El trabajo en equipo est¨¢ sobrevalorado
Ni reuniones ni pensamiento en grupo. Es en soledad cuando podemos tomar distancia y desarrollar nuestros talentos creativos
Incluso en este espacio hemos hablado de las virtudes del brainstorming, esa t¨¦cnica tan utilizada en la creatividad publicitaria que consiste en reunirse para disparar las ocurrencias que se nos vienen a la cabeza y encontrar la mejor soluci¨®n. Tiene sus reglas y, en cierta manera, funciona. Pero no tanto como para convertirlo en la ¨²nica herramienta creativa. Seg¨²n Keith Sawyer, psic¨®logo de la Universidad de Washington, ni tan siquiera es una buena manera de generar ideas desde cero: ¡°D¨¦cadas de investigaci¨®n han demostrado que los grupos de brainstorming piensan menos ideas que el mismo n¨²mero de personas que trabajan solas y m¨¢s tarde ponen en com¨²n sus impresiones¡±. Es decir, que antes de empezar la tormenta debemos pensar solos, analizar introspectivamente, descartar y evaluar por nosotros mismos. Es necesario crear un clima propicio para luego, cuando nos juntemos con los dem¨¢s, empezar la lluvia de ideas y as¨ª, tal vez, al contrastarlas y contraponerlas a otras, crezcan y se desarrollen.
Cuando quiero que un asunto no se resuelva,
lo encomiendo a un comit¨¦
Napole¨®n Bonaparte
Las falsas doctrinas de la creaci¨®n en grupo se extienden m¨¢s all¨¢ de las agencias de publicidad. Adrian Furnham, psic¨®logo organizacional, nos advierte de que ¡°si tienes en la empresa personas con talento y motivadas, debes alentarlas a trabajar solas cuando la creatividad o la eficiencia es la m¨¢s alta prioridad¡±. Las escuelas tampoco se salvan. Hoy se educa en la tendencia del trabajo en equipo y la creatividad compartida. Esto es lo que denuncia Susan Cain, que en 2012 dio una de las conferencias de la organizaci¨®n TED (Tecnolog¨ªa, Entretenimiento, Dise?o) titulada El poder de los introvertidos y que ya han visto m¨¢s de 11 millones de personas: ¡°La t¨ªpica aula tiene un mont¨®n de escritorios, con cuatro, cinco, seis o siete ni?os mir¨¢ndose entre s¨ª, participando en incontables tareas de grupo. Incluso en materias como matem¨¢ticas y escritura creativa, que podr¨ªan considerarse espacios de pensamiento solitario, ahora se espera que los ni?os act¨²en como miembros de un comit¨¦¡±.
Sin duda el ant¨®nimo de creatividad es comit¨¦. Existe una sentencia que corre por los departamentos de dise?o que asegura que ¡°un dromedario es un galgo creado por un comit¨¦¡±. Esta queja, que se ha convertido en todo un cl¨¢sico, se atribuye a sir Alec Issigonis, ingeniero que desarroll¨® el Mini, el autom¨®vil que se convirti¨® en un icono brit¨¢nico y en una innovadora manera de concebir la movilidad urbana.
A quien la palabra ¡°comit¨¦¡± le resulte lejana y piense que es cosa de corbatas, mesas brillantes y salas enmoquetadas, se equivoca. Todos podemos acabar actuando como inoperantes miembros de uno de ellos, basta con que varias personas opinen acerca de una idea tratando de buscar una soluci¨®n com¨²n. Lean y seguro que nos suena:
Para saber m¨¢s
Libros
El poder de los introvertidos
Susan Cain (RBA Libros)
Cain asegura que debemos transitar entre la extroversi¨®n y la introversi¨®n para tener un equilibrio en nuestra vida.
El arte de saber solo
Francesc Torralba (Milenio)
En ¨¦l descubriremos que el ser humano no es solo un animal social, tambi¨¦n se retira y tiene una dimensi¨®n espiritual que crece en soledad.
Amor, libertad y soledad, una nueva visi¨®n de las relaciones
Osho (Gaia)
No dejar¨¢ a nadie indiferente con su visi¨®n de las relaciones sanas, que empiezan por aceptar y amar la soledad propia.
Pel¨ªcula
El gran salto
Joel y Ethan Coen
En ella hay divertidos, y a la vez reveladores, ejemplos de actuaci¨®n de los comit¨¦s empresariales y de qu¨¦ manera tan absurda se toman algunas decisiones.
- La negociaci¨®n. El ser humano es el ¨²nico animal capaz de negociar. Eso est¨¢ muy bien y es muy loable si queremos evitar conflictos, guerras o establecer un contrato social, pero no es la mejor manera de innovar. Porque en una negociaci¨®n siempre hay renuncias, que nunca son creativas. El esquema base es el siguiente: cada miembro del comit¨¦ querr¨¢ hacer sus aportaciones, aunque sea para justificar su presencia. Con el fin de que sea aceptada mi contribuci¨®n, y de no sentirme rechazado por el grupo, estar¨¦ dispuesto a aceptar propuestas de los dem¨¢s, incluso si no me convencen. As¨ª, poco a poco, ese galgo dise?ado para correr y con una excepcional belleza aerodin¨¢mica se va transformando en un robusto camello capaz de aguantar d¨ªas sin beber. Pero esa no era la idea.
- Miedo al error. Cuando ya se ha negociado, se diluye la responsabilidad. Ese camello tan feo ahora es de todos, lo que tambi¨¦n significa que no es de nadie. Se comparte el error y no existe un solo responsable a quien atribuirle el fallo. Pero sin fallo no hay creatividad. Nadie que no sea capaz de asumir el error, de responsabilizarse enteramente de las cosas que no salen bien, o de aceptar que se ha equivocado puede trabajar creativamente. De los errores se aprende y a trav¨¦s de ellos somos capaces de convertirlos en ¨¦xitos futuros.
- El silencio. Se ha negociado, se ha diluido la responsabilidad y se ha perdido la esencia de esa buena idea, y sin embargo todos callan. No hay nadie capaz de levantar la mano y decir que eso no funciona, que esa cosa que ahora tenemos en la mesa es peor. Y como el miedo al error, el silencio es un gran enemigo de la creatividad. Debemos tener el coraje de decir lo que pensamos, por m¨¢s inc¨®modo que le resulte al grupo. Si lo hacemos, descubriremos que tal vez otros se animan a ser sinceros y a lo mejor, incluso, salvamos al galgo.
Lo colectivo tiene sus virtudes, por supuesto, pero no por ello debemos obviar que para desarrollar nuestra creatividad y enriquecer nuestro mundo interior necesitamos encontrar momentos de soledad. Estar conectados con los dem¨¢s es algo maravilloso y las nuevas tecnolog¨ªas nos abren grandes posibilidades, pero previamente hemos de ser capaces de conectar con nosotros mismos. Buscar momentos de soledad, pero sin querer estar aislados. Disfrutar de nuestra propia compa?¨ªa para ser mejores para los dem¨¢s. Si queremos pensar de forma creativa, debemos saber hacerlo solos. Es as¨ª como podremos desarrollar nuestro potencial. Mejorar y crecer.
Pero es posible que, si no estamos acostumbrados a ello, al principio nos resulte dif¨ªcil. Que nos encontremos perdidos y al poco rato tratemos de escapar de la soledad con un sentimiento de frustraci¨®n que no es el deseado. Por eso, si nuestra intenci¨®n es reconectar con nuestro yo creativo, que solo florece en soledad, es bueno seguir este peque?o proceso:
El talento se cultiva en la soledad
Wolfgang von Goethe
- Tomar distancia del problema que queremos resolver. Y para ello lo mejor es ser capaces de describir lo m¨¢s exactamente posible el reto que tenemos delante. Imaginemos que queremos hacer un regalo muy especial a nuestra pareja. Solo con esta informaci¨®n no vale. Cont¨¦monos a nosotros mismos (si hace falta, en voz alta) todos los datos importantes. Ya los sabemos, ?claro!, pero debemos pon¨¦rnoslos enfrente para as¨ª tener la perspectiva id¨®nea. Cada nuevo dato ser¨¢ material muy valioso. Como dec¨ªa Sherlock Holmes: ¡°Datos, datos, datos, necesito datos. ?C¨®mo puedo hacer ladrillos si no tengo arcilla?¡±.
- Explorar alternativas, por absurdas que nos parezcan. Es uno de los grandes placeres de pensar solos. Podemos transitar todo tipo de caminos creativos sin tener que dar explicaciones o avergonzarnos de ello. Nadie nos ve. Nadie nos oye. Fuera timideces y cors¨¦s. Es el momento de adentrarse en cualquier tipo de soluci¨®n sin ruborizarnos por ello. Nosotros mismos ya veremos cu¨¢les de ellos merece la pena mantener como candidatos a ¡°idea genial¡± o cu¨¢les no.
- Anotemos las soluciones que hayamos ido seleccionando como posibles buenas ideas. Eso significa escribirlas. Sacarlas de nosotros mismos y ponerlas delante para, como hemos hecho con el problema que deseamos solucionar, tomar distancia. Escribir las ideas que ya tenemos nos llevar¨¢ a tener m¨¢s ideas, se activar¨¢ la escritura creativa. En ese momento debemos seguir, dej¨¢ndonos llevar por la afluencia que nos llega de esos rincones a los que, curiosamente, se accede sin el pensamiento consciente y que conectan con territorios maravillosos que ni nosotros mismos sab¨ªamos que exist¨ªan.
- Decidamos entre todo el material recopilado. Esta es la parte m¨¢s racional del proceso y entran en juego nuestras intenciones, motivaciones o expectativas. Por buena que sea una idea que se nos ha ocurrido, si creemos que no funciona o no nos sentimos c¨®modos, mat¨¦mosla. El creativo es, adem¨¢s de creador, un gran asesino de ideas propias. No le tiembla el pulso. No se aferra a ellas. No le dan l¨¢stima. Si no funcionan, si no las ve, las mata. Para ello debemos tener coraje, valent¨ªa, y saber que, si nos equivocamos, habremos aprendido algo que aplicaremos en el pr¨®ximo desaf¨ªo.
- Compartir con los dem¨¢s. Es tambi¨¦n una parte importante de este camino. Al exponer una idea a una persona de confianza, a veces vemos su potencial o nos damos cuenta de que no suena tan bien como lo hac¨ªa en soledad. Tambi¨¦n es muy posible que el otro aporte un punto de vista que enriquezca la idea. Pero, sea como sea, deberemos, en ¨²ltima instancia, decidir nosotros. De lo contrario, es posible que acabemos convirtiendo ese precioso galgo en un dromedario que no satisfaga a nadie.
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