios, y al propio paso del tiempo, con una delicadeza superior. En una ¨¦poca que envejece y se renueva a una velocidad de v¨¦rtigo, el logro no es despreciable, especialmente si se repara en el lugar tan expuesto que ocupa. Ana es la cara y la voz de mayor brillo de las noticias de la televisi¨®n p¨²blica. La Espa?a de 1990 nos suena muy lejana y aqu¨ª todo ha dado varias vueltas de campana pero ella sigue ah¨ª, id¨¦ntica a s¨ª misma.
El fen¨®meno tiene su aquel y las claves no pueden ser anodinas. Si Ana s¨®lo fuera un perfecto busto parlante no hubiera soportado unos 6.000 telediarios sin desmerecer esa ins¨®lita confianza. Tal vez su secreto es que se ha consagrado como una quintaesencia de lo que nos gustar¨ªa ser y no somos, que es una de las pocas cosas que nos unen. Ana Blanco parece el reverso de este pa¨ªs, un ser suave, afinado, equilibrado, exquisito, inmaculado. Ella es de esas personas cuyo apellido resulta f¨¢cil de confundir con un apodo.
Ana es muy popular y muy enigm¨¢tica. Cualquiera la reconoce pero, al o¨ªr su nombre, a menudo se tarda un pel¨ªn en caer. Apenas concede entrevistas, si es que se las piden, y cuesta imaginarla en una portada del coraz¨®n. Ha blindado su intimidad, aunque a pocos les interesa. Nos cuenta el mundo pero no tenemos ni idea de qu¨¦ piensa del mundo. Ha seguido al pie de la letra esa sugerencia de muchos padres: ¡°No te metas en l¨ªos, no te des a entender¡±.
Un d¨ªa alguien decidir¨¢ apartar a Ana Blanco de nuestra vida. Sea quien sea, ya se ha ganado toda mi antipat¨ªa.
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