M¨¦xico, ?qui¨¦n fue?
La condici¨®n para que exista crimen organizado es que haya agentes del Estado involucrados
Los seguidores de las teor¨ªas conspirativas nunca se preguntan ?qu¨¦ pas¨®?, sino ?qui¨¦n fue? Ante la segunda fuga del Chapo no hay duda que el debate en M¨¦xico se concentrar¨¢ en buscar culpables. Como para los conspirativos el contexto no importa, la culpa recaer¨¢ en el enemigo predilecto de cada quien. Esto incluir¨¢ carceleros, ministros, el presidente y hasta los Estados Unidos. Ante hechos como este hay dos opciones: tomar el camino reactivo para intentar pasar el mal rato o darse cuenta del tama?o que tiene el monstruo y repensar la estrategia para enfrentarlo.
Otros art¨ªculos del autor
El problema del narcotr¨¢fico en M¨¦xico es m¨¢s grave y antiguo que en Colombia. El narcotr¨¢fico en M¨¦xico lleva casi un siglo: comenz¨® cuando el pa¨ªs apenas estaba organizando su Estado, incluye marihuana, coca¨ªna, hero¨ªna y metanfetaminas y es vecino del consumidor m¨¢s voraz del mundo. Las polic¨ªas de M¨¦xico nacieron involucradas con el narcotr¨¢fico y parte de la sociedad acept¨® esta actividad como normal. Esto implica que las ra¨ªces hist¨®ricas, econ¨®micas, sociales y culturales del problema son muy profundas. La cultura es el eslab¨®n m¨¢s elevado de un fen¨®meno social porque supone pr¨¢cticas largamente aprendidas que se convierten en costumbres y tradiciones. El Chapo Guzm¨¢n, como Pablo Escobar en su d¨ªa, cuenta con miles de admiradores y seguidores: esto es cultura criminal.
Un noticiero brit¨¢nico present¨® recientemente un reportaje con im¨¢genes de fabricaci¨®n de crack en el Distrito Federal y de metanfetaminas a escala industrial en Culiac¨¢n. El nivel de impunidad c¨ªnica de los delincuentes evidencia que dominan polic¨ªas y territorios urbanos. La condici¨®n esencial para que exista crimen organizado es que haya agentes del Estado involucrados. Si las metanfetaminas son una droga industrial lo l¨®gico es que las fabricaran criminales estadounidenses: entonces, ?por qu¨¦ se fabrican en M¨¦xico? Esto no se explica por la relaci¨®n entre oferta y demanda que se utiliza para culpar a la demanda como la causa principal del problema. El efecto criminal de las drogas en M¨¦xico y el resto de Latinoam¨¦rica no lo explican solo las rentas del narcotr¨¢fico, sino tambi¨¦n y fundamentalmente la debilidad de los Estados, la cultura de ilegalidad de los ciudadanos y la inexistencia de Estado de Derecho.
Para la soluci¨®n de este problema no existe camino corto. No es solo una batalla policial y judicial, sino una lucha por un cambio cultural sobre el valor de la legalidad. Los colombianos aprendieron con sangre que cuando al crimen no se le combate crece y termina llegando hasta tu casa. Pagaron caro haber empezado tarde a combatir el problema. Es cierto que Estados Unidos ha impuesto la guerra contra la oferta, pero por muy justa que sea esta queja, la idea de que la soluci¨®n es ¡°dejar pasar porque las drogas son un problema de los gringos¡± es un camino directo al infierno.
Las ra¨ªces hist¨®ricas, econ¨®micas, sociales y culturales del narcotr¨¢fico son muy profundas
M¨¦xico debe, puede y necesita tener un Estado fuerte, porque esa es la respuesta a este y muchos otros problemas del pa¨ªs. Son indispensables unas instituciones de seguridad que se correspondan con su extenso territorio, con su numerosa poblaci¨®n, con los elevados niveles de cultura de ilegalidad de sus habitantes y sobre todo con la potencia de las amenazas criminales que enfrenta. Los delincuentes le han arrebatado territorio, poblaci¨®n y autoridad al Estado, por eso pueden hacer un t¨²nel de 1.500 metros sin ser detectados. Solo una fuerza de seguridad numerosa y cercana a los ciudadanos puede recuperar esos territorios.
En Colombia exist¨ªan en los ochenta m¨¢s de 50.000 paramilitares, insurgentes y narcotraficantes y la violencia era la marca pa¨ªs. El Estado apenas ten¨ªa 70.000 polic¨ªas y soldados con graves problemas de corrupci¨®n en sus filas. Los colombianos comenzaron a ganar la batalla cuando expulsaron a los criminales de las instituciones, multiplicaron exponencialmente sus fuerzas militares y policiales, convirtieron los derechos humanos en parte de la doctrina de seguridad y se decidieron a invertir hasta el 6% de su PIB en proteger a sus ciudadanos. El problema de las drogas contin¨²a, pero ahora casi 500.000 polic¨ªas y soldados han desmovilizado y dado de baja a m¨¢s de 80.000 delincuentes e insurgentes, la seguridad mejor¨® sustancialmente, la econom¨ªa creci¨® y Colombia recuper¨® su identidad como pa¨ªs de oportunidades y progreso. Determinar el tama?o del reto que enfrenta el pa¨ªs implica saber cu¨¢ntos criminales tiene M¨¦xico y cuanto territorio dominan.
Joaqu¨ªn Villalobos fue guerrillero salvadore?o y es consultor para la resoluci¨®n de conflictos internacionales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.