Estas ratas huelen la tuberculosis
Una ONG belga ha entrenado con ¨¦xito a roedores gigantes africanos para ayudar en la detecci¨®n de los enfermos por el bacilo de Koch Una gran ayuda en pa¨ªses con alta incidencia, como Mozambique
A la entrada de la facultad de Veterinaria de Maputo, unos polic¨ªas adiestran a sus perros. Son animales listos, leales y con un olfato les pone en alerta ante situaciones en las que sus tutores humanos no se hab¨ªan olido nada. Las ratas gigantes africanas tambi¨¦n tienen este sentido hiperdesarrollado, pero ellas ni son tan inteligentes ni sienten un gran apego por su cuidador, lo que, en lugar de ser un inconveniente, puede convertirse en una ventaja para la ciencia. A solo unos metros del entrenamiento de los canes, nueve roedores ayudan a detectar la tuberculosis, mejorando la precisi¨®n de la microscop¨ªa convencional y de forma mucho m¨¢s r¨¢pida.
La idea surgi¨® en la ONG belga Apopo, donde pensaron que las caracter¨ªsticas de este animal podr¨ªan servir para encontrar minas antipersona. Al no necesitar siempre al mismo adiestrador, son m¨¢s aut¨®nomas. Y al no ser tan listas como los perros, se centran m¨¢s en su objetivo, tienen menos factores que las condicionen. Las adiestraron para localizar los explosivos y comprobaron que pod¨ªan peinar 200 metros cuadrados de terreno en 20 minutos, lo que una persona con un detector tardar¨ªa dos d¨ªas. La ONG fue contratada por el Gobierno de Mozambique, un pa¨ªs sembrado de estos explosivos, y han limpiado provincia como Manica a base de olfato. Han contribuido a que buena parte del pa¨ªs haya sido declarado libre de minas. Ya solo quedan en algunas zonas monta?osas e inaccesibles.
Emilio Valverde, investigador espa?ol afincado en Mozambique y uno de los responsables del proyecto, explica c¨®mo se les ocurri¨® que con la tuberculosis pod¨ªan hacer un experimento similar: ¡°Los enfermos, tienen un olor caracter¨ªstico, de hecho la palabra en holand¨¦s para tuberculosis quiere decir olor a alquitr¨¢n. Para un ser humano solo es m¨ªnimamente detectable, y en fases muy avanzadas, pero una rata lo puede captar mucho antes, as¨ª que empezamos a entrenarlas para que fuesen capaces de reconocer las muestras de esputo que estaban infectadas por la bacteria, que emiten este olor¡±. Comenzaron en el a?o 2008 adiestrando ratas en Tanzania. Cuando los roedores tienen solo tres meses ya son aptos para el entrenamiento y en solo medio a?o pueden detectar la tuberculosis con bastante ¨¦xito. En concreto, hasta un un 52% m¨¢s que las t¨¦cnicas b¨¢sicas de microscop¨ªa que se utilizan rutinariamente en pa¨ªses como Mozambique, el sexto en incidencia de esta enfermedad, con m¨¢s de 500 casos por cada 100.000 habitantes (en Espa?a es de 13 por cada 100.000).
Con un entrenamiento de seis meses, las ratas pueden examinar 70 esputos en 10 minutos. Un t¨¦cnico tardar¨ªa dos d¨ªas
Eso s¨ª, aunque los resultados han sido publicados, el m¨¦todo no est¨¢ de momento avalado por los organismos internacionales de salud, as¨ª que las ratas, por muy precisas que sean, no tienen la ¨²nica palabra en el diagn¨®stico. Para realizar los experimentos que se desarrollan en la facultad de Veterinaria de Maputo, los investigadores recogen las muestras de esputo previamente examinadas en los centros de salud. Saben de antemano en cu¨¢les detectaron el bacilo los t¨¦cnicos de laboratorio, as¨ª que colocan filas de diez muestras, de las cuales una est¨¢ infectada con seguridad. Colocan al roedor en una urna y va oliendo los esputos uno a uno. Cuando detecta tuberculosis, se detiene. Si lo hace en el que se sabe que contiene bacilos de Koch, los investigadores hacen un ruido y le dan una recompensa de comida, de forma que refuerzan el aprendizaje d¨ªa a d¨ªa. No es ni m¨¢s ni menos que el condicionamiento cl¨¢sico de Pavlov.
Los roedores se paran en casi todos los que se saben infectados (solo se saltan entre un 3% y un 4%), pero adem¨¢s, se detienen en muchos otros que hab¨ªan pasado inadvertidos. Estas muestras se mandan a analizar de nuevo mediante t¨¦cnicas m¨¢s sofisticadas que las rutinarias. En 2013 y 2014, las ratas han evaluado as¨ª 18.000 muestras de esputo, de las cuales, eran positivas en el laboratorio 2.420. Astrid, Tasik, Raisi y sus otras seis compa?eras (cada una tiene su nombre) han a?adido otros 1.200 casos.
Las ventajas que puede suponer la identificaci¨®n de la tuberculosis con ratas es doble. Por un lado, son mucho m¨¢s r¨¢pidas que los humanos en el laboratorio. En cada diez muestras tardan alrededor de 40 o 50 segundos. Analizan 70 muestas en 10 minutos, lo que a un t¨¦cnico le cuesta alrededor de dos d¨ªas de trabajo, explica Valverde. Adem¨¢s, no se infectan de la enfermedad, con lo que pueden pasar el resto de su vida, entre seis u ocho a?os, trabajando. Por otro lado, al tener una tasa de ¨¦xito sustancialmente mayor, se localizan casos no detectados, con lo que pueden ser tratados antes. Esto no solo es beneficioso para el paciente, que puede comenzar el tratamiento y curarse de forma temprana, sino para frenar la segunda enfermedad infecciosa m¨¢s mortal en el mundo por detr¨¢s del sida (mata a 1,5 millones de personas al a?o), ya que a las dos semanas de medicaci¨®n, un enfermo de tuberculosis deja de ser contagioso.
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